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entrevista al director general corporativo de familia martínez

Raúl Martín: "Se está siendo tremendamente injusto con la industria de la alimentación"

9/03/2023 - 

VALÈNCIA. "Se está siendo tremendamente injusto con la industria de la alimentación". Así valora Raúl Martín, director general corporativo de Familia Martínez, la situación y opiniones generadas tras la subida de precios en los supermercados a causa de la inflación. El grupo, que aglutina Embutidos Martínez, Platos Tradicionales, Cinco Tenedores, La Pila Food y Quicook, factura 350 millones de euros con más de 1.600 personas repartidas entre sus plantas, ubicadas en localidades como Buñol o Cheste.

Participada por la familia Martínez, con Francisco Martínez a la cabeza, el grupo cuenta en Platos Tradicionales con un accionista francés, a través de una joint venture creada por su experiencia en horno. Cinco Tenedores, Embutidos Martínez y Platos Tradicionales trabajan de forma exclusiva para Mercadona. Mientras, La Pila Food, compañía que incorporaron en 2020, provee a otros retailers, como Lidl o Carrefour, además de food services con compañías como Telepizza.

Raúl Martín, que lleva ligado a Familia Martínez y a sus empresas desde 2016 y compatibiliza sus funciones como director general corporativo, con sus actuales cargos como responsable de Sistemas, Personas y Producción. Al mismo tiempo, se mantendrá también como CEO de KM Zero Food Innovation Hub.

Licenciado en Informática por la Universitat Politècnica de València (UPV), con posgrado PDG por IESE también ha realizado la formación 15x15 por EDEM, su trayectoria profesional ha estado ligada a la dirección de proyectos empresariales con foco en la innovación, las inversiones y el entorno emprendedor.

- Dada la situación actual de inflación, ¿tienen las empresas de Familia Martínez problemas con los costes de las materias primas?

- Creo que se está siendo tremendamente injusto con la industria de la alimentación. Estuve en una charla hace unos días y se hablaba de que el índice de precios industriales del año pasado ha tenido picos del 40%. La alimentación, que parece que es lo único que suba, se ha repercutido entre un 15 y un 22%. Hay un 20% de gap que estamos asumiendo con respecto a nuestros márgenes. Algunos podemos soportarlo, pero muchos otros no. Al final, ese gap va contra nuestro margen, y el año ha sido terrible. 

"Hay un 20% de gap que estamos asumiendo con respecto a nuestros márgenes"

Lo peor no es eso, es que hay fluctuaciones de precios, especialmente con la proteína animal, que habrá que repercutirlo. Por este motivo, se está tratando de una manera súper injusta. Y si ya nos podemos con las figuras de los empresarios, ni te cuento. Llevamos soportando tres años terroríficos, desde la covid a la escasez de productos, que nunca habíamos tenido. Y eso no se comunica. Por motivos meteorológicos, o ahora con el cerdo, huelgas de transporte, materiales,... 

O la energía, que durante el último año ha sido descomunal. Se han multiplicado por cuatro o por cinco la partida de suministros. De hecho, era algo con una relevancia pequeña en un escandallo de producto y ahora es de las más importantes.

- Van a seguir subiendo los precios, se entiende.

- Si me pides mi opinión, los precios no creo que bajen, porque en el escenario en el que nos estamos moviendo y con la inflación que tenemos hay para rato y hay que repercutir esos precios. Es un tema sensible, creo que no nos están ayudando para nada, hemos sufrido y estamos sufriendo. Pero todo lo que ha ocurrido es como la tormenta perfecta. En suministros parece que está más estabilizado, pero especialmente con el tema de la proteína animal, hablábamos en un comité de dirección y se esperan fluctuaciones hasta octubre o noviembre. Esto ocurre por cuestiones geopolíticas. Una peste porcina o una gripe aviar hace que la gente deje de criar. 

- ¿Y qué está ocurriendo a día de hoy?

- Ahora mismo estamos en un escenario tremendamente alcista, especialmente con el cerdo, y estamos viendo números que no se han visto. A mí me preocupa -y yo solo llevo seis años en alimentación- que la gente que está mucho tiempo en el sector nunca haya visto algo igual. Es verdad que llevamos tres o cuatro años en una montaña rusa. En esta ocasión, se trata de gripe porcina y la cabaña se reduce. Entonces, necesitas un tiempo para criar. A esto, se ha unido que si tienes que alimentarlo y el alimento cuesta más, hay que decidir si criar o no. Hay falta de materia prima y esto afecta.

