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'estaré sola y sin fiesta'

Sara Barquinero teje una historia de desamor y soledad desde los 90 hasta nuestros días

23/11/2021 - 

VALÈNCIA. Sara Barquinero salía con una amiga de una casa okupa en Torrero cuando se encontraron, casualmente, con un diario. A la amiga le pareció divertido, y a Barquinero le pareció una historia que contar. Lo transformó primero en un trabajo de la carrera (estudió Filosofía) y finalmente se ha convertido en un libro, Estaré sola y sin fiesta, editado por Lumen.

La autora zaragozana transforma el hallazgo, que era un desecho, en una cápsula del tiempo. En ella, Yna cuenta una historia de soledad y de desamor que teje un hilo entre la España de los 90 y la actualidad. Quién es ella y quién es Alberto llevará a la protagonista a tomar un viaje por el pasado que cuestiona la memoria de manera amplia y remite a los afectos de entonces y de ahora, sin romantizar ni una ni otra época.

El ejercicio literario se completa porque el diario es real y algunos de los fragmentos de este están incluidos en el libro. Páginas escaneadas, algunas borrosas, que demuestran la fuente primaria que es la historia de Yna: “por una parte, me parece una cuestión de respeto a la persona que ha escrito el diario. Si a mí me ha dado este regalo que es el diario que ha provocado la novela, no puedo ir haciendo cávalas. Por otra parte, creo que la palabra escrita a mano es un recurso muy potente. Solo con ese diario escrito y un par de notas, eso ya podría ser una obra de arte y estar en un museo. Y por último, me parece llevar a la práctica el ejercicio de construir una ventana al pasado. Pensaba que tenía que estar ahí, no tuve ninguna duda”.

El lector, por su parte, encontrará la potencia de una historia que se acerca al territorio de la verdad que le presupone a una autoficción, solo que en este caso, es ajena. “A quien le he enseñado el diario le ha fascinado, y esa fescinación que he sentido yo y la gente cercana a mí la pudiera sentir -de alguna forma- también el lector”.

Más allá del diario, la protagonista también se encontrará con retos en su vida que le harán cuestionarse el antes y su ahora, y de qué manera confluyen lo uno y lo otro en un coming-of-age a la adultez. Barquinero desgrana para Culturplaza algunas de las ideas del libro.

Sobre la soledad

Dicen que las nuevas generaciones sufrimos una epidemia de soledad, que cuanto más conectados, más solos; y tal vez sea cierto que un DM no abrace como hacía un SMS o un abrazo de verdad, pero en ese viaje a los 90, Yna también se siente sola. ¿Es una cuestión generacional o relacionada con la edad? “El concepto de soledad, como casi cualquier otro concepto, ha cambiado desde los 90 hasta el día de hoy. Por ejemplo, podría suponer que Yna estaba menos comunicado con la gente que nosotros estamos, pero a su vez tenía un sustento material más fuerte. Nosotros tenemos la capacidad de hablar con mucha gente por Whatsapp, pero no conocemos a nadie de nuestra comunidad de vecinos. Cambia la soledad”.

Sobre la nostalgia

En un contexto en el que el mundo de la literatura se está preguntando qué hacer con la nostalgia y las miradas al pasado, ¿cuál es la perspectiva de Sara Barquinero? “Cuando empecé a hacer el libro, el contexto era diferente: aún había una romantización de los 90 y no se estaba cuestionando tanto la nostalgia. Había una falsa sensación de que los 90 era el presente y no se había hecho una revisión como después ha hecho -por ejemplo- Eduardo Maura, que sostienen que esa década es crucial para la formación política, ideológica y moral de España. Las olimpiadas, el urbanismo… Todo se redefinió en los 90”.

“En todo caso, soy un cacho de carne cuando escribo, supongo que escribo para encontrar respuestas, pero mientras lo hago no las busco. Soy muy fría para estas cosas”. “Tuve la suerte de que cuando escribí la novela no había esta ola de nostalgia que vivimos ahora, porque si no me hubiera salido una novela mucho más panfletaria. Supongo que todo el mundo estábamos escribiendo a la vez de lo mismo. En todo caso, el problema de rescatar las historia del abuelo Evaristo no es en sí mirar al pasado, sino intentarlo actualizar y traerlo al presente. Si has vivido un momento de esplendor, claro que todo lo que venga después es peor, ¿qué clase de óptica es esta para tu presente? De todas formas, no creo que se pueda echar la culpa únicamente a la derecha o a los rojipardos, sino que hay una generación que no puede mirar al futuro que o se centra en desgranar una sociedad en crisis de manera lúcida (que es dificilísimo) o te esfuerzas en el relato”.

Sobre Sara Barquinero como escritora

Cuenta la biografía del libro que la autora se formó en parte en talleres de escritura creativa. “Se dice que un escritor ha de ser también un buen lector. Y claro, hay quien responde que lee mucho pero no escribe. Yo creo que es que imprescindible leer mucho. En mi caso, si voy a escribir una escena erótica, leeré antes fragmentos de Martin Amis, aunque ya me haya leído su novela antes. Creo que los talleres de escritura hay que abordarlos con cuidado. A mí me sirvió para divertirme y para conocer a gente; pero si lo que no tienes, un taller no te lo va a dar; y si lo tienes, seguramente no necesites ningún taller”.

¿Y como lectora? “Me lo leo todo y le dedico mucho tiempo: leo lo que necesito para aprender y escribir mejor; suelo intentar al día con las novedades, y por supuesto intento acercarme a los clásicos pendientes”.

Sobre Luna Miguel

- Querría preguntarte sobre la figura de Luna Miguel como editora. Tu novela es casi una extensión del trabajo de hizo en Caballo de Troya de descubrir nuevas voces de la literatura.
- La figura de Luna Miguel en la literatura española contemporánea (diría que incluso latinoamericana) es imprescindible. Me molesta que desde algunos ambientes literarios se busque desprestigiarle. Creo sinceramente que sin ella no tendríamos la literatura que tenemos ahora y leería mucha menos gente.

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