Los kurdos son otro pueblo olvidado por la descolonización e instrumentalizado por diferentes potencias extranjeras así como por intereses internos
El origen de los Estados, como estructura política, se conforma en Europa a lo largo de un extenso, y en ocasiones cruel, proceso histórico que dura siglos. Friedrich Engels lo describió así: "Desde fines de la Edad Media, la historia trabaja en el sentido de constituir en Europa grandes Estados nacionales". Fue en su obra El Papel de la Violencia en la Historia, muy influida por cierto por Karl Marx y su obra Das Kapital (que cumple en 2017 150 años) donde describe a la violencia como partera de la Historia (en expresión de sus exégetas). Por eso, como recoge Pilar Vicente en su columna de ayer de Valencia Plaza, el barcelonés y ex primer ministro francés Manuel Valls afirmaba: “La independencia de Cataluña sería el fin de Europa”. Por su parte, unos años después de Engels, Max Weber afirmó como una de las características más importantes del Estado el ejercicio legítimo del monopolio de la violencia; al cabo de pocos años en la Convención de Montevideo sobre Derechos y Deberes de los Estados, en 1933, se establecieron los elementos que configuraban a un Estado, una población permanente, un territorio determinado, un gobierno, y tener capacidad de entrar en relaciones con los demás Estados.
Por otra parte podemos observar cómo se han producido a lo largo del último siglo tres momentos de gran efervescencia en cuanto a la aparición o reconfiguración de Estados. Esta triada corresponde a la finalización de grandes conflictos históricos como, la primera y segunda guerras mundiales (I y II GM) y la guerra fría. Si tras la II GM se produjo la eclosión de estados en África y sur de Asia en el proceso de la descolonización y el fin de los imperios europeos, con el fin de la guerra fría se produce la aparición o recreación de Estados en Europa y Asía como consecuencia del fin del imperio soviético y de los países artificiosamente creados tras la IGM/revolución rusa.
En cuanto al Oriente Medio, entorno del pueblo kurdo, los países-estado se fueron conformando como resultado primero del choque en el siglo XIX de tres imperios: el ruso, el turco y el persa. Después, con la IGM y tras los acuerdos Sykes-Picot de 1916, el cuasi tratado de Sèvres de 1920 y el tratado de Lausanne en julio de 1923, los territorios del imperio otomano se dividieron entre nuevos países (ojo en algún caso no se produjo la conformación de nuevos Estados pues esos países estuvieron algún tiempo bajo el mandato de alguna potencia colonizadora), como la moderna Turquía de Kemal Ataturk, Siria, Irak, Armenia, y se delimitaron las fronteras con Persia (actual Irán). De los anteriores acuerdos internacionales sólo uno mencionaba al Kurdistan, en su sección III, artículos 62 al 64, y era el de Sèvres que fue el único que no entró en vigor por la falta de ratificación entre todas sus partes. En este tratado non nato se preveía la autonomía del Kurdistán y solamente mediante un procedimiento en el que Turquía tenía que dar su visto bueno, su renuncia en concreto, (por lo que era irrealizable) se le podría conceder la independencia a los kurdos (artículo 64); fue así como ese pueblo y su territorio fue repartido a lo largo de aquellos años principalmente entre cuatro estados: Turquía, Irán, Irak y Siria (ya saben que una de las máximas en el proceso de descolonización fue divide y vencerás).
Hasta aquí una brevísima historia y sus acuerdos internacionales. Pero como puede ser que hayamos llegado al extremo que una parte de ese pueblo conformado en una región autónoma quiera proclamar su independencia en base a un referéndum declarado ilegal por instancias nacionales e internacionales, y financiado por recursos que pertenecen al conjunto de la nación. La respuesta se llama: falta de presencia del Estado. Desde la crisis y fragmentación de Irak en 2003 y la división en regiones/áreas kurda, chií y sunii, la presencia de las estructuras estatales ha sido sustituida por otras organizaciones, como las autónomas (en el caso kurdo existentes desde 1991), las tribales (en muchos casos suníes) y religiosas (para los chiíes) y sus correspondientes grupos armados. Esta situación de ausencia del Estado fue explosiva cuando a pareció el Califato Islámico, auténtico Protoestado. Fue entonces cuando las organizaciones kurdas sustituyeron (ante su incapacidad) a las Fuerzas Armadas iraquíes en el ejercicio legitimo de la violencia para expulsar al Daesh del norte de Irak y al ocupar territorio, tener población y un gobierno (aunque fuese autónomico) creyeron (algunos de sus líderes) estar preparados para ser independientes. Y nada más lejos de la realidad.
