El consistorio no tiene ningún empleado de menos de 25 años, y en los próximos 20 se habrá jubilado el 71,02% de la actual plantilla; el consistorio prepara oposiciones para incrementar un personal que está muy por debajo de la media nacional
VALENCIA. El Ayuntamiento de València necesita empleados jóvenes. En estos momentos no hay ninguno que tenga menos de 25 años. Ese es uno de los sorprendentes datos que se ha hallado tras la exhaustiva auditoría interna que ha realizado el consistorio y cuya primera imagen fija es la de una plantilla envejecida, aunque al regidor de Gobierno Interior, Sergi Campillo, no le guste esa palabra y prefiera hablar de experiencia.
Porque los datos son los que son y hablan de que, incluyendo a la Policía Local, el 68% de los trabajadores del Ayuntamiento es mayor de 45 años, hasta el punto que un 71,02% se jubilará en veinte años. “La edad media es un indicador de que no se han hecho oposiciones en los últimos años”, comentaba Campillo a Valencia Plaza. “No es un hecho negativo de por sí porque significa que hay gente con experiencia. Está bien que haya de todo, pero tiene que haber un equilibrio”, convenía.
Para Campillo la clave de esta situación se halla en la actitud de los gobiernos populares, que con la excusa de la austeridad dejaron caducar ofertas de empleo. “¿Por qué se hizo eso?”, se preguntaba; “por la voluntad de privatizar los servicios municipales, que lo vendían como una falsa austeridad”, se repondía.
Para dar una salida a esta situación, el Ayuntamiento ha comenzado a rectificarla contratando a 255 interinos y ha convocado y prepara bolsas de trabajo para incrementar la plantilla, con el fin de reforzar los servicios públicos que, a 31 de diciembre de 2015, registraban 1.031 vacantes de personal. Y es que, y ésa es una herencia del anterior Ayuntamiento, a día de hoy faltan manos en el consistorio.
Datos son amores, el informe muestra una comparativa de empleados por cada mil habitantes en la que se ve claramente como Valencia está a la cola de España, con 5,99. En el Ayuntamiento de Madrid la cifra es de 8,1 empleados por 1.000 habitantes; en el de Sevilla, 7,79; en Bilbao, 7,39 y en Zaragoza 6,73. Las dos únicas grandes ciudades que quedan por detrás de Valencia son Málaga (5,62) y Murcia (5,93).
De ahí que Campillo advierta a quienes quieran trabajar en el consistorio que puede que sea un buen puesto de trabajo (el índice de satisfacción de los trabajadores es alto, un 58,8%), “estable, en una administración pública”, pero que estén preparados para exprimir hasta la última hora de su jornada laboral porque en el Ayuntamiento de València “se trabaja mucho, hay una sobrecarga de faena”.
Entre las pocas buenas noticias que se pueden sacar de la auditoría interna, sobresale la elevada presencia de mujeres en el consistorio en diferentes campos, si bien se destaca una falta de mujeres en el área de Protección Ciudadana, que sólo son el 12,8% del total. Es decir, faltan mujeres policías locales, algo que Campillo aseguró que iban a corregir. Es tal la preeminencia de los hombres en este departamento, que altera la media total. Si no contamos a la policía local, la media de trabajadores por sexos es de un 40% de hombres frente a un 60% de mujeres.
Entre los puntos negros resalta también el cansancio de una plantilla en la que más de 1.179 funcionarios se encuentran en el mismo puesto de trabajo desde hace más de 20 años, “una situación que añadida a la carencia de acciones formativas para reciclarse, y a la realidad cambiante, ha generado trabajos obsoletos”, explicó Campillo.
Otro detalle curioso es que en todos los tramos por antigüedad la edad media es superior a los 40 años, y eso incluye también a los recién llegados. De hecho, la edad media de las personas que acceden al ayuntamiento o que cuentan con una antigüedad inferior a un año es de 41,8 años. La explicación se halla en que las bolsas de trabajo por las que se ha accedido al ayuntamiento tenían una antigüedad en algunos casos superior a 15 años.
Y falta diversidad laboral. Sólo cinco puestos de trabajo acumulan el 60% de la plantilla. Lo que más tiene el Ayuntamiento de València son policías, en concreto 1.369, que suponen el 29,05% de sus trabajadores.
Para el futuro, en el consistorio consideran que tiene cuatro retos por delante que deben superar. El primero de ellos es “el mantenimiento del nivel esencial de servicios municipales y su calidad”. El gran enemigo de esa calidad es el importante número de vacantes y la inestabilidad laboral, que desde el equipo de gobierno creen que podría producir un estrangulamiento de la actividad municipal por déficit de efectivos. La respuesta lógica aquí será la apertura de nuevas convocatorias de trabajo.
El segundo es la elevada tasa de interinidad y los aprietos estructurales que esto genera, un problema que ha sido identificado como prioritario por los sindicatos, el personal, los directivos y los técnicos de personal. En el consistorio consideran que situación debe ser solucionada desde un punto de vista global y organizativo, en el marco de un plan que vaya acompañado de la puesta en marcha de otras medidas de empleo, para evitar que no se reproduzca en el futuro lo que ha sucedido estos años.
El tercer gran problema vendría derivado del envejecimiento de los funcionarios. Según destacan los técnicos en el informe, el Ayuntamiento tiene un “riesgo objetivo de descapitalización de la administración municipal”. Para ejemplificarlo dan un dato relevante: en los próximos 10 años se jubilarán el 47% de los empleados en puestos de jefatura, el 25% del personal técnico y el 27% de la plantilla.
Por último, el cuarto problema grave sería la tantas veces citada deshumanización de la administración, algo que desde la concejalía consideran que se debe a la ausencia de políticas y prácticas organizativas donde se contemplen las personas como factores clave para la prestación de servicios. Ahora son el eje de su actuación.