Cada palabra que pronuncia Francisco Martínez Boluda (València, 1972) desborda energía y una enorme curiosidad por la vida. Abogado especializado en finanzas y en fusiones y adquisiciones de empresas (M&A), es socio del despacho Uría Menéndez en València. Considera que quien ejerce la abogacía no debe ser solo «un experto en derecho», sino también «alguien que está en el mundo» y que, por tanto, domina un amplio abanico de asuntos de relevancia pública. Una descripción que encuentra buen acomodo en su propia persona, la de un hombre que disfruta de los viajes porque le permiten «vivir diferentes vidas» y que cree tener «algún tipo de síndrome de Tintín, Indiana Jones o James Bond».
«Me he montado un poco una vida así», admite. Tras mencionar países como Australia o Sudáfrica entre sus destinos pendientes, se descubre también como entusiasta de la literatura y confirma que El Conde de Montecristo es su novela favorita. De sus lecturas recientes, destaca La llamada, de la escritora y periodista argentina Leila Guerriero, y, en el plano cinematográfico, escoge entre sus preferidos a clásicos inmortales como El apartamento o Casablanca.
Una trayectoria de tres décadas
El próximo año, en 2026, Martínez Boluda estará de aniversario. Se cumplirán treinta años de su llegada a Uría Menéndez, firma con la que siente «una identificación muy profunda», porque comparte sus valores «de excelencia, autoexigencia, conocimiento del derecho e inquietud por la cultura». En sus inicios, tras aterrizar en la oficina de València, reconoce que hacía un poco de todo. Pasó también por otras sedes de la compañía, en Madrid o Barcelona, y tuvo una breve estancia en Londres. En esa primera etapa, previa al estallido de la crisis de 2008, el negocio se movía sobre todo en el sector inmobiliario.
Fue en 2003 cuando la firma lo destinó a México como director de su oficina en ese país. «Fueron años maravillosos, de gran inversión española», recuerda Martínez Boluda, quien explica que hubo «operaciones interesantísimas», como la compra de Bancomer por parte de BBVA en el año 2000. Sobre la forma de hacer negocios, destaca que el interlocutor mexicano es «complejo, infinitamente más educado», y que ello hace «que no le guste decir que no» y se deban leer sus negativas por el contexto. «Tengo grandes amigos mexicanos», confirma antes de revelar que ese periodo fue también intenso en su vida personal, marcada por el nacimiento de su primer hijo.

- Eva Máñez
A su regreso a España, en 2007, se especializó en el M&A del sector energético coincidiendo con un primer gran boom de las renovables que quedó, como casi todo, en segundo plano tras estallar la crisis financiera. Entonces, pasó a hacer «muchas reestructuraciones». «Los clientes tenían que reestructurar su deuda, porque la actividad descendió brutalmente y las expectativas de crecimiento desaparecieron», recuerda de una etapa que define como «muy dura». También vivió procesos como los que involucraron a Bancaja y a Bankia, hasta que, en 2014, se marchó a Pekín para dirigir la oficina de Uría Menéndez en la capital china.
«China era otro universo», relata para atestiguar que las barreras culturales con este país «son importantes» de inicio, y que el interlocutor chino es «más impenetrable». Aun así, cree que, en los tiempos actuales, «el mundo va a pasar por China» y que una mejor relación desde la Unión Europea va a ser «claramente necesaria».
La geopolítica preocupa
Respecto al panorama geopolítico actual, describe como «muy preocupante» el escenario de tensiones que tiene a Donald Trump como uno de sus principales actores. «Jamás habíamos tenido una situación así desde, probablemente, la II Guerra Mundial», sentencia.
Este momento de «gran incertidumbre» tiene ya su reflejo en el ámbito empresarial y las operaciones financieras. «Confiábamos en una recuperación del M&A en 2025, y está costando. La habrá al final de año, pero algunos sectores están cambiando su estrategia», confirma. No obstante, y ante esta incerteza, Martínez Boluda reivindica el proyecto de la UE. «Es la única opción que tenemos. Habrá que ser generosos, pensar en grande y estar orgullosos de lo que somos».
Cultura financiera
Sobre el nivel de cultura financiera, reconoce que se ha hecho un «esfuerzo» por divulgar por qué es importante un alto grado de conocimiento. Y pone como ejemplo el trabajo de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) o de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), entidad en la que participa como docente, como también lo hace en la Universidad Católica de Valencia, donde es profesor asociado.
«Se ha superado una fase de cultura financiera inexistente», asegura, aunque cree que «todavía queda mucho recorrido». Porque para el buen desarrollo económico es esencial «una cultura financiera robusta y adecuada», que evite tanto la «parálisis por análisis» como la «inconsciencia» a la hora de invertir.
Formación & hobbies
Licenciatura: Licenciado en Derecho por la Universitat de València. Premio Extraordinario de Carrera.
Idiomas: Castellano, valenciano, inglés y francés.
Hobbies: Viajar, la lectura, el cine y el arte.

* Este artículo se publicó originalmente en el número 125 (abril 2025) de la revista Plaza