Desde que descubrió la bolsa en sus años universitarios, su carrera ha estado guiada por una convicción: invertir requiere conocimiento, disciplina y calma. Hoy, al frente de una de las gestoras independientes más reconocidas del país, defiende la importancia de mantener los pies en el suelo frente al ruido de los mercados y las modas financieras pasajeras.
Nació en Caracas en 1971, aunque ha pasado casi toda su vida en València. Sus padres, que trabajaban entonces en Venezuela, regresaron cuando él tenía tres años. Desde ese momento, su vida ha transcurrido en València, salvo un breve periodo de dos años y medio en Madrid. Allí también se forjó parte de su carrera profesional, aunque su vínculo con la ciudad del Turia ha sido constante.
Su entrada en el mundo financiero no fue fruto del azar. Durante la universidad fundó con varios compañeros un club de bolsa. Aquel proyecto amateur le sirvió para intuir que el conocimiento podía marcar la diferencia. «Me di cuenta de que había oportunidades, porque había gente poco formada. Creía que con buena formación se podían obtener rentabilidades por encima de la media», recuerda. Esa inquietud lo llevó a cursar un máster en gestión de carteras en Madrid, paso decisivo hacia una carrera que, con el tiempo, combinaría técnica y vocación.
Nacimiento de Buy & Hold
Sus primeros pasos profesionales fueron en una empresa de asesoramiento financiero y gestión de sicav para un family office. «Por varios motivos, sobre todo por querer trabajar para mí mismo y volver a vivir en València, decidí independizarme», explica. Así comenzó su etapa como banquero privado, asesorando a patrimonios familiares y acumulando experiencia práctica en gestión de inversiones.

- Eduardo Manzana
La relación con su actual socio, Julián Pascual, fue clave para el siguiente salto. «Llevábamos muchos años conociéndonos y decidimos montar una EAFI», recuerda. La firma fue creciendo hasta que la incorporación de Rafael Valera aportó una nueva dimensión, sobre todo en la renta fija. «El encaje era muy bueno», admite. De ese impulso nació lo que hoy es Buy & Hold, una gestora valenciana que combina prudencia y convicción.
«En este mundo hay mucha presión; los inversores siempre buscan resultados inmediatos y te están mirando constantemente —reconoce Aspas—. Tienes que separarte de ese ruido y centrarte en ofrecer buenas rentabilidades a medio plazo». La estrategia ha dado sus frutos: «Empezamos con 140 millones cuando éramos una sociedad gestora de distribución y, ahora, gestionamos alrededor de ochocientos millones». Buy & Hold nació oficialmente como empresa de asesoramiento financiero en 2011 y dio el salto a sociedad gestora en 2017. Actualmente cuenta con once empleados y unos dos mil clientes directos, además de operar con fondos en España y Luxemburgo.
La filosofía que guía la gestora es invertir con convicción. «Creemos que es fundamental tener el convencimiento de que lo que compras vale más de lo que pagas. Siempre surgirán dudas y momentos de preocupación; si no tienes esa convicción, es fácil vender en el peor momento», afirma. Una visión que aplica a la renta variable y a la fija, y que se traduce en disciplina frente a las emociones del mercado.
Preguntado por los gurús financieros en redes que prometen rentabilidades imposibles, Aspas responde tajante. «Vendedores de crecepelo siempre los ha habido, pero ahora con las nuevas tecnologías es más fácil darlos a conocer. Lo primero que debe plantearse la gente es que si alguien promete rentabilidades del 20% anuales de forma asegurada no es de fiar. Es como si alguien dijera que puede correr los cien metros lisos en tres segundos», ironiza.
Tampoco oculta su preocupación por el momento actual del mercado. «Estamos en un momento muy dulce y eso puede ser peligroso. Suben todos los activos —renta fija, variable, inmobiliario, oro— y cuando todo sube a la vez la gente cree que es fácil ganar dinero. Dejan de tomar precauciones y se apalancan más de lo que deberían, y, normalmente, eso acaba mal», advierte.
Para Aspas, los mercados son un reflejo adelantado de la economía. «La bolsa no mide la economía de hoy, sino cómo irá dentro de un año», explica. En su análisis, observa un mercado dividido: las grandes tecnológicas, impulsadas por la inteligencia artificial, «están en un momento dulce y bastante caras», mientras que las compañías pequeñas y tradicionales «están muy baratas y ofrecen oportunidades». Por eso defiende una inversión diversificada y global: «Hay que tener tanto compañías pequeñas como grandes, de todos los sectores, precisamente por el contexto geopolítico que vivimos».
Su enfoque destila prudencia: «Curiosamente, los mejores momentos para invertir han sido cuando las cosas se ponían peor. El 2008, en plena crisis bancaria, fue uno de los mejores momentos de los últimos cincuenta años para invertir».

- Eduardo Manzana
Aspas no siente la presión como una carga. «Este mundo nos apasiona, así que casi es un hobby. Si mañana me jubilara, seguiría informándome, viendo los mercados, analizando empresas». Pasión que equilibra con su vida personal. «Me gusta el deporte, principalmente los individuales: ir al gimnasio, correr, jugar al golf. El cine, caminar y pasar tiempo con la familia. Hobbies tengo muchos», cuenta.
Formación & hobbies
Formación: Licenciatura de Económicas y Empresariales.
Máster y cursos: Gestión de Carteras por el IEB y certificado EFA.
Hobbies: Antonio Aspas es un amante de los deportes individuales. El golf es uno de los que más practica en su tiempo libre, al que le suma salir a correr e ir al gimnasio. Estas actividades, junto a otras como ir al cine, pasear y pasar tiempo con su familia, son las que le permiten desconectar del exigente mundo de los mercados financieros, del que es un apasionado. Tanto es así que, para él, su trabajo es casi un hobbie, al que no le cuesta dedicarle la mayor parte de su tiempo.

* Este artículo se publicó originalmente en el número 131 (noviembre 2025) de la revista Plaza