VALÈNCIA. La Conselleria de Sanidad Universal castigó este miércoles al área de salud de la Ribera con la misma falta de transparencia con la que le fustigó a ella el ministerio la pasada semana. El pasado viernes, la responsable autonómica, Ana Barceló, se quejaba amargamente de que la Comunitat Valenciana no hubiera pasado en su totalidad a la Fase 1 del desconfinamiento, y criticaba con firmeza que el ministerio no justificara con rigor los motivos de aquella decisión.
Una postura en la que le respaldo el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, quien reclamó un informe escrito por parte del Gobierno de España en el que se detallara los motivos por los que 14 departamentos valencianos se quedaron anclados en la Fase 0 mientras otros lograban pasar a la siguiente etapa. Un informe que no ha llegado.
Precisamente esta manera de actuar es la que desde la conselleria adoptó este miércoles para comunicar la solicitud del paso a la Fase 1 de todas los departamentos con un matiz: el área de la Ribera progresaría pero con la limitación de que sus casi 260.000 usuarios no puedan acogerse al derecho de reuniones de hasta 10 personas que se contempla en esa etapa.
En este tipo de cuestiones, suele resultar tan importante la explicación de la decisión como la forma de comunicarla. Barceló adelantó en su rueda de prensa diaria que se había remitido la solicitud del paso de fase al ministerio pero que, para un departamento, habría la citada restricción. Eso sí, no quiso revelar, pese a la insistencia de los medios de comunicación, los motivos ni a qué área se refería, debido a que quería comunicarlo antes a los alcaldes. Tuvo fortuna de que, en ese momento, ninguno de los periodistas en línea se percatara de que en la agenda pública de la consellera figuraba un encuentro por videoconferencia con los alcaldes de la Ribera, lo cual hubiera descubierto su 'secreto'. El resultado de tan particular política de comunicación fue que perdió el control del mensaje que quería dar, si es que quería dar alguno, porque las explicaciones las dieron los alcaldes, que no parecían muy contentos.
Respecto al encuentro con los alcaldes, y aunque las versiones varían según el signo político consultado, la preocupante coincidencia para la consellera y para el propio Puig consiste en el mal sabor de boca dejado por el encuentro ante la falta de información sobre los motivos de esta restricción y los pocos argumentos facilitados a los alcaldes para poder explicarla a sus vecinos.
"La Ribera no puede quedar marcada como la peste del coronavirus", señalaba Diego Gómez, alcalde de Alzira y de la órbita de Compromís, quien aseguraba en la Cadena Ser que en la cita la consellera había justificado la decisión en la detección de contagios "cuya trazabilidad" había que "analizar y seguir" y la existencia de "mucha movilidad" en los municipios afectados. Unos argumentos que sorprendían al responsable municipal, dado que, según su versión, no ha habido datos especialmente relevantes en los últimos días y, a su juicio, la movilidad en la Ribera no es distinta a la de otras muchas zonas de la Comunitat en la misma situación. En esta línea, Gómez calificó de "muy arriesgado" proponer esta medida dado que puede condicionar la decisión del ministerio.
Una preocupación que compartía el alcalde de Almussafes, en este caso socialista, Toni González, quien manifestaba su temor a que el ministerio pudiera dejar a La Ribera en la Fase 0 si la propia conselleria impone esa restricción. "Hace cuatro días la información es que habíamos trabajado muy bien y no tenemos una información paralela que haga entender que La Ribera tiene una situación específica y especial, por lo que no entendemos por qué tenemos que pasar de fase con esa restricción", lamentó. Una situación pareja a la que vivió Barceló con la "matrícula de honor" que le dio el ministro Salvador Illa para, horas después, dejar 14 departamentos fuera de la Fase1 sin explicaciones
González, quien recalcó en todo momento que la prioridad es "velar por la salud de los vecinos y vecinas de la comarca", admitió no disponer de la información suficiente y mostró su preocupación por el gran sector de la restauración que existe en el municipio. "Hay más de 30 restaurantes y si no va a poder sentarse más de una persona en una terraza, no sé si podrán abrir sus puertas", comentó, para recordar, ante la falta de datos, las palabras mencionadas por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, hacia el Gobierno de Pedro Sánchez por la falta de información sobre mantener a parte de la Comunitat Valenciana en la fase 0: "La lealtad no es sumisión".
Desde el PP, que estuvo representado en la reunión por alcaldes como Vicent Mompó, de Gavarda, también criticaron la falta de explicaciones de la consellera, sobre todo tras afirmar que se había producido "un aumento de casos" sin que se detallara la cantidad y mientras se mezclaron conceptos que consideraron contradictorios. "Barceló explicó que no era grave y que La Ribera iba bien pero cuando pedimos concreción, afirmó que no quería alarmarnos", comentó un alcalde a este diario.
Sobre esto, algún responsable municipal popular le preguntó a la consellera sobre la posible relación con el cambio de gestión -el área se desprivatizó hace dos años- y la situación acaecida, lo que elevó la tensión del encuentro y el rechazo tajante de Barceló. Un momento en el que, según fuentes populares, la consellera llegó a reafirmar su decisión con la frase: "Es que aquí os reunís mucho", en referencia a la alta movilidad y el temor a la expansión del virus. Una expresión que, según otros asistentes, sí llegó a formular con esas palabra u otras similares.
En la nota de prensa remitida por la consellera sobre este encuentro con alcaldes y la restricción, el argumento expuesto radica en "un aumento de casos que invitan a la prudencia y obligan al estudio de su trazabilidad". Este diario trató de recabar la información detallada sobre este repunte o la posibilidad de un brote y solicitó a la conselleria, sin éxito, el cuadro de evolución de los últimos días en el citado departamento de salud en cuanto a contagios registrados, número de sospechosos y pruebas realizadas, para así poder comprobar la incidencia y cotejarla con la evolución de días anteriores de ese y otros departamentos.
Desde Sanidad sí se transmitió que si bien la cantidad no era excesivamente alta -la situaron en torno a un treintena de nuevos casos-, había crecido la preocupación al no detectar vínculos entre los contagiados, por lo que se había decidido profundizar en la trazabilidad y optar por esta medida en aras de la prudencia.