la drova

Restaurante El Parpalló: 59 años de paellas y pastissets

Tradición y honestidad en estado puro.

| 28/01/2022 | 4 min, 44 seg

Nos gusta la novedad, pero también encontrarnos con los sabores de siempre. Esos que perduran en la memoria. Esos a los que volver porque nada cambia. ¿No es de lo más bonito de la vida? Recordar aquello que probaste y que año tras año, todo siga igual, como si el tiempo no hubiera pasado. 

Por eso hoy nos vamos a un lugar de esos en los que la tradición y la honestidad siguen viva y que, a punto de cumplir nada más que 60 años, sigue siendo un imprescindible. No hablamos de otro que del restaurante El Parpalló, un lugar de peregrinaje a los pies del Mondúver. Y es allí, en el interior de Gandía, concretamente en La Drova, donde generación tras generación, siguen escribiendo una historia que perdura hasta hoy.

Pero vayámonos unos años atrás, concretamente a los años 30. La Drova por aquel entonces, era diferente a como la conocemos ahora. En aquella época muchos gandienses pudientes la empezaron a frecuentar como lugar de veraneo. Qué mejor que huir del calor que en la montaña... Fue también en aquellos tiempos, concretamente en 1928, cuando llegaba a la localidad, una de las figuras prominentes de la historia de La Safor, el arqueólogo Luís Pericot, responsable de las excavaciones de la Cueva del Parpalló. Aunque descubierta por Joan Vilanova i Piera en 1872, no fue hasta casi 60 años después, cuando se pudo llevar a cabo esta impresionante labor.


Pasaron los años y la carretera que unía Gandía con Barx, pasó a llamarse Avenida de Luís Pericot y fue precisamente ahí, donde había un bar, el Bar de Benito, que abría mañana, tarde y noche para abastecer a lugareños hambrientos, que en honor a Pericot, empezó a llamarse Bar Parpalló. La historia de restaurante actual, se empieza a escribir en 1963, cuando María Rubiella y Julio Donet alquilan este bar para regentarlo durante el verano. El bar tenía su parte de casa y María tenía alojado al arqueólogo en sus visitas para las excavaciones. “Le daba de desayunar, comer y cenar. Y estaba encantado”, nos cuenta. Dos años más tarde, lo adquieren como propietarios. 

Al principio allí se servía de todo y eran muchos los que pasaban a hacerse la picaeta. Pronto los mimbres de María en la cocina empezaron a despuntar. Y claro, la gente quería más. Croquetas, cocas, buñuelos de bacalao, berenjenas rellenas, ensaladilla rusa... Se convirtió en una casa de comidas en toda regla, pasando a llamarse Casa María. Fue entonces cuando entraron en escena los productos míticos de esta casa, las paellas y los pastissets o empanadillas. ¿Y cómo fue aquella primera paella? “Como lo son todas, empecé a hacerlas con leña y con la receta tradicional”, cuenta a Guía Hedonista María Rubiella. Sin trampa ni cartón. Y qué paellas. Tan buenas que se convirtieron rápidamente en emblema de la casa y han conquistado a todos, hasta al propio Ricard Camarena, natural de Barx, que lleva frecuentándolo desde niño. 

Cuando María se jubiló, en la cocina ya oficiaba Mari Carmen Donet y junto a ella, tomó el relevo del establecimiento Julia Donet, hija de María y Julio, que recupera el nombre mítico de Parpalló.

Al Parpalló se va con las ideas claras. A comer paella y pastissets de entrante. ¿Cuál es el secreto de que estén tan buenos? Ahora la encargada de hacerlos es Julia Pastor, tercera generación de la saga familiar, también está al pie del cañón.  “Aunque yo tengo otras cosas, no queremos dejar la tradición y un espacio, que tanto le costó conseguir y levantar a mi abuela”, explica. “La masa es fundamental y sigo la receta de mi abuela. ¡Por más que la comparta a nadie le sale igual! Es algo fuera de serie y hay que tener mucha paciencia”, relata y su abuela recalca que “lo más importante es el relleno. Todo es casero.” Y vaya si se nota. Solo tienen tres sabores, pero no les hace falta ni uno más. De tomate, espinacas y guisantes con cebolla. 

¿Qué hay de los arroces? Los siguen preparando a leña y aunque la paella valenciana es la estrella, -que aquí elaboran sin caracoles, pimiento o romero y solo con pollo, conejo y verduras- existen otras recetas que triunfan. “Ahora es temporada de la paella de habas y alcachofas y en verano las que más se piden son las que llevan pescado, como el arroz a banda o del senyoret”, apunta Julia. También lo preparan negro, al horno, con costra... 


Ella ha sido la responsable de que el verano de 2021, el restaurante haya contado con una sede de comidas para llevar en la playa de Gandía. “Quiero que la gente nos siga conociendo y hay muchos a los que les cuesta subir a la Drova. Pensando en la comodidad dijimos, ¿por qué no probar?” Así en época estival tienen un espacio en el que llevarte a casa raciones de sus arroces y sus míticos pastissets, además de croquetas, ensaladas y otros platos principales. 

No hay nada igual y a los sitios que son pura dedicación, tiempo y cariño, hay que ponerlos donde deben estar, entre los más grandes. 

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