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Innovadores

Más allá de Estados Unidos

La incertidumbre que genera la gestación de un nuevo orden internacional obliga a Europa y a sus empresas a virar el timón hacia otros mercados con políticas comerciales más amigables. Los emprendedores lo saben y empiezan a buscar un escenario diverso a la hora de negociar

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Tendrá que pasar el tiempo para saber si el problema era Donald Trump o Estados Unidos, pero, por el momento, van juntos. Con una política restrictiva y una hemorragia arancelaria, las relaciones entre la Unión Europea y el país transatlántico ya no son lo que eran.

Decir que la industria ‘estartapera’ de Europa y España no le debe nada a los EEUU sería, sencillamente, falso. La mayoría de nuestros grandes emprendedores se han nutrido del impulso del, hasta hace poco, dorado del emprendimiento: Silicon Valley. No en vano, muchas de las empresas de alta tecnología, como Google, Apple, Cisco, Nvidia, Meta o Paypal, tienen allí su sede.

Por el país y sus instituciones académicas han desfilado emprendedores de la talla de Juan de Antonio, cofundador de Cabify, o los valencianos Iker Marcaide, creador del unicornio Flywire, e Iñaki Berenguer, protagonista de tres exits con Pixable, Contactive y CoverWallet. Gracias a ellos y a otros como ellos, podemos hoy presumir, en España y Europa, de disponer de ecosistemas relativamente maduros capaces de competir con grandes corporaciones a escala mundial. A ellos se les llama a filas ahora en la Unión Europea (UE).

La competitividad de la UE

A finales del pasado mes de enero, pocos días después de la investidura de Donald Trump como inquilino reincidente de la Casa Blanca, la Comisión Europea presentaba la denominada Brújula de la Competitividad. Se inspira en las recomendaciones de Mario Draghi y marca la hoja de ruta de una nueva estrategia económica de la UE para hacer frente a China, Estados Unidos y Rusia en el nuevo marco geopolítico.

  • Equipo de Shakers, plataforma que conecta equipos y proyectos con un match perfecto. 

«El objetivo de la Brújula es facilitar y acelerar la actividad empresarial y asegurar la prosperidad de Europa», afirman los dirigentes de la Unión Europea. Además de un conjunto de propuestas ómnibus de simplificación legislativa, se incluyen planes en los ámbitos de la innovación, la descarbonización, las inversiones y la seguridad económica.

Partiendo de datos significativos como que solo cuatro empresas tecnológicas europeas figuran entre las cincuenta mejores del mundo, se trata de dinamizar el emprendimiento de impacto en sectores tecnológicos que son considerados estratégicos como la inteligencia artificial (IA), los semiconductores, las tecnologías cuánticas, los materiales avanzados, la biotecnología, las tecnologías energéticas limpias, la robótica, el espacio y la movilidad conectada y autónoma.

Tecnologías de doble uso

Mención aparte merece la propuesta de reforzar la cooperación entre los estados miembros en materia de defensa, donde la Brújula hace especial hincapié. Esta pasa por un notable incremento del gasto público e iniciativas conjuntas de investigación y desarrollo en este ámbito. En esta dirección, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaba, a comienzos de marzo, la creación de un nuevo mecanismo para movilizar, durante los próximos cuatro años, 800.000 millones de euros en fondos especiales, además de un nuevo instrumento de crédito de 150.000 millones financiado con emisiones conjuntas de deuda.

Por su parte, la OTAN dispone de su propio fondo de innovación, el Nato Innovation Fund (NIF), dotado con un billón de euros para invertir en soluciones de tecnologías profundas. A través de este, se invierte en startups —por el momento ninguna española— con proyectos de lo que llaman tecnologías de doble uso —pueden destinarse tanto a usos civiles como militares—. Startups como Tekever (Portugal), Space Forge (Reino Unido) o ARX Robotics (Alemania) son algunas de las respaldadas por el fondo de la OTAN.

El ‘Régimen 28’

Además de fortalecer la protección de nuestras fronteras, la Comisión trabaja en estrechar los vínculos comerciales de los países miembros para, a ser posible, actuar todos a una. Es esta línea, se afanan en eliminar algunos de los obstáculos existentes, empezando por el exceso de regulación y cargas burocráticas, pero también otras barreras internas que fragmentan el mercado e impiden que todos aprovechen las ventajas de una economía a escala.

  • Justo Hidalgo, director de IA en Adigital. 

