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Regreso al pasado: un paseo por cuatro tiendas emblemáticas de la Cultura en València

Foto: KIKE TABERNER
19/01/2019 - 

VALÈNCIA. Volver al pasado es algo imposible. Aunque hay veces que podemos hacer un viaje emocional. Cuando quiero impregnarme de las sensaciones que levitaban a mi alrededor, y se filtraban por mis sentidos en la adolescencia, voy al centro, a algunas de sus tiendas. A esas que me hicieron lo que hoy soy. No voy a las tiendas clonadas en medio mundo, voy a las de toda la vida, con las que tejí, como muchos otros, unos lazos de cariño que se mantienen hasta el día de hoy. Un disco comprado aquí, cuando no había Internet, un libro que perseguí durante tiempo y que finalmente estaba en esa librería. Y que disfruté tanto en la casa de mis padres. Esos recuerdos asociados a la cultura, a mi propia cultura, son los que se manifiestan ahora que el centro parece un déjà vu de cualquier capital europea.

Foto: KIKE TABERNER

La primera que me encuentro es la misma que han visto miles de personas al salir de la Estación del Norte, Soriano. "Tenemos una situación privilegiada, estamos frente a la Estación, tenemos mucho público que vienen del cercanía", explica Chelo Soriano. Las librerías ofrecen puertas a la imaginación, pero también al recuerdo. Como ese de haber comprado un libro antes de partir de viaje. Ahora te descargas un ebook. "Es verdad que se lee mucho en ebook, pero la gente que lee en ebook es gente que también lee en papel, lo suelen compaginar", reflexiona sobre las nuevas posibilidades de la tecnología y las viejas costumbres. "Quien lee en ebook son personas que leen bastante, que mucha veces tienen problemas de espacio". Y continúa para aclarar que, "esa gente tiene hábito lector, no compran el 100% de su consumo de antes, pero compran". Aunque parezca que el ebook pueda hundir a las librerías tradicionales, en realidad es la compra online con gigantes del multiproducto lo que, según Soriano, es más dañino. "Hay personas que entrar para comprar una cosa y acaban diversificando la compra, y así abaratan los portes: una taza, unos calcetines y un libro", asegura.

Foto: KIKE TABERNER

Otra de las paradas obligadas en esa ruta emocional para muchos, es DevilRecords. Una tienda un poco más escondida, en el Carrer dels Manyans, que solo los amantes de la música saben encontrar. Vicente López nos abre la puerta, cajoneras con decenas de vinilos nos dan la bienvenida, casi podría percibir el acetato en mis fosas nasales. López se lanzó a este apasionante negocio cuando las descargas por Internet comenzaban, era entonces, como ahora, un negocio arriesgado. "La abrí bastante joven, con 20 años. Empecé vendiendo disco vía correo, con un catálogo impreso y enviando fotocopias a una base de datos bastante precaría que teníamos. Estamos hablando del 99", recuerda. También tuvieron en sus inicios una dura competencia con una nueva tienda en la ciudad. "Nos pilló con la apertura de la Fnac, recién abierta". Aun así, DevilRecords iban por otras veredas. "Empezamos más especializados en géneros más underground como hardcore, punk, metal, con los años hemos ido diversificando los estilos musicales que vendemos", explica López.

Foto: KIKE TABERNER

El retorno del vinilo es algo maravilloso, vuelve a tener la importancia que se merece la música en formato físico. En València no son tantas las tiendas que venden vinilos de los géneros que ofrece DevilRecords, eso les hace diferentes y un lugar de encuentro para los fans. "Nuestro cliente habitual depende de la temporada del año, los meses más de verano, es más turista que local, más que nada por la situación en la que estamos. En el invierno es un poco más local", reconoce. Aun así apunta, "está el típico cliente que quiere discos originales, que no compra discos nuevos, que no quiere reediciones, y luego está el cliente que compra menos cantidad de discos, pero que cada semana compra elepés de grupos nuevos". DevilRecords también apuesta por editar a grupos valencianos. "Lo último que hemos editado es Ukelele Zombies, una banda de tres chavales de València". Es un sector complicado con la música online. "El mercado está bastante mal, en casi ninguna edición recuperas el dinero, es bastante altruista. Solemos hacer unas 200 o 300 copias", comenta López. Y concluye diciendo que, "es más romántico que otra cosa".

