GRUPO PLAZA

TRIBUNA LIBRE

Reabre la Biblioteca de les Dones. ¿Y ahora qué?

Una reflexión desde la biblioteconomía y el feminismo

13/12/2016 - 

VALENCIA. En fechas recientes hemos asistido a la inauguración de la remodelación de la Biblioteca de les Dones en su sede tradicional de la calle Nàquera. Es éste un retorno largamente reivindicado por muchos colectivos de mujeres que hemos exigido el espacio propio, céntrico y digno para esa biblioteca. 

No hace ni cinco años se la había prácticamente condenado a desaparecer. Tras el recorte drástico del presupuesto para adquisición de fondos bibliográficos, que suponía que la magnífica colección iba perdiendo actualidad al no poder incorporar novedades; se amortizó la plaza de bibliotecaria, tras la jubilación de su titular, Elisa Sanchis; finalizó el contrato de obra y servicio que posibilitaba que ésta tuviese apoyo técnico en las múltiples actividades y servicios que se brindaban desde la biblioteca; se puso a la venta el edificio de la calle Nàquera que la albergaba y se empaquetó el fondo bibliográfico, cerrándose sus puertas en vísperas de la navidad de 2011. 

Tristes tiempos para una biblioteca que tuvo en su mejor momento sedes también en Alacant y en Castelló de la Plana, con múltiples actividades y atendidas por personal profesional altamente cualificado. La biblioteca de Castelló fue la primera en sufrir la amortización de la plaza de bibliotecaria, perdiendo la principal condición para ser considerada una biblioteca. Alacant se mantiene gracias al trabajo encomiable de su bibliotecaria.

La presión constante de las asociaciones de mujeres y de los colectivos de profesionales de las bibliotecas obligó a la Conselleria de Bienestar Social a comprometerse a la reapertura de la Biblioteca de la Dona de València en el Complejo Administrativo 9 d’Octubre y a que estaría atendida por una bibliotecaria documentalista de avalada trayectoria. 

Pero no fue hasta noviembre de 2014 que pudo volver a prestar servicio en unas condiciones y un espacio a todas luces inadecuados: con una única profesional bibliotecaria, comprometida y dinámica, pero insuficiente; con un horario poco adaptado a las necesidades de las usuarias (dada la carencia de personal); y en un espacio lejos del centro de la ciudad, que encuentra dificultades para crear sinergias con otros espacios de actividad cultural. Un espacio, además, compartido con las bibliotecas de las consellerias que tienen sede en el complejo administrativo. A todo ello se añadía la ya crónica falta de presupuesto para actualizar el fondo bibliográfico. 

La presión para que el edificio de la calle Nàquera volviese a ser el espacio propio de las mujeres y que en él se albergase además la Biblioteca de les Dones no mermó con el cambio de color político de la Generalitat.

Ahora, que nuestra demanda de retornar al edificio de la calle Nàquera se ve por fin atendida, no puedo dejar de hacer una reflexión desde el punto de vista bibliotecario.

Además del espacio digno, céntrico, accesible y confortable, una biblioteca es un espacio para el reequilibrio del poder y se ha de basar en cuatro pilares ineludibles

-La colección, elemento que ha de ser necesariamente dinámico, que ha de tener solera y actualidad, que ha de responder a una política de adquisición, de control y de difusión que requiere dinero suficiente y criterio técnico especializado.

-El personal, que ha de llevar a cabo la tarea de conformar la colección y también la de difundirla y diseñar los servicios más adecuados a las necesidades de sus usuarias. Ha de ser especialista en la doble vertiente bibliotecaria y de la materia de la biblioteca en que trabaja, feminismos y estudios de y sobre las mujeres. Ha de ser suficiente para programar y desarrollar la colección y las actividades, en horarios adaptados a las necesidades del servicio. No se puede parchear la carencia de personal con voluntariado sin que se produzca una merma en la calidad del servicio bibliotecario.

-Los servicios, que en este caso tienen una doble vertiente: se trata de una biblioteca dirigida a las mujeres en general, es decir, con características de biblioteca pública; pero también es una biblioteca especializada, por tanto ha de dar servicio a las investigadoras y ser referencia para cualquier trabajo especializado en materia de feminismo y de mujeres. Esto requiere capacidad personal y material para desarrollar tanto la función dinamizadora de la lectura y el debate, como la colaboración con los centros de investigación y las redes de bibliotecas de mujeres a nivel estatal e internacional. Difícilmente se podrán dar estos servicios sin capacidad para ofrecer horarios de apertura amplios y personal especialista suficiente.

-Las usuarias, que son el elemento más importante de cualquier servicio bibliotecario porque sin ellas ninguna biblioteca tiene sentido. Para ellas se ha de diseñar la difusión, conformar la colección, negociar el espacio y las actividades. 

La Biblioteca de les Dones tiene el privilegio de contar con una colección a día de hoy valiosa, aunque algo obsoleta, y con un público fiel y exigente, que la ha apoyado en los momentos de zozobra, que ha demandado servicio de calidad y al que nunca agradeceremos bastante la solidaridad que ha hecho posible que mantengamos esta habitación propia, con nuestros propios libros, abierta para todas.

No podemos permitirnos que la oportunidad que supone la reapertura de la Biblioteca de les Dones en la calle Nàquera se quede en una actuación cosmética. Lo que se abrió el pasado 28 de noviembre es nuestra biblioteca y yo eché de menos la presentación del proyecto bibliotecario.

No podemos dejar de reivindicar la biblioteca que necesitamos. Estamos ahí para tomar el espacio del conocimiento, para hacerlo entre todas y de todas. 

No quiero que el comentario más positivo que pude hacer el día de la reapertura fuese lo bonita que es la lámpara. 

Noticias relacionadas

next

Conecta con nosotros

Valencia Plaza, desde cualquier medio

Suscríbete al boletín VP

Todos los días a primera hora en tu email


Quiero suscribirme

Acceso accionistas

 


Accionistas