Primero que el mencionado referéndum ilegal, como hemos dicho, divide a la propia población kurda. De hecho, según los propios datos de los independentistas, si se consolidan los síes no llegaría al 65% de la población total siendo los separatistas los únicos que han hecho campaña). La Unión Patriótica del Kurdistán (PUK) difiere también del Partido Democrático del Kurdistán del líder independentista Masud Barzani (KDP). El ex embajador de Estados Unidos en Irak, Ryan Crocker, con ocasión de esta crisis ha afirmado que "los kurdos iraquíes están muy fragmentados". Así Rabun Maroof, parlamentario kurdo y portavoz de la campaña No por ahora, en declaraciones ha llegado a afirmar que el referéndum "podría llevar a otra guerra civil en Kurdistán". Pero además en las propias papeletas hacían referencia a territorios vecinos, con la idea de conformar en el futuro la unión de los países kurdos. También para más inri todo este proceso se ha ido construyendo con riquezas del resto del país, pues por ejemplo ahora mismo los kurdos ocupan los pozos petrolíferos de Kirkuk que no pertenecen a la región autónoma. Y para finalizar está la legalidad nacional e internacional.
La legalidad está claro que los separatistas la tienen en contra: la nacional de Irak por supuesto, y la internacional también. No hay proceso de descolonización al que se puedan referir y adherir. La Comunidad Internacional les ha dado la espalda, incluyendo al que creían iba a ser su valedor: los USA. Sólo Israel les ha apoyado. El entorno geopolítico tampoco favorece los deseos independentistas. Las poblaciones más importantes de kurdos están en Turquía e Irán (auténticas potencias regionales) y a ninguno de los dos estados les interesa la creación de un estado kurdo que aliente y ayude a independizarse (como dicen las papeletas) a las regiones con esa población, que además tendría una de las principales reservas y producciones de hidrocarburos. Por su parte Siria, el otro país donde existe una numerosa población kurda y que se encuentra en plena guerra civil, sus milicias han podido ocupar territorios más allá de los exclusivamente kurdos, pero con fuertes apoyos extranjeros (ya comentamos como la agencia turca de noticias Anadolu publicó la existencia de bases USA en el territorio liberado por las milicias kurdas en el norte de Siria), y tampoco parece que exista un claro gobierno que las unifique ni por supuesto parece que tengan apetencias secesionistas.
La Comunidad Internacional, como hemos adelantado, se ha apresurado en dar la espalda a los independentistas, desde líneas aéreas que operaban en el Kurdistán como Qatar Airways o la libanesa Middle East Airlines, que han cancelado sus operaciones comerciales en ese territorio, hasta el aislamiento a sus exportaciones de crudo por parte de países vecinos. Finalmente, como se ha tratado el tema en las conversaciones de estos días pasados entre rusos y turcos (que por cierto han luchado durante años contra los kurdos del PKK) en Ankara donde Recep Tayyip Erdogan ha afirmado que "no hay discrepancias considerables", el referéndum es ilegal, y Vladímir Putin repitió que "el referéndum es ilegal, las autoridades del norte de Irak cometieron un gran error". Como ya adelantamos también el gobierno USA rechazó en un comunicado del 16 de septiembre la celebración del referéndum independentista, afirmando que "la celebración del referéndum en las áreas en disputa es particularmente provocativa y desestabilizadora". Los comentarios sobran. El último elemento que configura un Estado, tener capacidad de entrar en relaciones con los demás Estados, como anticipamos, no la tiene ni parece que la tendrá.
Y para finalizar: ¿cual es el futuro?. Pues lamentablemente se llama sufrimiento del pueblo, sobre todo el kurdo, que ha tenido unos líderes que no han sabido entender las circunstancias históricas en que viven y han antepuesto sus deseos y ensoñaciones (pero también en ocasiones sus corruptelas) a las necesidades de su pueblo, que tras una feroz lucha venciendo al mal encarnado en el Estado Islámico ahora no podrá disfrutar de la Paz, saboreando los derechos y libertades que pertenecen a cualquier ser humano. Esperemos que los separatistas se reconduzcan y recobren la razón por el bien de todos.