Foto: KIKE TABERNER

Otra de las calles donde cualquier lector valenciano tiene una cita ineludible, es la Calle Pelayo. La Catedral o la tienda Imágenes son fotografías en mi memoria. El revuelo que siempre hay en París Valencia invita a hojear libros, pasearte por sus pasillo y perderte en ellos con ediciones antiguas en las manos. Carlos Olivert, hijo del fundador, nos atiende un rato. "Mi padre tenía muchos libros acumulados, y se puso a vender en la plaza Redonda. Poco a poco se metió en tertulias y de ahí emprendió un negocio en la calle Sevilla, que es donde empezó", recuerda el librero. Hay tamaño volumen de libros en la tienda que podríamos quedarnos horas viendo títulos. Recuerdo mi primer Manolito Gafotas que me compré aquí, y lo emocionado que estaba. Una de las zonas donde más se arremolinan la gente es la de los libros descatalogados, donde la librería siempre sorprende. "Desde hace mucho tiempo hemos estado en el mercado de comprar restos de edición, de editoriales que ese material ya no lo mueven", apunta Olivert. "Nosotros comenzamos vendiendo tebeos al por mayor, como Jaimito o Pumby, todos aquellos. De hecho seguimos con esa filosofía: dar libros de oferta a precios económicos", añade. Por supuesto, esos restos de editorial son un gran reclamo, "es dar algo más que no tienen los demás, es una parte de diferenciación. Nosotros nos hemos especializados en esa idea, lo rentable es dar un añadido más, dar algo que no puedan dar en otro sitio".

Foto: KIKE TABERNER

Una de las parte esenciales para las librerías son las ferias de libros. "Las ferias hace tiempo eran muy importantes, porque no había Internet, no había manera de llegar a los clientes de otras localidades", comenta. "Actualmente, como el sector está tan deprimido, la gente no se atreve a salir a ferias porque los costes te absorben". Aun así, la librería sigue fiel a ferias más específicas. "Seguimos haciendo la Feria de València del libro antiguo, es una feria que tiene su importancia", señala.

Foto: KIKE TABERNER

Mi última parada es en Nuevo Centro. Un cartel con una guitarra y un cedé en el dintel de la puerta, me anuncia que voy a entrar a Ámsterdam, una de las ciudades más bonitas de Europa, y una de las tiendas más conocidas de nuestra ciudad. Me recibe Juan Vitoria, no solo creador de la tienda, sino del magnífico programa 39 sonidos. La tienda es una parada necesaria para los aficionados a la música. "Aquí viene mucha gente; ten en cuenta que salimos en guías como Lonely Planet y otras, aparecemos como una tienda de referencia. Muchos extranjeros vienen aquí", comenta Vitoria. Con todo, la música no se encuentra en su mejor momento. "El mundo se inclina hacia una vulgarización en todos los aspectos, y exceptuando una parte muy mínima de las jóvenes generaciones, todos se dejan llevar por corrientes que lo que prima es la imagen y el dinero", señala. El vinilo, tal vez es la esperanza de supervivencia para la música. "Siempre habrá un reducto, eso siempre será minoritario. Es como la vuelta del vinilo, que es muy testimonial en muchos aspectos".

Foro: KIKE TABERNER

Si algo tiene la música de excepcional, es sentirla en directo. Desde hace unos años, Amsterdam y otras tiendas celebran el Store Day, pero únicamente la tienda de Vitoria además ofrece conciertos. "Los últimos dos años ha sido brutales, la gente bebiendo, bailando, oyendo música, los grupos tocando. Ha sido fantástico. Este año lo voy a volver a hacer. Vino Marlango, y me dijo: oye, yo quiero tocar", sonríe con satisfacción. No es para menos, él y su tienda siempre han apostado por la música en directo. "Durante unas Navidades hicimos conciertos, tocaron todos los grupos de València aquí. Nuevo Centro siempre me ha apoyado. Hemos hecho exposiciones de portadas de discos y un montón de cosas y siempre nos han apoyado", concluye.

Foto: KIKE TABERNER

El viaje ha sido apasionante, pero también algo triste. Esas tiendas, u otras nuevas que aparezcan con el mismo espíritu, parecen abocadas a desaparecer engullidas por otras que podemos encontrar en cualquier ciudad. Uno de los hechos mágicos y diferenciadores de València son estas tiendas, y muchas más, que nos sitúan en el mapa cultural y que son parte de nuestra biografía personal. Volveré a visitar otras tiendas, para sentir que todavía hay esperanza.

Foto: KIKE TABERNER

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