- ¿Por qué cree que la gente tiene la percepción de que la distribución y los fabricantes están subiendo precios para beneficiarse?

- Nuestra visión es que no se repercute el coste real. El índice de precios industriales lo que hace es ver la fluctuación de todos los precios de venta que se producen, incluidos suministros de energía. Si has tenido subidas del 40% y estás repercutiendo menos del 20%, en algún momento dado podrás aguantar ese margen, pero ya estamos en un escenario de márgenes reducidos. Y llegará un momento en el que el empresario diga, cierro la persiana y ya está. 

"la industria de la alimentación ha dado la cara en los últimos tres años"

Considero que se está utilizando esto políticamente, y de una manera injusta, cuando la realidad es que la industria de la alimentación ha dado la cara en los últimos tres años. Recuerdo cómo lo pasamos en la covid. No faltaron nunca alimentos, se asumieron costes de una manera importante y, si la materia prima sube, habrá que repercutir los costes. Es como el precio de la gasolina, no se pone en duda cuando se está pagando el doble de lo que se hacía anteriormente. 

- ¿Por qué considera que hay un interés político de señalar a los distribuidores en esta cuestión?

- Si hay en este caso una inflación que no se puede controlar, o que no se ha hecho lo que se tenía que hacer para controlar, es muy fácil derivar la atención al empresario en este caso o a la industria de la alimentación. ¿Que la cesta ha subido? Eso es evidente. Pero no ha subido respecto al coste real de la materia prima. De hecho, nosotros corremos otro serio riesgo. Y es que si subes el precio de un producto que está posicionado, puedes convertirlo en otra cosa, y harás que el producto se deje de vender. Este escenario no es bueno para nadie.

- Dada la inflación, ¿están viendo cambios en los hábitos de consumo?

- Todo lo que es producto con un precio medio más alto, disminuye. Es verdad que la mayoría de los que vendemos, gracias a que lo hacemos con Mercadona -que es bastante sensible con el precio-, hace que ofrezcamos una muy buena oferta a un muy buen precio. Con lo cual, la mayoría de nuestros productos sí que, aún siendo sensibles, no vemos una disminución importante es volumen. 

"Hay riesgo de desposicionar productos, por lo que la situación no favorece a nadie"

Es verdad que determinados productos que hacemos con un precio de compra mayor, porque es más grande, por ejemplo, sí que vemos que se vende menos, y es normal. Si estás comprando pistacho a 3,5 euros y sube a 7 euros, pues compras garbanzos. Es el riesgo de desposicionar un producto. Con lo cual, el entorno no favorece a nadie, por mucho que se crea que se está ganando más dinero que nunca. 

- ¿A qué productos está afectando?

- Nosotros no hemos notado una disminución en cuanto al volumen. Aunque es verdad que se cambia. Si la proteína de cerdo está más cara, la gente optará por otros productos. Si una longaniza que hacemos con tripa sube de precio, la gente irá a la sin tripa. Entonces, el consumo va fluctuando en cierta medida. La suerte es que tenemos una gama muy amplia y continuamente estamos haciendo nuevos desarrollos, porque somos sensibles a la situación. No es exactamente lo mismo, pero cuando hubo problemas con el aceite de girasol nos planteamos sustitutivos. Se trata de adaptarte. Nosotros somos flexibles, y el cliente también.

- ¿Cuánto se ha acortado el margen?

- No tenemos todavía el cierre del año y tenemos algún socio que cotiza en bolsa, con lo cual no podemos avanzar nada todavía. Pero los márgenes se han reducido a niveles que no conocíamos, y la suerte es que, de alguna manera, hemos podido sortear la crisis porque hay otros fabricantes que lo están pasando mal y no han podido. Ha sido un año muy malo.

- ¿Se plantea Familia Martínez la compra de alguna nueva compañía?

- Dada la situación y dado el entorno, nuestra estrategia es continuista. Para el año que viene, la prioridad es recuperar el margen. La segunda, ser lo más eficientes posibles y la tercera va vinculada a la sostenibilidad, de la que toda la industria estamos hablando mucho. Para todo el tema de nuevos proyectos de desarrollo, tenemos KM Zero, donde hacemos pruebas con distintos tipos de producto que pueden ser interesantes en un futuro en determinados ámbitos. O pequeñas inversiones o pilotos dentro de nuestro ámbito de venturing, para ver cómo funciona. Pero ahora mismo, nuestra estrategia es de contención y continuista porque el entorno no es el mejor.  

