VALÈNCIA. Para tener público hay que generarlo. Esta cosa que, sobre el papel, parece tan fácil, es en realidad es el mayor caballo de batalla de las industrias culturales. Mantener espectadores y, al mismo tiempo, seguir creándolos. Este es el ambicioso objetivo del nuevo proyecto desarrollado en el Teatre Rialto, un programa específico de actividades con el que convertirá su cafetería en un espacio cultural más del inmueble, potenciando en ella una programación continuada vinculada a las distintas piezas que se representan en su sala. “Nace al mismo tiempo que se da un cambio sustancial en el teatro Rialto. Esta temporada gravita en torno a la identidad, pero no solo por lo que respecta a los espectáculos, también queremos reflexionar sobre la identidad de nuestros espacios: el teatro Rialto y el teatro Principal”, explica el director adjunto de artes escénicas del Institut Valencià de Cultura (IVC), Roberto García.
Bajo el lema ‘Habitem el Rialto’, el teatro está actualmente realizando pequeñas modificaciones en la cafetería para inaugurar el proyecto en apenas unos días, cuando se pongan en marcha las primeras actividades vinculadas, en este caso, a la versión del Tirant capitaneada por Paula Llorens y Eva Zapico, que se estrena en la sala el próximo 13 de febrero. La revisión del clásico de Joanot Martorell servirá de excusa para la celebración de los primeros encuentros, un calendario de eventos que cuenta con charlas, conciertos y, entre tanto, el ‘fichaje’ de la periodista y presentadora del programa de sexo ‘Contigo dentro’, Celia Blanco, que dará una charla bajo el lema ‘Cuando dejamos de soñar de ser con princesas’. "El Tirant, sobre todo este versión, genera una serie de elementos de debate alrededor. Siendo una obra basada en una novela de 1490, ya plantea cuestiones muy interesantes, con una carga erótica muy importante y un punto de libertad muy estimulante”, recalca García.
Precisamente, está en el espíritu del proyecto no solo realizar eventos vinculados explícitamente a las obras allí representadas, sino que de ella se deriven puntos de debate que las conecten con la sociedad, tirar del hilo con el objetivo de conectar lo que allí se cocina con la ciudad. También por lo que respecta al apartado musical pues, vinculado a la obra de teatro Tot explota, dirigida por Carla Chillida, está previsto el concierto de la rapera valenciana Tesa. Estos son algunos ejemplos de los eventos que coparán a partir de ahora y hasta final de temporada el escenario de la cafetería del Rialto, una oferta gratuita que se compondrá de lecturas poéticas los martes, encuentros con una personalidad destaca o tertulia lo miércoles y conciertos los viernes. “Se trata de un proyecto de captación y fidelización de público, especialmente el más joven. En las distintas encuestas de consumo cultural una de las cosas más llamativas es que no consumen cultura y, si hablamos de artes escénicas... Al final, si creamos buenos espectadores para el Rialto lo hacemos para el Talía, para Sala Russafa y para todos".
Esta ‘revolución’ del teatro se ejecuta, explica García, en la primera temporada sin herencias del pasado, en la que el espacio pasa a ser plenamente un “centro de producción propia, no un dispensador de espectáculos”, momento idóneo para desarrollar un “experimento” que no cambia el fondo de la cuestión pero sí mueve la dirección de la nave. "El reto es aprovechar la conversión del Rialto en centro de producción propia para desarrollar un programa de desarrollo de audiencias [...] Queremos crear una comunidad de espectadores que se sientan participantes activos, que colaboren en los procesos de creación. Esto lo hacemos a través de la educación secundaria, incidiendo en el terreno digital y, ahora, abrimos un nuevo melón con 'Habitem el Rialto'. Que no sea solo un teatro, sino un centro sociocultural”, explica el director adjunto.
El foco está puesto en potenciar la personalidad propia del espacio en un contexto en el que convive con otros teatros como pueda ser el Teatre el Musical o La Mutant, de gestión municipal, hasta salas privadas como el Micalet o el Talía. Si la producción propia es la gran baza -"te permite fidelizar un tipo de público y generar un discurso propio"- también lo es la apuesta deliberada por el formato medio. La redefinición del espacio también pasa por la unificación de la gráfica que comunica los espectáculos de cada temporada. De esta forma, este año, por “coherencia gráfica”, se ha encargado toda la cartelería al autor Jaume Marco, una fórmula que no es novedosa, siendo, por ejemplo, el propio Centro Dramático Nacional el que encarga toda su imagen al diseñador Javier Jaén.
"Hubo una primera semilla [de Habitem el Rialto], que son os clubs de lectura, una de las mejores cosas que estamos haciendo. Grupos de ciudadanos muy diversos que, un mes y medio antes de estrenarse la obra, la leen y debaten, una actividad organizada por una serie de dramaturgos que participan en las sesiones", explica Roberto García, quien destaca la experiencia en torno a la obra De Sukei a Naima de Gemma Miralles. Este "experimento" de la 'cafetería cultural' es un pilar que se suma a las tareas en el ámbito educativo, especialmente con alumnos de educación secundaria, con los centros del barrio del Carmen o el Lluis Vives como ‘conejillo de indias’. Para ello han apostado por la inclusión de las nuevas tecnologías, animando a los participantes a generar teasers de las obras con sus teléfonos móviles, o 'cediéndoles' la tarea de organización de distintas charlas con los protagonistas de distintas piezas teatrales. El Rialto tiene nuevos habitantes.
En la Sala 7 del Rialto se presenta ‘For (D)’ de la valenciana Olga Clavel, un espectáculo de danza sobre el impacto de la música en el cuerpo