VALÈNCIA. La proclamación como candidata del PP a la Alcaldía de València de María José Català (València, 1981) ha provocado una importante agitación entre el resto de formaciones políticas y, especialmente, de los candidatos -o aspirantes- que vienen trabajándose especialmente la ciudad desde hace años.
Así, desde que diera un paso adelante bendecida por la dirección nacional del PP, Català ha encontrado una bienvenida poco amigable desde casi todos los partidos: desde el alcalde de València, Joan Ribó (Compromís), pasando por María Oliver (Podem) hasta Toni Cantó de Ciudadanos, han lanzado sus críticas ya sea por su pasado como alcaldesa de Torrent o por su labor como consellera de Educación.
No obstante, la que sin duda viene siendo más incisiva frente a la aspirante del PP es la candidata socialista, Sandra Gómez (València, 1985). Este domingo, en su mitin de proclamación ante 2.500 personas en el pabellón del Cabanyal-Canyamelar, fue a la única rival a la que dedicó expresamente unas palabras. "El otro día le prometió a Pablo Casado en la Convención Nacional del PP que recuperaría València para el PP. Ese es el sentido patrimonial del poder y de València que tiene la derecha, con razón la han saqueado durante tantos años", espetó Gómez.
Un ataque que venía precedido de otros como el protagonizado por la socialista tras el anuncio de Català en Valencia Plaza de estudiar de nuevo la apertura de València al mar. "El PP no volverá a poner sus manos en el Cabanyal", aseguró días atrás la concejal, quien este domingo en el mitin se definió como la "hija" de un barrio que el PP "quiso destruir".
Este empeño de Gómez por rebatir y marcar en corto a Català no es casual. La polarización de la campaña frente a la candidata popular beneficia a la dirigente socialista por diferentes motivos. El primero y posiblemente más importante es el de obviar al alcalde y presumible candidato de Compromís, Joan Ribó, como el referente a batir .Una maniobra dirigida a conseguir un enfrentamiento Gómez vs Català, con el que la socialista podría aspirar a erigirse como líder del bloque de izquierdas y hacer olvidar que en 2015 su partido fue la cuarta fuerza más votada.
Esta polarización también podría beneficiar a la socialista por una cuestión de batalla de marcas PP-PSOE cuando la cita con las urnas coincide con las elecciones europeas. De esta manera, Gómez aspira en la ciudad a recabar en cierta medida el voto útil frente al bloque de derechas en un proceso en el que también entra en juego el escenario estatal.
Por otro lado, algunos dirigentes socialistas consideran que ese duelo de mujeres por la Alcaldía podría ser una especie de reedición de la pugna entre Rita Barberá y Carmen Alborch de 2007 pero en un escenario mucho más igualado y con dos dirigentes jóvenes en liza que no han ostentado la vara de mando.
¿Le conviene este duelo a Català? A priori desde su entorno apuntan a que no buscará esa confrontación. Català eludirá recoger el guante de Gómez y preferirá en principio jugar a la moderación y, en todo caso, dirigir su campaña directamente contra la gestión del alcalde, el Govern de La Nau o las decisiones en movilidad del concejal Giuseppe Grezzi.
En este sentido, fuentes próximas a la candidata creen que no conviene buscar el enfrentamiento directo con la dirigente socialista dado que el PSPV fue la cuarta fuerza en 2015 mientras que los populares fueron los más votados.
Sobre esto, e incluso contando que la propia batalla de grandes marcas podría beneficiar a la candidata popular, la batalla directa con Gómez también podría proporcionar a la aspirante socialista un cierto crecimiento de notoriedad del que ahora no dispone. Una situación de la que también podría beneficiarse Català -tampoco es demasiado conocida en el electorado- pero que podría ser un arma de doble filo si Gómez crece con rapidez.
Así pues, todo apunta a que la candidata del PP optará por sortear a Gómez y polarizar directamente con Ribó, al ser alcalde y de Compromís, las siglas con mayor antagonía para los populares.