MADRID (EP/VP). El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha exigido al PSOE que actúe con "sensatez y sentido de Estado" permitiendo la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ante la "delicada" situación en la que se encuentra España y el "chantaje" que a su juicio están haciendo los nacionalistas.
En rueda de prensa tras el Comité Permanente Nacional de Ciudadanos, Rivera ha reconocido estar "muy satisfecho" por el acuerdo alcanzado con el Gobierno para los Presupuestos y ha repasado las "partidas naranjas" que han incluido, como la ampliación del permiso de paternidad, las ayudas a la educación infantil, la bajada de impuestos a "las clases medias" o la subida de las pensiones.
Sin embargo, ha reconocido que este pacto no es suficiente para que las cuentas públicas salgan adelante en el Congreso y ha lamentado que el PSOE esté "bloqueando" su aprobación "de manera irresponsable". "Hay que pensar más en España que en las siglas. Pensar más en tu país que en tu Ejecutiva o incluso que en tu carrera personal", ha reprochado al líder socialista, Pedro Sánchez.
Rivera también ha censurado que el Gobierno haya caído en la "trampa" de los nacionalistas y no tenga cerrado el apoyo del PNV, que fía el acuerdo a un "chantaje". "Los nacionalistas no son de fiar y tratan de chantajear las políticas nacionales por su interés nacional", ha resumido el líder de Cs extrañándose de que el PP "se lleve las manos a la cabeza" por esta actitud.
Por su parte, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha reafirmado este lunes en el 'no' de su partido al proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) y ha rechazado de plano la petición del 'popular' Javier Maroto de que le preste al Gobierno cinco votos para sacarlos adelante: "Somos un partido serio, frivolidades ninguna".
Sánchez ha zanjado así la cuestión en una rueda de prensa en la que ha tachado los PGE recién aprobados por el Gobierno de "ideológicos" y tendentes a un Estado social "low cost". Maroto le había pedido al PSOE cinco votos "al azar" para que el Gobierno no dependa de lo que considera un "chantaje" del PNV, que no aprobará las cuentas mientras siga en vigor el artículo 155 de la Constitución en Cataluña.
El líder socialista ha asegurado que durante la Semana Santa el equipo económico de la Ejecutiva Federal ha analizado en detalle el proyecto que mañana se presentará ante las Cortes Generales, y ha desgranado siete motivos por los que, a su juicio, el proyecto debería ser devuelto al Gobierno.
Si eso se produce, ha defendido que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, "tendrá como mínimo que someterse a una cuestión de confianza", porque será un gobierno "agotado y finiquitado", sin "nada más que decir".
En cuanto a los motivos del rechazo, en primer lugar, ha alegado que los PGE "llegan tarde y mal", con seis meses de retraso y sin garantía de superar el trámite de enmiendas a la totalidad. Además, los ha tachado de "continuistas" y "coherentes con la política de recortes de Rajoy" y, en tercer lugar, de "ideológicos" y un intento de consolidar un Estado social "mínimo".
"Estamos ante un crecimiento sin derechos, que es lo que está consolidando el actual Gobierno", ha avisado. Según ha dicho, el Gobierno pretende alinear el gasto público a un horizonte de ingresos públicos del 38% del PIB, casi en línea con el 37% de Bulgaria y muy por debajo de la media del 45% del conjunto de la UE.
Así, su cuarta razón contra los Presupuestos es que "son un ataque al Estado del bienestar", que dificultarán la salida de la crisis a colectivos como mujeres, pensionistas y trabajadores jóvenes. Especialmente, ha reprochado la baja inversión en educación (menos del 3,7% del PIB, ha dicho), sanidad (menos del 6%) y dependencia, además de no plantear medidas extraordinarias para reducir el déficit de la Seguridad Social y mantener en la "incertidumbre e inestabilidad" las pensiones.
En quinto lugar, ha argumentado que la política económica del Gobierno "es ineficaz además de injusta", y no ha logrado sacar a España del "brazo del procedimiento de déficit excesivo", al concentrar el ajuste en las políticas de gasto público y con una reforma fiscal que benefició "al 10% de población más pudiente y mermó la recaudación en 15.000 millones".
Por último, ha denunciado que "no atienden a las urgencias sociales del presente" ni a las necesidades de modernización futura y que "no son creíbles", porque prevén que la recaudación del IRPF crezca más que el año pasado con un crecimiento del PIB inferior y con una rebaja fiscal.
"Es la misma técnica de estos últimos años, inflar la previsión de ingresos públicos y luego cuadrar las cuentas recortando o no ejecutando partidas de gasto social o productivo, como la no ejecución de buena partte de políticas de ciencias", ha advertido.
Sánchez ha puesto el foco en el hecho de que la masa salarial supone el 47% del PIB, lo que supone haber retrocedido a niveles de 1989 y echa en falta fondos para innovación y productivdad, vivienda social, lucha contra la pobreza en especial para los niños, igualdad de género e ingreso mínimo vital.
Por eso, ha avanzado que la próxima semana su partido presentará su alternativa "expansiva y de modernización de gasto productivo" pero dentro de los límites de la estabilidad presupuestaria.
Por otro lado, ha dejado claro que el panorama que pintan los presupuestos aleja aún más la posibilidad de un acuerdo de financiación autonómica. En esta línea, ha subrayado que no ha habido ningún nuevo contacto suyo con Rajoy para avanzar en este asunto, ni tampoco para un pacto sobre el agua, que considera un "elemento de cohesión".
Sobre este asunto, ha dado por hecho que habrá divergencias entre los responsables de los distintos territorios, puesto que hay "intereses territoriales diferentes".
Por último, ha evitado valorar las últimas encuestas, que apuestan por un crecimiento de Ciudadanos en detrimento tanto del PP como del PSOE, alegando que las únicas que le importan a los socialistas "son las que publican las urnas".