VALÈNCIA. El turismo es, sin duda, uno de los principales motores de la economía en España. Prueba de ello es que 2017 ha sido histórico en este sentido, registrando el récord anual de más de 80 millones de visitantes extranjeros, quienes en el mes de octubre ya habían reportado al país un ingreso acumulado de 77.600 millones de euros. Una cifra en absoluto desdeñable, mucho menos si se compara con el 2016, cuando el total del ejercicio completo fue de 77.400 millones de euros.
Entre todas las posibles, la modalidad conocida como “de sol y playa” se lleva la palma. Las favorables condiciones climatológicas que España ofrece prácticamente a lo largo de todo el año explican en gran medida esta tendencia, siendo las Islas Baleares una de las comunidades autónomas predilectas para los turistas procedentes de todo el mundo. Obviamente, aquí el verano se lleva la palma, pero de un tiempo a esta parte se puede observar un sintomático viraje.
Por ejemplo, el Consell de Ibiza desvelaba en la última edición de FITUR que la isla recibió en 2017 un 13% más de turistas en temporada media y baja. Es más: quienes la visitan fuera de los cinco meses centrales de la campaña turística – que comprende desde mayo hasta septiembre – ya representan el 36% del total de viajeros. Justamente, fue en esta feria de referencia a nivel internacional sobre turismo donde las instituciones ibicencas aprovecharon también para presentar el calendario deportivo de 2018.
Porque, más allá de la conocida y amplia oferta de playas y ocio nocturno, el deporte se está consolidando como uno de los principales motivos para desplazarse hasta Ibiza, que ya tiene previstas un total de 19 pruebas distribuidas a lo largo del presente año. Estas no solo están ayudando a desestacionalizar el turismo, sino a activar la economía de manera continuada anualmente, así como a poner en valor otras facetas más desconocidas del destino en cuestión.
De este modo, Ibiza está pasando a atraer cada vez en mayor medida un perfil de visitante de calidad, más sostenible y con intereses diversos, como son el patrimonio cultural o la gastronomía local. Una buena muestra de ello sería el Ibiza Marathon e Ibiza 12K, dos citas que se estrenaron en abril de 2017 con un censo próximo a las 2.000 personas, las cuales dinamizaron la actividad de la isla mucho antes de lo habitual, ya que la celebración de ambos eventos va necesariamente aparejada al sector de la hostelería.
Y el fenómeno se retroalimenta: todo ello está fomentando que las grandes compañías empiecen a pensar en Ibiza como el escenario idóneo para sus convenciones. Sin ir más lejos, Mercedes-Benz llevará desde febrero hasta abril a más de 14.000 empleados de su red comercial internacional para presentarles las novedades de la marca en 2018; un acontecimiento cuyo impacto económico se estima en 20 millones de euros a priori.
Conscientes de semejante potencial, los propios organizadores de los eventos deportivos de la isla están trabajando para que esta positiva dinámica se mantenga. Retomando el caso citado líneas arriba, el Ibiza Marathon e Ibiza 12K ofrecen, por ejemplo, promociones exclusivas para empresas, facilitando inscripciones de grupo a precio especial y la gestión del viaje en su integridad – desplazamiento, alojamiento y extras como el alquiler de vehículos –, de manera que muchas entidades barajan estas pruebas como una buena ocasión para incentivar a sus equipos.
Con todo, a pesar de los muchos clichés acumulados durante décadas de efervescente turismo, parece que Ibiza se está redefiniendo a sí misma como destino, siendo el deporte y la empresa dos nuevos baluartes con los que proteger su actividad económica desde un enfoque tan viable como amable.