BRUSELAS. La Comisión Europea ha presentado hoy una nueva estrategia para el espacio Schengen, cuyo propósito es evitar el cierre de fronteras interiores de forma unilateral por los Estados miembros, como ha ocurrido en el último año durante la pandemia, y el reforzamiento de las fronteras exteriores en previsión de asaltos migratorios como el de Ceuta. El reforzamiento de estas políticas se traducirá en un nuevo código para que el mercado interior se vea fortalecido y se respete el libre movimiento de ciudadanos y mercancías.
El comisario y vicepresidente dePromoción de nuestro Estilo de Vida Europeo, Margaritis Schinas, explicó en rueda de prensa que, “hoy, ya no tenemos una policía en la frontera parándonos en los controles del aeropuerto por si llevamos más dinero del debido. Pero, con la covid-19, la libre circulación se ha detenido y por eso vamos a reformar Schengen para que la pandemia no vuelva a cerrar nuestras fronteras”.
Para ello, habló de una nueva gestión de las fronteras exteriores, dotando de un incremento de personal. La guarda costera europea contará con 10.000 agentes. Además de nuevos sistemas informáticos interoperativos. “Todos los Estados Miembros deben cumplir con su parte a tiempo, porque sólo seremos tan fuertes como nuestro eslabón más débil en la frontera exterior”, manifestó recordando lo sucedido en la frontera de Ceuta con Marruecos y advirtiendo que la Comisión velaría para que no se repitiera un asalto a la frontera con España.
En cuanto a la zona Schengen, “el refuerzo de la seguridad con controles internos debe ser una medida de último recurso”, añadió Schinas, en referencia al crimen organizado transnacional. “Seguirá habiendo amenazas dentro de Schengen. Las organizaciones criminales no conocen las fronteras”, explicó el vicepresidente, adelantando que “se va a presentar un código de cooperación policial europeo y de información sobre viajeros para compartir fuerzas entre los Estados Miembros”.
La cooperación de la zona Schengen, que implica a 420 millones de personas, se va a reforzar con un foro anual permanente, donde se evaluarán las fortalezas y las debilidades de las fronteras, y se publicará un informe cada año sobre el estado de la zona. Ello irá acompañado de una nueva legislación para modificar el mecanismo de evaluación de Schengen.
También se intenta evitar que la pandemia impida aplicar el pacto de inmigración con criterios de responsabilidad y solidaridad. “No podemos permitir que lo que pasó en Ceuta nos haga olvidar lo importante que es el nuevo pacto migratorio”, añadió el vicepresidente Schinas. E insistió en que “el pacto es importante para el equilibro entre responsabilidad y solidaridad, y para la seguridad del espacio Schengen”. Respecto a la posible sanción a los Estados miembros que no cumplen con la apertura de la zona Schengen desde la avalancha de refugiados desde 2015, Schinas evitó pronunciarse y repitió que se iba a aprobar un “nuevo código de fronteras, para evitar que se actúe de forma individual”.
En estos momentos, Alemania, Francia y Austria tienen cerradas sus fronteras con la excusa de la pandemia, para no aceptar inmigrantes desde otro Estado miembro. “Todos los países de la Unión Europea (UE) tienen obligación de cumplir con Schengen”, manifestó el vicepresidente, además de unirse cuando cumplen los criterios, en referencia a tres Estados a punto de entrar. “Hay tres Estados miembros que los cumplen y esperamos que el Consejo les dé permiso a Rumanía, Bulgaria y Croacia".
La nueva Estrategia Schengen intenta “reforzar el espacio de libre viaje más grande del mundo”, explicó el comisario. El espacio Schengen alberga a más de 420 millones de personas en 26 países. La eliminación de los controles en las fronteras interiores entre los Estados Schengen es una parte integral del estilo de vida europeo: casi 1,7 millones de personas residen en un Estado Schengen y trabajan en otro. La gente ha construido sus vidas alrededor de las libertades que ofrece el espacio Schengen, con 3,5 millones de personas cruzando entre los Estados Schengen todos los días.
La libre circulación de personas, bienes y servicios está en el corazón de la Unión Europea y es clave para la recuperación de Europa después de la crisis del coronavirus. Se necesita una acción común a nivel de la Unión para que los Estados miembros puedan hacer frente a los desafíos actuales.
El buen funcionamiento del espacio Schengen se sustenta en tres pilares: la gestión eficaz de las fronteras exteriores de la UE, el fortalecimiento de las medidas internas para compensar la ausencia de controles en las fronteras interiores, en particular en materia de cooperación policial, seguridad y gestión de la migración, y garantizar una preparación y gobernanza sólidas.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, recordó que “la libertad de moverse, vivir y trabajar en diferentes Estados miembros es una libertad que los europeos tienen muy clara”. Por su parte, la comisaria de Asuntos de Interior, Ylva Johansson, aseguró que “con la Estrategia de Schengen, seremos más fuertes hacia afuera para ser más libres hacia adentro”.
La Estrategia tiene como objetivo garantizar una gestión eficaz de las fronteras exteriores de la UE, a través del despliegue continuo del cuerpo permanente de la Guardia Europea de Fronteras y Costas; hacer que los sistemas de información para la gestión de fronteras y migración sean interoperables para 2023, y una próxima propuesta para digitalizar las solicitudes de visados y los documentos de viaje. La Comisión también está pidiendo a los colegisladores que adopten rápidamente la propuesta del Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo sobre el cribado de personas que cruzan sin autorización.
Las nuevas iniciativas incluirán un Código de Cooperación Policial de la UE, la mejora del marco "Prüm" para el intercambio de información sobre ADN, huellas dactilares y registro de vehículos, y la ampliación del uso de información anticipada de pasajeros a vuelos intra-Schengen. El Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, una vez adoptado, también establecerá un enfoque común para la gestión de la migración, un elemento importante para el buen funcionamiento del espacio Schengen.