- ¿En qué punto está la entrada en las proteínas alternativas?

- Estamos haciendo desarrollos en muchos ámbitos. Si la proteína animal está cara, y la vegetal está más barata, vamos haciendo desarrollos 50-50. También exploramos cómo se integra la proteína vegetal en platos preparados. Por lo pronto, el tema de los insectos lo dejamos de lado. En este sentido, todo lo que hemos hecho con insectos tiene que ver con el uso para proteína de consumo animal. Pero estamos probando proteína vegetal en algunos desarrollos que tenemos.

"Si la proteína animal está cara, y la vegetal está más barata, vamos haciendo desarrollos 50-50"

 Desde combinar carne picada 50-50, o un embutido 50-50, o una lasaña con parte de proteína vegetal. Es verdad que se ha dado un boom de este tipo de proteína, pero también el mercado está poniendo esto en su sitio y sigue siendo un nicho pequeño. No obstante, no tenemos que perder de vista la cuestión. Primero, al ver hacia dónde va el consumo. Y segundo, si esta proteína es más económica, vamos a  combinar.

- Hizo KM Zero un informe de aceptación de este tipo de proteínas. ¿En qué punto se encuentra?

- Lo primero que nos llama la atención es que la gente busca proteína vegetal que se parezca a proteína animal, que es un poco increíble, porque si tienes una convicción daría igual que fuera distinto. Hicimos un estudio con Thimus, y el mejor resultado fue para un mix. La hamburguesa que mejor salió fue una mezcla entre animal y vegetal. Siempre hago una broma, y es que esto es para que alguien vegano o vegetariano vaya a una hamburguesería y pueda comer igual que el resto de su compañeros. Esta es la primera percepción. 

La segunda es que la proteína vegetal ya está a un nivel en el cual es bastante sencillo hacer cualquier cosa en cuanto a textura, apariencia y sabor y veremos cómo evoluciona este mercado. Tradicionalmente, la soja es la que ha sido más denostada, aunque al principio era la que tenía mejor aceptación. Ahora, ya se mira a proteínas como la de guisante.

- KM Zero nació como su hub de innovación. ¿En qué se ha transformado?

- Nace de una visión, de Paco Martínez, con todo el apoyo de Familia Martinez, de que no podemos estar aquí sentados esperando a ver qué va a pasar. Empezamos hace cinco años, y la visión que compartíamos en su momento es la visión actual. Queríamos hacer un sistema de innovación en alimentación abierto, y esa es la parte diferencial. Recuerdo los primeros años en los que nos decían que éramos la aceleradora de Familia Martínez, pero no, nuestra visión es abierta. 

Esto nos permite tener compañeros de viaje en industrias parecidas a las nuestras e intereses comunes que nos hacen más fácil construir este ecosistema. Y si busco proyectos, éstos pueden dar soluciones a multitud de compañías a la vez. Por eso, lanzamos el programa de venturing, donde determinadas compañías compartimos proyectos. Esto es bastante disruptivo, porque al final se habla de no contar las cosas. Pero es más interesante encontrar proyectos a los que podemos acompañar y encontrar sinergias. Si a mí me vale y a ti también y puedo impulsar a esa compañía y minimizar los riesgos en cuanto a inversión, mucho mejor. 

Al margen de encontrar sinergias, no nos olvidemos de que tiene una parte social, y es que nos gusta contribuir a que València sea un ecosistema de innovación en alimentación en el que nosotros somos parte, y lo hemos conseguido. Por eso pusimos en marcha nuestro evento Ftalks. Queremos ser el sitio en el que se hable de qué va a pasar en la alimentación. Y además, tenemos esa red de embajadores que nos ayuda. 

- Hablaba antes de sostenibilidad, ¿hacia dónde se camina?

- Nosotros siempre decimos que todo parte de la sostenibilidad económica y de que el proyecto perdure. Al final, la misión de toda empresa es perdurar y, evidentemente, ser sostenible económicamente. De ahí nace el resto de conceptos que tienen que ver con el mundo, las empresas y las personas. De hecho, tenemos la certificación B corp. En industria nos preocupa la sostenibilidad y solo hace falta visitar nuestras plantas. En la lasaña, por ejemplo, la utilización de la barqueta de madera supuso la reducción de 1.300 toneladas de plástico, que fue algo muy disruptivo. Pero nosotros no paramos. Al final, el uso de determinados tipos de envase tiene que ser sostenible económicamente. Hay que encontrar el contrapunto sin volvernos locos.