Con el foco puesto en la expansión de las empresas emergentes innovadoras, la Comisión estudia la redacción de una nueva ley europea de innovación y un nuevo estatuto jurídico a escala de la UE, conocido como el Régimen 28 —incluye a Reino Unido, fuera de la UE desde el Brexit—, que proporcionará un conjunto armonizado de normas. Una vez aprobado, cualquier startup constituida en uno de los Estados miembros de la Unión podrá operar libremente en cualquier mercado comunitario sin necesidad de adaptación a las respectivas legislaciones, como sucede ahora. Se incluye la propuesta de un régimen armonizado que estandarice también los procesos de inversión.

Los ‘campeones’ de la IA

Considerada una tecnología estratégica, la Unión Europea quiere también alzar la voz en materia de inteligencia artificial. Con esta intención creó la EU AI Champions Initiative, dotada con 200.000 millones de euros y en la que confluyen numerosas empresas europeas, consolidadas y emergentes, «comprometidas con el objetivo de convertir a Europa en líder mundial en el desarrollo y la aplicación de la inteligencia artificial».

Por parte española, a fecha del pasado mes de marzo, solo habían conseguido integrarse en la iniciativa las startups Shakers, TravelPerks y la Asociación Española de Economía Digital (Adigital), aunque el objetivo es aumentar la representación nacional.

El eje Latam-España-Europa

Mucho se habla de que los emprendedores latinoamericanos pueden encontrar en España el trampolín perfecto para entrar en los mercados comunitarios, pero lo cierto es que ese eje no acaba de funcionar a pleno rendimiento. Es verdad que la inversión de compañías de América Latina en España progresa, pero cuando una empresa de allí quiere mercadear con Europa se encuentra con numerosos obstáculos. Uno de esos es el extenso y riguroso marco regulatorio. Para verlos como socios igualitarios, con una capacidad de la que nadie duda para abordar desafíos globales, las startups latinas han de adaptarse a los diversos reglamentos de la UE. Entre otros, el relativo a la IA.

  • Jan Amat y Gerard Palau de Recomotor. 

Favorecer la competitividad de las empresas Latam en materia de IA es lo que persigue Adigital con una iniciativa en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo y otras instituciones. El objetivo es formar y concienciar a las empresas en el uso responsable de la IA conforme a los cánones establecidos en Europa y otras partes del mundo. Se trata de una iniciativa a tres años en la que, por ahora, participan México, Colombia, Uruguay, Ecuador y Chile

«Si una pequeña startup de México, por ejemplo una fintech, no tiene en cuenta la inclusión financiera de las mujeres, ese sesgo no le va a permitir crear un sistema de IA de alto impacto ni operar en otros mercados, que es lo que quiere», pone como ejemplo Justo Hidalgo, director de IA en Adigital.

Adiós al egosystem

Más allá de la baza que puede jugar España en el mercado Latam, también tiene que desempeñar un rol importante en la configuración del nuevo ecosistema europeo llamado a integrar en un mismo nivel a los veintisiete países de la Unión Europea y, si quieren acompañar, al Reino Unido.

Implicar en ese ecosistema a los países bálticos es lo que se propuso Cristóbal Alonso cuando cofundó en 2012, en Tallín (Estonia), Startup Wise Guys, convertida ahora en la aceleradora de startups B2B más grande de Europa por la que han pasado ya más de ochocientos fundadores de más de setenta países, muchos de ellos de la zona del Báltico, pero también Ucrania, Rumanía  y otros africanos.

  • Equipo de la startup Wise Guys. 

¿Cómo lo ven los emprendedores?

Falta saber cómo están viviendo los emprendedores estos cambios geopolíticos y lo que temen de ellos. Tomamos la palabra de Jan Amat, cofundador y CEO de Recomotor, una startup de economía circular que se dedica a la venta de repuestos y piezas de vehículos recuperadas cuyos ingresos proceden, en más de un 50%, de fuera de España.

«La situación, a mi entender, obliga a las empresas a ser muy flexibles y a mantener un alto nivel de resiliencia. La incertidumbre geopolítica, unida a la rápida evolución tecnológica, hace que tengamos que adaptar muy rápido nuestros modelos de negocio y, al mismo tiempo, estar preparados para reaccionar ante crisis que no siempre podemos prever», declara Amat, además de mostrarse preocupado por la posible ruptura de las cadenas de suministro, a medida que se intensifiquen las tensiones comerciales. «También me inquieta la posibilidad de que se retrasen o bloqueen acuerdos de cooperación internacional que impulsan la innovación y el desarrollo tecnológico. En última instancia, esto podría limitar la capacidad de las empresas para crecer globalmente», concluye.

* Este artículo se publicó originalmente en el número 125 (abril 2025) de la revista Plaza

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