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Sandra Deltell, una intrépida viajera con destino final en Dénia

Sandra Deltell, socia responsable de PwC en la Comunidad Valenciana y Región de Murcia, además de vicepresidenta de EVAP, es sin duda una de las mujeres líderes en el mundo económico y empresarial en nuestra tierra. Una viajera incansable que ha elegido Dénia como lugar donde volver cada verano.

30/07/2023 - 

VALÈNCIA. ¿Cómo recuerdas los veranos de tu niñez?

Los primeros veranos de mi vida fueron en Piles, un pueblo de playa fantástico porque mi madre adora la playa. Después, por mi padre, compramos una casa en Ares del Bosque, en el interior de Alicante. Un lugar remoto donde vivíamos rodeados de naturaleza salvaje, estábamos en la calle y en la piscina siempre. Recuerdo la merienda-cena clásica de bocadillo, para poder aprovechar al máximo el tiempo de juego. Hacíamos cabañas en las huertas, comíamos higos directamente del árbol y disfrutábamos muchísimo. Como casi todos, eran veranos eternos de tres meses.

¿Y seguiste veraneando allí en la etapa adolescente?

De más pequeña las fiestas que se organizaban eran geniales, con el concurso de disfraces, los juegos tipo yincana…De adolescente las fiestas de los pueblos eran otro de los atractivos clásicos, las primeras salidas y la primera copa, que te sentaba fatal y no querías volver a probar, las orquestas que actuaban, incluida la mítica Montecarlo, los primeros amores. Sobre la adolescencia recuerdo que a partir de los 14 años me gustaba dormirme tarde. Me adapte una pequeña buhardilla como habitación, para estar separada de mis hermanos pequeños y escuchaba la radio de madrugada, el programa Polvo de estrellas de Carlos Pumares donde ponía música de películas y las comentaba. Pero es verdad que a partir de los 15 años te vas quedando más descolocada y empiezo a hacer planes con mis amigas de Alcoy.

La clásica revolución veraniega de los adolescentes 

Efectivamente, como en Ares del Bosque ya no tenía plan empecé a hacer planes con mis amigas, un año nos fuimos de camping a Gandía y lo pasamos fenomenal. Recuerdo que me llevé 10.000 pesetas para pasar una semana y me sobró un poco de dinero y todo, siempre he sido muy organizada.

Sandra Deltell posando delante del Mediterráneo.

¿Cómo fueron los años universitarios?

La verdad es que empecé muy joven con mi marido, a los diecisiete años, antes de empezar la Universidad, y los veranos hacía planes con él. Nuestro plan de desconexión total era irnos de camping unos días a Altea. También empezamos a hacer viajes por el norte de España y empezamos a viajar fuera de España. Íbamos mucho a Pirineos, recuerdo que fuimos a Sort a hacer una semana de multiaventura: descenso de barrancos, rafting, hidro speed, etc. Eran experiencias muy divertidas, aunque en algún momento lo pasé mal en una revuelta del Noguera-Pallaresa haciendo hydro speed, porque me dieron calambres en las piernas y no podía salir de las corrientes.

¿Y los viajes, de cercanía si podemos denominarlo así o en lugares remotos?

Me encanta viajar y sobre todo a países muy diferentes al nuestro. Fuimos a Turquía y recuerdo que al llegar era de noche, nos acostamos y escuché al imán haciendo la oración desde el minarete y me impresionó mucho, como en Egipto cuando vi las tumbas o en la India viendo a las seis de la mañana el Taj Mahal, me dejó absorta completamente. Son recuerdos y momentos que han quedado grabados a fuego en mi mente como el crujir del Perito Moreno, el glaciar más importante de Patagonia.

Sandra Deltell en uno de sus múltiples viajes.

¿Qué anécdotas destacarías?

En la India me sucedieron dos cosas: que la comida me sabía igual y perdí el apetito por culpa de una especia que ponen a casi todo y por otro lado que íbamos en grupo, era un viaje organizado y yo era la única que hablaba inglés y era la traductora de todo el grupo. Así que decidimos que el próximo viaje iríamos solos y nos fuimos a Vietnam. Viajar fue muy fácil, disfrutamos viendo todo el país y la comida impresionante, con reminiscencia francesa y un toque exótico porque ahí probé la medusa. También estuvimos en Camboya, donde todo era más turístico y te mezclabas menos con la gente local, pero también fue precioso.

Sandra Deltell sobre un dromedario.

¿Y algún sitio fijo de veraneo?

Desde hace unos veinte años compramos una casa en Dénia. Los primeros años la disfrutamos durante el año, pero en verano la alquilamos porque nos íbamos de viaje casi todo el mes, pero luego nacieron mis hijos y decidimos arreglarla y veranear en Dénia. Es un lugar muy cómodo porque puedes comer fenomenal y hacer compras en tiendas preciosas, aunque en agosto se pone a tope y hacemos mucha vida en las Marinas. La playa es muy cómoda y ancha, y sobre todo disfrutamos de los amaneceres y de las puestas de sol que son maravillosas.

Sandra Deltell junto a su familia en la playa de Dénia.

¿Cómo es un día perfecto de verano para ti?

Sinceramente, un día de viaje, donde veo cosas nuevas, pruebo una comida especial y comparto e intercambio experiencias con gente distinta. Si estoy en Dénia me gusta madrugar y salir a pasear con Cala, mi perra Golden con la que paseo por la playa, luego desayuno y tomar el sol me encanta para recargar pilas. Por la tarde damos un paseo por Dénia, tomamos algún helado y cenamos viendo la puesta de sol.

Sandra Deltell practicando rafting, apasionada de los deportes de aventura.

Una profesional como tú, ¿logra desconectar realmente durante las vacaciones o siempre estás pendiente del móvil y el ordenador?

Intento desconectar y tras unos días lo consigo ya que agosto suele ser tranquilo, aunque a veces tengo que estar pendiente por si hay alguna urgencia. Necesito unos días para desconectar porque los primeros días sigo con el nivel de cortisol alto, pero tras unos días consigo entrar en modo vacaciones. La clave para mi es quitarme el reloj de pulsera. Eso significa que ya estoy de vacaciones y hasta que no terminan no me lo pongo.

¿Cuáles son los olores, sabores y colores que indefectiblemente te recuerdan al verano?

No es sencillo para mí porque he vivido tantos veranos y tan distintos. Desde los de montaña de infancia, como el olor de la higuera a los actuales en el mar, como el salitre, el olor a After-sun, o el sabor de las tellinas a la plancha y el tinto de verano. Mi color en verano es el Azul turquesa.

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