Nosotros tenemos proyectos, por ejemplo, de reducción de sal. Hacemos productos sin colorantes, sin conservantes ni aditivos en Platos Tradicionales. Y en el resto de compañías del grupo vamos en ese camino. Pero se tienen que adaptar en precio y a la demanda del consumidor. 

- ¿Cuál es la visión como grupo para 2023?

- La primera misión que tenemos para este año es mejorar el margen. Venimos de tres años de fuertes inversiones. 17 millones en la nueva planta de carne picada que se hizo en Cheste, mas cerca de 50 millones en Platos Tradicionales en los últimos 4 o 5 años. El margen en este caso se ha reducido y necesitamos recuperar. ¿Y cómo lo hacemos? Con medidas de eficiencia que estamos implantando, pero tenemos que volver a la senda del beneficio, porque sino no es sostenible. 

Por lo tanto, es un año de nadar y guardar la ropa. Estamos muy contentos con nuestro cliente, los productos están funcionando bien, específicamente en la parte de platos preparados. En la parte internacional, también estamos desarrollándonos. Está funcionando bien con algunos desarrollos a través de La Pila Food. Entonces, vamos con la estrategia que teníamos marcada, que era abrir camino a nivel internacional y de food services y enfocándonos en el resto en ofrecer variedad de producto.

- ¿Cómo avanza esa parte internacional?

- Estamos haciendo proyectos en Francia, Noruega y adaptando algunos productos a ese tipo de mercados que, en determinadas ocasiones, requieren determinados desarrollos. La fábrica de La Pila también es bastante flexible y nos permite hacer tiradas más cortas y hacer pilotos.

- ¿Cómo es trabajar para Mercadona en exclusiva con algunas de las divisiones?

 - Estamos encantados con el cliente. Nos ayuda a ser mejores. De hecho, es verdad que cuando hemos adquirido alguna otra compañía, replicamos este estándar al que nos ayuda nuestro cliente a estar. La relación es buenísima, se está haciendo un gran esfuerzo, tenemos una cuota muy alta de algunos productos gracias a su capilaridad y el nivel de exigencia hace que al final demos el mejor producto al mejor precio.

- ¿Vamos a ver nuevas innovaciones en los lineales por parte de Familia Martínez?

- Esperemos que sí. Toda la categoría de platos preparados tiene mucho desarrollo. El lineal no tiene nada que ver con el de ahora. Además, el cliente también está potenciando la parte del Listo para Comer. Hay un montón de recorrido en cuanto a ingredientes, packaging, maneras de consumir… El producto está muy bueno y es muy fácil de preparar, y esa es la diferencia. Veo mucho recorrido en platos preparados,  y en preparados cárnicos nos están funcionando las categorías muy bien y presentamos continuamente innovaciones y alternativas. Pero hay mucho margen de desarrollo en las líneas que cubrimos.

- ¿Se os han acercado fondos?

- En los últimos años, la alimentación ha sido un valor refugio. Los fondos, con todo lo que ha pasado, han tenido operaciones fallidas y se ha hablado mucho de la entrada en alimentación. En nuestro caso, no se nos ha acercado nadie. Tampoco es nuestra intención, pero habrá que plantearse en este entorno si se mantiene la tendencia de los fondos en alimentación. Al final, toda la estabilidad que existía en los últimos cuatro o cinco años, ha cambiado.

- ¿Se consigue mantener la esencia de empresa familiar?

- Se está haciendo muy buen trabajo por parte del grupo a nivel corporativo, tenemos buenas expectativas, estamos contentos. Desde el principio, toda la parte de liderazgo está enfocado a las personas. Y todos los que estamos en capa directiva somos personas que hemos estado mucho tiempo en el grupo. Estamos potenciando la parte de promoción interna con formación. Tenemos un perfil directivo bastante potente. Y se creó una dirección corporativa de cultura. Tenemos valores muy buenos que tienen que ver en gran parte con la empresa familiar y trabajamos esa cultura para que todos se sientan miembros de una familia.

- ¿Cuál es su plato favorito de Familia Martínez?

- Es el pollo asado. ¿Por qué ha funcionado tan bien el gratinado y el asado? Porque nuestro gratinado es diferencial. Es en horno, no es una pasteurización, y esa es la innovación real. Esa arqueta de madera nos permite cocinarlo así. La lasaña que tradicionalmente se ha comido está pasteurizada. La diferencia o la innovación viene porque esté horneada. Y lo mismo con el pollo.

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