Foto: CARLOS CASTRO/EPVALÈNCIA (EFE). Un numero menor de la ratio de alumnos por aula y el asentamiento definitivo en el sistema educativo de las tecnologías, cuya irrupción se aceleró al irrumpir el confinamiento, pondrán nueva cara a la Educación que se perfila tras la pandemia.
O al menos así lo desea la comunidad educativa, que confía en que estos aspectos positivos que ha traído la pandemia "se queden" por el bien de la calidad de la enseñanza, igual que desean revertir la pérdida de las relaciones directas entre alumnos, profesores y familias o la sobrecarga de trabajo.
Tanto sindicatos como patronales y asociaciones de padres y madres valoran que la brecha digital que dejó en evidencia la pandemia "se ha atenuado algo" aunque aún queda camino para su desaparición.
Vicenta Rodríguez, de Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana, valora a EFE que la pandemia ha traído una reducción de alumnos por aula y una dotación extra de profesorado covid que, a su juicio, "deberían quedarse" cuando vuelva la normalidad.
"Hemos visto que se funciona y se trabaja mejor", sostiene, a la par que aboga por mantener el aprovechamiento de tiempo y la "muy buena organización escolar" que ha traído la reorganización en las entradas y las salidas del centro; también valora las nuevas costumbres de aseo y limpieza que "antes costaba cumplir y ahora son un hábito que se va a quedar".
Lamenta que la pandemia haya acabado con la "relación directa con las familias", las jornadas de puertas abiertas, las reuniones y las tutorías en persona, y aspira a que se revierta un contacto que el coronavirus ha impedido "personalizar".
Rodríguez cree que la brecha digital "se ha atenuado" al dotar de dispositivos a quien no los tenía y es "positivo" como lo es la formación del profesorado en el ámbito digital, aunque advierte del aumento de la dependencia de las pantallas.
Para el presidente de la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada de la CV (Acade CV) y director del grupo IALE, Alejandro Monzonis, la pandemia "ha hecho que la tecnología aterrice de forma mucho más presencial en los centros".
Ha permitido asentar la formación adquirida por los docentes los últimos años: "Se ha puesto en valor que todo el profesorado tiene que ser tecnológico y ha sido una apuesta que se ha adelantado a los tiempos que pensábamos", y ha empujado "a dar el salto final para convertir globalmente el colegio en tecnológico".
La pandemia, defiende, "ha ayudado a que el sistema educativo vaya por mejor camino y sea más practico", que el profesorado esté más involucrado en hacerlo más dinámico y ágil y las aulas no se limiten "a cuatro paredes", pero por el contrario, ha aumentado "el estrés de los profesionales, pendientes de cumplir las normas sanitarias".
Se ha perdido el contacto con las familias y las reuniones cara a cara, algo "muy negativo" de la pandemia, a juicio de Monzonís, para quien las medidas sanitarias e higiénicas deberían "permanecer" para conseguir un entorno "más seguro" e incluso las mascarillas deben mantenerse en espacios como la cocina.
Desde la Asociación de Padres y Madres Gonzalo Anaya, su vicepresidente, Rubén Pacheco, ve "innegable" que la pandemia ha paliado "una exigencia de décadas": la disminución de la ratio y "en aquellos cursos con presencialidad cien por cien y combinado con una ratio baja, el rendimiento académico y escolar es mejor".
La pandemia "ha reforzado la necesidad de que las ratios sigan bajas", insiste a EFE, y sostiene que ha demostrado que las infraestructuras educativas "no estaban preparadas para esa fuerte bajada".
Por eso reclama que "el incremento de la inversión en Educación -que ha permitido también contratar a más docentes- se multiplique" para "dotar a los centros de necesidades técnicas y estructurales para responder al día a día y situaciones extremas".
"Por fin y aunque obligados, las TIC han llegado a las aulas y van a seguir", apunta para resaltar que no solo se ha invertido en material sin también en formación de profesorado, alumnado y familias.
La peor parte ha sido que la presencia de las ampas en los centros "se ha quedado en algo casi irrelevante", sin extraescolares ni ayuda a la conciliación ni para dar respuesta didáctica, lúdica o cultural a los barrios, algo que confía "en revertir".
El portavoz del sindicato STEPV, Marc Candela, ve como uno de los aspectos más negativos de la pandemia "la evidencia de la brecha digital que escondía una brecha social que aumentó la desigualdad" y, aunque cree que se ha atenuado, "no se trataba solo de tener una tableta sino de acceder a Internet".
Lamenta el "impacto psicológico" que ha tenido en alumnado, profesorado y familias porque "se han perdido las relaciones sociales", así como el "sobreesfuerzo" realizado para adaptarse a la situación.
"Como contrapartida, la implicación de la comunidad educativa para superar esta situación", sostiene; también valora que la bajada de la ratio da "una atención de más calidad y es una medida que se tiene que quedar", e insta a la Administración a tomar nota.
La secretaria general del sindicato FSIE, Pilar Naveda, valora a EFE la disminución de alumnos por aula y resalta especialmente "la línea de comunicación abierta y generalizada de la Administración con los agentes implicados" y confía en que perdure tras la covid.
La representantes del sindicato mayoritario en la enseñanza concertada y uno de los más representativos en la privada y atención a la diversidad funcional valora que "la digitalización es buena" aunque "complicada", no tanto por adaptarse sino por la mayor carga de trabajo para docentes.
Igualmente lamenta la pérdida de la relación más directa con los alumnos y que el uso de la mascarilla ha agravado los problemas de garganta "propios de tener que subir la voz", aunque confía en que "cuanto estemos todos vacunados, esto se revierta".
"La tecnología ha venido para quedarse porque su aplicación es necesaria, pero entra en contradicción con la naturalidad y la manera de dar las clases", concluye.
