restorán de la semana

Ramen del Norte y del Sur

Sorber ramen, secar sudor

| 09/11/2018 | 2 min, 19 seg

VALÈNCIA. No lo busques en Tripadvisor porque no lo vas a encontrar. En este restaurante sirven auténtico ramen chino de las regiones del Norte y del Sur, pero también guisados, que viene a ser un plato similar al ramen, de mayor tamaño y más caliente, para degustar sin prisa, y alguna tapa fuera de carta que solo los más avispados podrán catar. Lo mejor de todo es que ellos mismos elaboran los fideos con sus propias manos.

Y a la vista de todos, sin trampa ni cartón.

Aquí se respira la China más auténtica y genuina. Los clientes de este pequeño y, de momento, desconocido local de Chinatown, en su mayoría asiáticos, dan buena fe de ello, y entre sorbo y sorbo de ramen te miran de reojo, se secan el sudor provocado por los calientes caldos y el extra de picante, te sonríen y te recomiendan su tapa estrella, una especie de pepinos encurtidos y oreja de cerdo.

Su dueño, Andrés Yu, un taiwanés afincado en Valencia desde hace 15 años, nos cuenta que, como todo ramen que se precie, la magia está en el caldo. Para obtener el mejor sabor lo concinan durante más de 12 horas, con ingredientes secretos (imposible sonsacarle qué se cuece) y que compran en el supermercado chino aledaño. Todo queda en casa.

Pero sin duda alguna, su puntazo es ver a Chao Sheng Lin, el cocinero, trabajar la masa, estirarla hasta formar los fideos, algo que puede llegar a ser tan adictivo como degustar. Elaboran dos tipos distintos de fideos: los tallarines que van estirando con las manos y los toshomen que cortan a cuchillo. En la carta podemos encontrar ramen del Norte y del Sur de China, cuya diferencia principal es el grado de picante. El toque de cilantro y cebollino hace el resto. Aunque abundan los platos con carne, también hay alguna opción vegetariana.

Teresa, una de las camareras, nos dice que hay días en los que han llegado a atender a casi cien comensales. Porque en China se desayuna, se come, se cena y se pica ramen también entre horas. El bar es un continuo ajetreo de gente entrando y saliendo, especialmente en su hora punta, las dos de la tarde, en la que posiblemente te toque compartir mesa con algún vecino del país asiático, como Sean, un cliente habitual natural de Hangzhou, que afirma, mientras se acerca al cuenco palillos en mano, que este ramen sabe como en China. 

Nos fiaremos de él. 

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