VALENCIA. El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, prometió este martes a Pedro Sánchez una reforma del sistema de financiación. Una petición que, desde que caducara en 2014, lleva solicitando el actual president de la Generalitat, Ximo Puig, y que no se ha acometido desde entonces.
Desde que comenzara su mandato, Ximo Puig no ha dejado de defender una financiación "justa" para la Comunitat llegando incluso a presentar un recurso de inconstitucionalidad contra los Presupuestos Generales del Estado de 2016. En octubre, todos los grupos parlamentarios firmaron una propuesta de resolución para instar al Gobierno a que modificara el actual y caduco sistema de financiación y en abril el partido de Rajoy en la Comunitat, aseguró a Puig su apoyo para defender esa financiación "justa".
Sin embargo, fue este martes durante su discurso de investidura, cuando Rajoy ofrecía un pacto al PSOE para reformar el actual modelo teniendo como objetivo que todos los españoles puedan acceder en iguales condiciones a los servicios básicos como Sanidad, Educación y Dependencia. Una cuestión que ahora el candidato a la presidencia tilda de "vital importancia" debido al peso que suponen los servicios públicos que prestan las autonomías.
Pero este no fue el único ofrecimiento de Rajoy al partido socialista para que estos se abstengan y así conseguir ser investido, sino que también se comprometió a convocar de forma "inmediata" el Pacto de Toledo si resultase presidente electo, a la vez que añadía que durante su gobierno ha asegurado la actualización de las pensiones, por lo que consideró que "el tema más importante" es dar estabilidad al sistema.
Un discurso que no ha tardado en tener reacciones en el grupo socialista. El portavoz socialista en Les Corts, Manolo Mata, aseguraba que este discurso se resumía en que cuando Rajoy "promete algo, no lo cumple. Y cuando no promete, tampoco. Han pasado cinco años y no ha habido financiación autonómica ni se le espera con un presidente que nos la ha negado durante dos años".
Cabe señalar que un día antes a este discurso de investidura, fue la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, quien proponía al PSPV-PSOE y Compromís la abstención de sus 11 diputados en el Congreso para conseguir la investidura de Rajoy y así conseguir una mejora de la financiación autonómica. Un ofrecimiento que no cayó bien a ninguno de los dos partidos por tratarse de un tema que la Comunitat "merece por justicia" -en palabras de Ximo Puig- y no por "apoyar o no una investidura".
Tras la intervención de Rajoy y la comparecencia de todos los portavoces de los distintos partidos parlamentarios, Joan Baldoví (Compromís) dudaba si con ese discurso Rajoy quería "ganar esta investidura" y aseguraba que no había convencido a nadie de su grupo.
Sin hacer ninguna mención al apartado de financiación autonómica, el diputado de Compromís en el Congreso rebatía las tres afirmaciones en las que Rajoy se apoyaba para haber aceptado el mandato del Rey Felipe VI para ser el candidato a la presidencia del Gobierno.
Respecto a que "España necesita un Gobierno con urgencia", Baldoví respondía a Rajoy que éste no tenía por qué ser obligatoriamente un Gobierno del PP. Más tarde, manifestaba que los ciudadanos pidieron que gobernase una fuerza que generase más síes que noes, no que "los españoles han dicho que gobierne el PP", una declaración durante el discurso tildada de "vanidosa" por Baldoví. Así, terminaba su alegato con una tercera crítica a la afirmación de Rajoy de que "el PP es la única vía viable y razonable", a la que el líder de Compromís en Madrid aseguraba que el candidato a ser investido debía respetar las otras opciones por las que los ciudadanos optaron en las pasadas elecciones del 26J.