VALÈNCIA. El Reino visigodo, pese a dominar la península Ibérica del siglo V al VIII, fue una época bastante oscura y a menudo turbulenta, de la que se desconocen muchos aspectos pese a su gran influencia sobre los pueblos que se asentaron posteriormente. El municipio de Riba-roja de Túria, como contraste, saca a la luz por tres días buena parte de las costumbres, gastronomía, artesanía y leyendas de esta época, mostrando a los visitantes con orgullo unos orígenes visigodos de los que se tiene constancia a través de los yacimientos del Pla de Nadal y València la Vella.
La VII Festa del Dux convierte al municipio en un verdadero enclave visigodo hasta el próximo domingo, emplazando en sus calles hasta setenta puestos representativos de más de una veintena de oficios de la época, entre artesanos, alfareros o herreros y haciendo gala de una excelsa riqueza gastronómica.
Más de 350 personas dan vida a esta feria singular, en la que el Dux Tebdemir, es protagonista y anfitrión, junto a su esposa Teodora. Un perfecto entramado de detalles compone una feria en la que se han programado desde talleres de numismática, escritura visigoda, showcooking de gastronomía, espectáculos de danza, exhibiciones de cetrería o combates entre soldados. En ribarojadeturiaturismo.com se puede encontrar toda la programación.
El alcalde de Riba-roja, Robert Raga, la Secretaria Autonómica de Turismo, Cristina Moreno y la presidenta de la Mancomunitat Camp del Túria, Amparo Navarro, participaron ayer viernes en el arranque de esta fiesta que espera recibir en torno a 40.000 visitantes.
El alcalde Robert Raga señaló que “tenemos una singularidad en nuestros orígenes visigodos, pues somos de los pocos municipios en toda España con dos yacimientos y queremos dar a conocer este rico pasado”. El primer edil definió la Festa del Dux como “una mezcla de cultura, ocio y arqueología encantadora, que además reporta al municipio un impacto económico de entre cuatro y cinco millones de euros”.
La Secretaria Autonómica, Cristina Moreno, agradeció la invitación del Ayuntamiento y recalcó “la consolidación de la Festa del Dux, tras siete ediciones, que debe ser considerada ya todo un referente en la comarca”. Además, subrayó que “se trata de un producto turístico diferenciado, que pone en valor la historia, cultura y tradiciones de Riba-roja”.
Amparo Navarro, presidenta de la Mancomunitat Camp del Túria, enfatizó que “se trata de un evento singular, y añadió que “la comarca tiene mucho que ofrecer y los visitantes mucho que descubrir, ya que estamos en un enclave privilegiado y damos la oportunidad de conocer una cultura muy diversa”.
Uno de los principales atractivos de la Festa del Dux es la oportunidad que ofrece de viajar en el tiempo y descubrir la gastronomía visigoda. El chef Joan Clement destacaba su variedad, pues “permite descubrir y mezclar sabores, desde la cocina típicamente romana a productos que vienen desde distintos rincones del mundo, como pueden ser África o Asia, a través de la ruta de las especias”. Encontraremos en la feria una gran variedad de carnes y quesos, así como hidromiel y cervezas para todos los gustos y paladares.
Además, cinco bares del casco urbano ofrecen tapas basadas en gastronomía visigoda y un restaurante ha preparado un menú completo. Muy destacable es la oportunidad de probar el beso “visigodo”, un postre de almendras, huevos y trigo endulzado con fruta fresca y escarchada, creado expresamente por mandato del Dux Tebdemir para que todo supieran cual es el sabor de los besos de su amada.
Sin duda, otro de los espectáculos más esperados es la exhibición de vuelo de aves a cargo de la compañía Ojos de la Montaña, que ha traído para su espectáculo de cetrería más de una decena de aves: cárabo lapón, búho nival, búho virginiano, lechuza de cara ceniza, autillo carablanca, caracara crestado, águilas esteparias y ratoneras americanas, así como un cernícalo yankee mostrarán sus habilidades. Además, se podrán encontrar en la feria desde una manada de ocas hasta caballos, entre otras especies.
Otra de las recreaciones que ofrece la VII Festa del Dux es como el Dux Tebdemir logró la paz con los musulmanes evitando el derramamiento de sangre de sus súbditos y facilitando la unión de ambas culturas. Y es que cuando todo parecía perdido, ante un enemigo muy superior en número, ideó un ingenioso ardid contando con un buen número de mujeres que subieron a las almenaras disfrazadas de guerreros. De este modo equilibró las fuerzas de cara a ofrecer un pacto que permitió evitar la contienda.