VALÈNCIA. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, puso de manifiesto este miércoles que no está dispuesto a perder el pulso al relato frente al eterno rival, el Partido Popular que lidera Alberto Núñez Feijóo, en relación al acuerdo firmado entre PSOE (PSC) y ERC que incluye una denominada "financiación singular" para Cataluña, una concesión anunciada para que Salvador Illa alcanzara la investidura como presidente de la Generalitat.
Así, tal y como venía apuntando estos días, el líder socialista anunció en el acto de inicio de curso político que abrirá las negociaciones bilaterales con todos los presidentes autonómicos para que puedan acceder a una fórmula de financiación similar a la que se ha abierto con Cataluña. Paralelamente, este mismo miércoles, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, se manifestaba en términos similares en su comparecencia, solicitada con los votos del PP, sobre el cupo catalán en el Senado.
De esta manera, desde el Gobierno se ponía en marcha una maniobra de contraataque ante las dificultades en el debate público que viene atravesando tras el anuncio de la mencionada financiación singular para Cataluña, que había generado fuertes críticas en las autonomías gobernadas por el PP, pero también cierto malestar en algunos referentes regionales socialistas.
Con este escenario, la intervención de Sánchez este miércoles en la inauguración del curso político otorgaba un papel protagonista a la reforma de un sistema que, cabe recordar, perjudica notablemente a la Comunitat Valenciana y que lleva pendiente de remodelación desde el año 2014, sin que los gobiernos centrales liderados por PP y PSOE hayan sido capaces de modificar, principalmente por la problemática de abrir un melón que podría generar un choque entre autonomías con el que estas formaciones preferían no lidiar.
Sin embargo, tras la concesión a Cataluña, el foco mediático nacional sí se ha detenido en una cuestión que hasta ahora siempre había ocupado un espacio secundario en la agenda nacional, pese al interés de autonomías como la Comunitat Valenciana, Andalucía o Murcia en abordarla. Es por ello que este miércoles Sánchez, con Montero como escudera en otro foro aunque de manera casi simultánea, se lanzaban a enviar la pelota -o al menos intentarlo- al tejado de Feijóo y del PP, al ofrecer también la posibilidad de una financiación singular al resto de autonomías, tal y como se ha propuesto para Cataluña.
Pero más aún, Sánchez anunciaba su intención de citar "en las próximas semanas" a los distintos presidentes autonómicos para reuniones bilaterales con el objetivo de afrontar este asunto. Una oferta hasta ahora inédita -de hecho hay presidentes como el valenciano Carlos Mazón a los que todavía no ha recibido- que, así lo apuntaban fuentes socialistas a este diario, confirmaban que la intención del inquilino de La Moncloa es de situar la reforma en una posición central de la agenda.
Un ofrecimiento que se produce, además, dos días antes de que el PP celebre su cumbre de líderes autonómicos en Madrid, programada precisamente para debatir y unificar la respuesta frente a la citada financiación singular para Cataluña, entre otras cuestiones. Con el anuncio de Sánchez de este miércoles, el presidente del Gobierno también parece intentar generar un debate -o más bien división- dentro de la formación popular, que más que probablemente deberá encontrar una respuesta única y uniforme a la oferta de negociación de Sánchez.
A priori, la lógica indica que todos los presidentes autonómicos deberían aceptar una reunión con el presidente del Gobierno si les es ofrecida. No obstante, lo que Feijóo no tendrá intención de permitir es que regiones gobernadas por el PP se presten a concesiones o beneficios singulares como los acordados por Cataluña, dado que debilitaría por completo el discurso crítico mantenido hasta ahora sobre el pacto alcanzado entre PSOE (PSC) y ERC, al considerar que conducía a un "modelo confederal asimétrico" e "insolidario". Es más, el propio líder del PP tachaba ayer de "insultante" el anuncio de Sánchez: "Después de descalificar a las comunidades autónomas, pretende callarlas y que acepten que los españoles vivan de las sobras de su reparto con el independentismo", subrayó.
De esta manera, Feijóo parece señalar un camino similar al que marcó cuando se anunció la posibilidad de extender el pacto sobre la condonación de la deuda al resto de autonomías que se acordó con ERC como condición para la investidura de Sánchez. Una medida que, inicialmente, algunos presidentes autonómicos del PP no miraban con malos ojos. Sin embargo, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, anunció entonces una ronda de reuniones con las CCAA que, a día de hoy, todavía no se han producido, si bien no se descarta que sea ahora el propio Sánchez quien aborde el tema en los encuentros bilaterales que anticipó ayer.
Así pues, la principal incógnita de la jornada política de este miércoles es si, en esta ocasión, se abre un resquicio real para que se avance en una reforma del sistema de financiación que lleva una década caducado y cuyo reparto sigue perjudicando año tras año a la Comunitat Valenciana, o si todo quedará en una mera batalla por ganar el relato entre las dos grandes formaciones que no han podido sacar adelante la reforma cuando han llevado el timón del gobierno ni tampoco alcanzar un acuerdo en esta cuestión desde que en 2014 expirara el modelo vigente.