El festival de arte urbano Russafart vuelve a celebrarse el 3, 4 y 5 de junio en el barrio valenciano, celebrando sus catorce años desde su fundación con la inclusión de una treintena de artistas nuevos a su lista
VALÈNCIA. La bienal de arte Russafart retoma su curso natural. La edición del 2020, que se vio truncada por la pandemia, abre por fin sus puertas con muchas ganas de recibir a los artistas, galeristas y a los curiosos valencianos que se acerquen al festival de arte que celebra el barrio de Russafa. Bajo el lema Educar en arte este evento realza la importancia de la educación como el primer renglón básico para que llegue todo lo demás, desde la creación de la primera obra hasta la consagración de un artista único. Lo que en el año 2020 fue un anuncio desolador sobre el aplazamiento de la edición sin fecha definida vuelve ahora con un poco de timidez, con muchos nombres nuevos y la despedida impredecible de algunos de los artistas recurrentes en ediciones anteriores.
Esto se debe en parte a la subida de los precios de los alquileres en el barrio, asegura la coordinadora artística del festival, Rebeka Català, quien además considera que la pandemia parece haber tornado a los artistas un poco más "intimistas": “Algunos de los artistas recurrentes de otras ediciones han decidido no participar este año, tal vez debido a que se encuentran con menos ganas de socializar”, y aclara sobre el festival, “al final Russafart es un recorrido para establecer esta vía de contacto, y generar conexiones entre artistas y ciudadanos. Un festival para conectar todas las capas del tejido valenciano”.
Sobre este tejido cabe recalcar, en números, la cantidad de espacios (que no solo talleres) que formarán parte de esta séptima edición. En Russafa el paseo se puede hacer a lo largo de 77 “lugares”, dentro de los cuales se comprenden 49 talleres (siendo 22 de ellos nuevos, como por ejemplo la galería Luna o el estudio Filipinas 5) y con un total de 215 artistas dentro de todos ellos, siendo 120 mujeres. A lo largo de los espacios y gracias a sus creadores el arte se vive a través de 19 disciplinas diferentes, entre las que se encuentra el collage, el arte digital, la performance y hasta la inclusión de los NFT. Para acompañar a este paseo artístico se podrá disfrutar de actividades tales como talleres, conciertos y hasta un concurso de pintura rápida a lo largo del primer fin de semana de junio.
Cómo proclama el lema de esta edición Educar en arte, esta es la base para que exista el festival, y el arte en general como concepto. Para ello el coordinador Arístides Rosell comenzó (en el año 2020) las accciones de esta séptima edición donde nace todo: en las aulas. Desde el Ciclo Formativo de Artes Gráficas (del Centro de Formación Profesional Ciudad del Aprendiz) unos 70 estudiantes pudieron participar en el concurso para conformar la imagen gráfica de esta edición: “Sin los jóvenes artistas esto no sería posible, en ellos está el futuro del arte valenciano”; reitera Rosell.
El mismo coordinador aprovecha para recalcar que la nueva ley de educación “minimiza el arte” y que es necesario que tanto galeristas como artistas trabajen conjuntamente con las grandes instituciones para que exista pluralidad de voces: “No puede existir una educación secundaria sobre arte si no existe la primaria, es crucial educar a los jóvenes en esto desde el principio”. Por parte de la voz femenina, la de Català, la visión de Russafart frente a la progresión de este tipo de apoyo desde el arte es bastante pesimista, sin embargo asegura que gracias a su acercamiento a las aulas en esta edición han podido comprobar que poco a poco la cosa cambia: “En muchas aulas los niños vitorean que sus padres son artistas, es una declaración que nos llena de alegría inmensamente”.
El festival al fin y al cabo busca una proclamación del arte desde sus creadores por y para la ciudadanía. Un recorrido por todo tipo de espacios y disciplinas en el que los ciudadanos puedan acercarse al arte en su forma más pura y cruda. El artista y profesor Javier Calvo invita a entrar en su galería con este mismo propósito, el de "revitalizar el barrio a través del arte", gracias a este proyecto que congrega la mayor densidad de artistas por metro cuadrado, que no se da en otra parte de España, o al menos no lo hace "con las puertas tan abiertas" como en Russafart.
