VALÈNCIA. ¿Y sí alguno de los grandes males del arte se curaran con una feria de autoedición? Rakel Stammer y Iurhi Peña, desde puntos diferentes, opinan eso. Las dos ilustradoras formaron parte de la feria Tenderete, celebrada este fin de semana en el Centre del Carme, y hablaron con este diario horas antes de hacer sus respectivas charlas.
Rakel Stammer (Suecia) habló de la autoedición, la serigrafía y la organización feminista dentro de la escena artística, con un tono muy contundente tanto a las instituciones del arte como a los propios movimientos sociales. Explica ella que "el movimiento feminista sin conciencia de clase y la conciencia de clase sin el feminismo no sirven de nada", algo que ella misma ha vivido desde su militancia. En este sentido, su obra se basa en cuestiones de género y tuvo una residencia en Women’s Studio Workshop en Nueva York. En su opinión, la visibilidad en la que tanto empeño está intentando poner las instituciones del mundo del arte "no sirve para nada si se quedan en el qué y no en el cómo", "no se trata simplemente de un número de mujeres y de hombres". También reflexiona sobre cómo la escena underground tiene que dar accesibilidad a los discursos más disidentes, en un mundo en el que las ciudades europeas viven procesos transformadores como la gentrificación. En este sentido, opina que "el dónde, el cómo y el por qué se desarrollan las acciones de la escena underground importan y se tienen que pensar aunque sea complejo", explica: "muchas veces se me ha tachado de ir en contra del feminismo por el simple hecho de creer que era importante también tener conciencia de clase, pero que una movimiento transformador sea bueno no significa que no pueda ser mejor".
Por su parte, Iurhi Peña (México) exponía su tesis sobre las ferias de autoedición y las redes que estas crean para que las publicaciones pequeñas tengan una salida digna en ciudades monstruosas como México D.F. Cuenta Peña como anécdota que en un barrio marginal de la capital, una empresa privada patrocinó una acción con artistas urbanos para que hicieran murales que embellecieran las calles más deprimidas: "si pintamos fuera de las casas sin saber ni implicarnos con lo que pasa dentro de ellas, lo estamos haciendo mal", opina para Culturplaza. En este sentido, la artista destaca las diferencias entre Europa y México (en favor de la primera) en el sentido de las redes artísticas que se crean desde la escena underground. También denuncia la situación de nula protección de la cultura que hay en su país y "la influencia gringa" en la organización de los eventos de arte.
La ciudad y el machismo se erigen así como dos aristas hostiles a la creación horizontal en el mundo del arte. Y Tenderete, no como proyecto individual, sino como feria de autoedición, es una solución posible. En opinión de Stammer, en València "tenemos un buen ejemplo de una iniciativa que es accesible, horizontal, pero que a la vez se encarga de curar contenidos que sean contestarios y que sirven al público para reflexionar sobre qué está pasando en esta ciudad y en Europa". Por su parte, Peña cree que, en contraposición a lo que sucede en México, estas redes e iniciativas que se crean en Europa son lo suficientemente grandes como para que el arte que las forman salgan adelante y lo suficientemente pequeñas para que no estén mercantilizadas. "En México hay algunas iniciativas como esta, pero aún queda mucho camino por andar", concluye la artista.
La Rambleta reunirá entre el 4 y el 5 de enero a cerca de 120 editores independientes de España, Italia, Macedonia y Francia, entre otros países. Entre los invitados especiales de este año, figuran los colectivos especializados en serigrafía Partizian Print y Shlag Lab