Máximo Megías, responsable de I+D y Mónica Pérez, senior sales engineer de Nutai. Fotos: KIKE TABERNER VALÈNCIA. La automatización de la industria se ha intensificado en los últimos años y la robótica colaborativa sigue conquistando las fábricas donde los ya conocidos cobots aligeran la labor física de los trabajadores al reducir tareas mecánicas y riesgos. Lo que hace 25 años podía parecer ciencia ficción ahora es una realidad, y no parece extraño ver máquinas realizando comprobaciones en líneas de producción o apilando mercancía.
Este es el camino que ayuda a recorrer la compañía valenciana Nutai, que desde hace medio lustro se dedica a la automatización industrial con Ford -particularmente la fábrica de Almussafes (Valencia)- como uno de sus principales clientes. Fundada en 1995 por Enrique Vacas y Fernando Torrijos, la compañía está especializada en manipulación inteligente de piezas, mecatrónica y proyectos llave en mano para confeccionar las fábricas del presente y del futuro.
La compañía, que empezó con programación, se sumó al efecto tractor de la compañía de automóviles y empezó a automatizar sus líneas de producción. "Se trabajaba inicialmente con la programación de equipos, pero se fue ampliando a soluciones con armarios eléctricos, mecánicos y se ha llegado a los robots universal", explica Mónica Pérez, senior sales engineer de la compañía.
La evangelización respecto al avance de la automatización en la industria no ha sido fácil. "De manera tradicional, el robot es una máquina peligrosa para el ser humano que tiene que estar vallada y protegida. Aparecen los robots colaborativos que rompen ese concepto y el trabajador puede estar al lado, una cuestión que, conceptualmente, la industria no aceptaba. Cuando nosotros entramos con Universal Robots a integrar esos equipos, Nutai fue la empresa que provocó que en Ford se aceptaran ese tipo de instalaciones", recuerda la ingeniera.
Se tratan de brazos articulados que forman parte de las líneas de producción para evitar trabajos repetitivos que por ergonomía o posición no interesa que los haga un operario y que normalmente suelen ir vinculados al montaje. "Donde tenemos más presencia es en la parte de motores, donde los robots aprietan tornillos, realizan montajes de piezas, hacen comprobaciones con visión artificial, aplican pegamientos y colas o retiran el sobrante", señala.
La compañía, que a día de hoy tiene alrededor de 40 personas en plantilla, también trabaja con clientes como Seat o Nissan, además de empresas satélites del sector como Gestamp o Faurecia. Sin embargo, el cambio de ciclo generado en la automoción sumado a la covid les ha obligado a abrirse a otros nichos como la agroalimentación o la logística para envasado final o paletizaciones.
Máximo Megías, responsable de I+D de la compañía, reconoce que entre los sectores que "más se están poniendo las pilas" está la agroalimentación, una cuestión generada por la conversión verde o la economía circular. "Se ven muchas soluciones de agrotech con tecnologías basadas en la visión artificial o selección de productos", señala.
Mientras, Pérez asegura que las estadísticas y las cifras señalan que la robótica colaborativa es la punta del iceberg de la automatización de las fábricas. "Acaba de empezar y ha venido para quedarse, como todo lo que incluye la industria 4.0. El siguiente avance es darle movilidad a los brazos, que a día de hoy se encuentran en una posición fija", reconoce.
Entre las disciplinas menos desarrolladas en España en el sector y en la que Nutai se ha especializado está la visión artificial, donde se ha convertido en una compañía puntera. "Lo que el ser humano pretende es dotar a las máquinas de las mismas cualidades que nosotros. Con cámaras y sistemas de visión informamos a las máquinas de qué pasa para que puedan actuar. Comprobación, calidad, presencia ausencia en un montaje, cambios de colores y formas o defectos", señala.
La quinta revolución industrial
Pérez señala que ya se habla de una quinta revolución industrial en la que máquinas trabajan con máquinas y máquinas mantienen máquinas. "Como todo cambio y toda evolución produce una cierta incomodidad, pero es imparable", reconoce, e insiste en que son actividades que no deberían ser realizadas por operarios.
"El automatizar directamente parece que es quitar un puesto, y esto es de libro. Pero tenemos que salir y ver el conjunto. Está probado que las empresas que automatizan crecen y esto implica más producción y más mano de obra que aquellas que solamente realizan trabajo manual y están limitadas por el tiempo", recalca. "Evidentemente, si miras dentro estás sustituyendo trabajo manual por automático, pero si miras desde fuera esa empresa que automatiza produce más, crece y tiene una necesidad mayor de operarios, así que hay que rebalancear".
Entre los desarrollos que vienen, se habla de un séptimo eje que es como darle pies a la maquina. El siguiente paso ya es subir el cobot a un vehículo autónomo y que desplace el brazo robotizado por la planta y no solo en la línea. Sin embargo, reconoce que ahora el problema son la autonomía de las baterías, que debe mejorarse.
Mientras, a la pregunta de cómo se imagina la fábrica del futuro, Megías señala en la necesidad de pensar en cosas que a día de hoy no son viables y que permiten mover la creatividad. "Me gustaría ver algún día que las fábricas puedan manejarse de forma autónoma. Que puedan identificar modelos, que se adaptan según la venta. Fábricas en las que habrá cada vez menos operarios realizando tareas mecánicas y más en la parte de decisión que aportan valor al producto".
Aunque Nutai no es muy activa internacionalmente fuera de Ford, la compañía ha optado por internacionalizarse a través de sus desarrollos de software, con el que han llegado a países como México, Canadá o el mercado americano. En este sentido, ha creado programas que aportan capacidades extras a los robots.
Uno de ellos permite acceder al robot de manera remota que con la covid se ha utilizado de forma intensa en formación al permitir tener un robot en el aula y que los alumnos accedan a él desde su ordenador de manera remota, sin necesidad de estar todos encima. Mientras, con Multi Axis Drive Controller posibilitan que un solo robot pueda mover piezas de un punto a otro en un recorrido desde dos hasta 10 metros, por ejemplo, sin necesidad de recurrir a un segundo robot para completar el proceso. Un desarrollo realizado junto a Festo y Universal Robots.
Por otro lado, Megías señala que, a día de hoy, hacen muchos desarrollos de máquinas que eran específicos para el cliente. Ahora, la idea es monetizar desarrollos de forma más repetitiva con la estandarización de máquinas y sacar productos paquetizados. Desde Nutai reconocen que los continuos cambios en el sector les benefician. "Nuestra labor es modificar máquinas de líneas de producción y cualquier cambio nos beneficia. Si hay un motor que se está fabricando y viene una modificación, implica que las máquinas necesitan ser modificadas y esas son las que Nutai hace", reconoce Pérez.
Para Nutai, la pandemia ha supuesto un duro golpe a la vez que una oportunidad. "Se han paralizado inversiones porque cuando uno deja de trabajar deja de recibir fondos con los que invertir", señala. Sin embargo, reconoce que los fondos europeos, si se gestionan bien, van a permitir una reestructuración de la producción industrial. En el caso de la tecnológica valenciana, la compañía estuvo parada dos semanas y tuvo que realizar un ERTE, pero en 2021 consiguieron remontar al 100%.
A día de hoy, están inmersos en tres proyectos europeos. Uno dedicado a la robótica colaborativa con otros 17 socios. También en el consorcio de las baterías valenciano donde Nutai es una de las 27 empresas adheridas. En este sentido, trabajan dos líneas energéticas: el reciclado de las baterías en un proyecto nacional y otro para convertir producto orgánico en combustible.
