VALÈNCIA. Tener tablas en esto de la música suele acabar jugando en contra del grupo de música. Las expectativas, la fama y los bises acaban pesando más que aquello que consiguió elevar a la banda al coliseo musical (sea cual sea este). Sin embargo, esta losa se puede gestionar mejor o peor, con opuestos resultados que pueden acabar en quedarse encajado en la caspa y acabar tachado de one-hit-wonder o salir airosos y seguir manteniendo cierto interés en tu música. La actitud cuenta mucho, y 4Ever Valencia Fest aprovecha el tirón económico de la nostalgia sin caer en los one-hit-wonder, sino con contenido. Su apuesta es clara: traer a grandes grupos de los 80 y los 90; pero con un formato muy diferente al de los festivales al uso, pocos grupos que pueden desarrollar su montaje completo.
Este año el cartel lo encabeza Tears For Fears, encabezada por Curt Smith y Roland Orzabal, y que desde su reencuentro en 2000 han sabido mantener el interés de un grupo que destacó en la oleada del new wave con coetáneos como Duran Duran o Depeche Mode, otras dos bandas que han sabido gestionar la longevidad de su carrera. La receta mágica de Smith y Orzabal parece ser la de no separarse de sus himnos más tempranos como Shout o Everybody Wants To Rule The World pero sin miedo a explorar nuevos caminos más cercanos al rock como su último hit, Mad World, o Raoul and the King of Spain. Llevan sin visitar España 20 años, y València es la parada elegida para presentar un show actualizado del que la prensa especializada no se ha ahorrado halagos.
El segundo nombre internacional a destacar es Keane, amado por el público y constantemente vapuleado por la crítica. Los ingleses decidieron hacer una pausa en sus carreras en 2013, cuando su líder, Tom Chaplin, pasaba por momentos especialmente turbios en su vida personal. A principios de este año, con los ánimos renovados, la banda anunció que estaba trabajando en nuevo material y se espera que en 2019 haya nuevo disco. Keane es una máquina de hacer pop para todos los públicos y muy pocas veces fallan: Everybody’s Changing, Crystall Ball, Spiralling, Somewhere Only We Know, Disconnected… Canciones emocionantes, letras claras, y la voz carismática de Chaplin, que se multiplica en directo. Sin duda, este es un grupo a reivindicar, porque sus cinco trabajos han acabado conformando un set de lo más sólido.
El nombre nacional son Los Planetas, a los que -tal vez- por eso de ser nacional, se les tiene más presente. La banda granadina abrió en los 90 las puertas de par en par a una escena proto-indie que contaba con algunas otras referencias pero que no despegó hasta que se subrayaron éxitos como Una Semana en el Motor de un Autobús o Super 8. Sin embargo, Zona Temporalmente Autónoma, su último trabajo (publicado en 2017), pone el punto sobre las íes: Los Planetas siguen siendo un grupo con una identidad propia, pero permeables y mutables, algo que se agradece y se le pide incluso a las bandas más contemporáneas que se empeñan en repetir sus discos con diferentes letras.
El cartel lo completa La Plata, que lejos de representar el pasado, se presta de su sonoridad para colocarse como uno de los nombres imprescindibles de la música valenciana actual. Desorden representa mucho más que un debut, es la constatación de algunas de las tendencias musicales más diferenciables de la escena local combinada con letras generacionales que desprenden una frescura magnética. Así ha sido: su carrera en unos dos años ha sido meteórica, pasando de uno de los garitos más underground de València al pasado Festival de Les Arts. El festival acaba así aportando una mirada al futuro sin quitarse las gafas de la nostalgia.
4Ever Valencia Fest saca músculo así, garantizando con tan sólo cuatro grupos una jornada musicalmente notable. No se trata tanto de la cantidad como de la calidad. Y en este mundo de nostalgia mal medida, lo segundo acaba siendo más difícil de encontrar. ¿Se puede gestionar bien la nostalgia? Este próximo 21 de julio en La Marina de València hay una propuesta.
