ALICANTE. La llegada del Distrito Digital y la puesta en marcha de la estrategia Alicante Futura, proyectos ambos (uno del Consell y otro del Ayuntamiento) encaminados a captar empresas de base tecnológica para la capital alicantina y su provincia, junto con el interés que la propia Costa Blanca había comenzado a despertar entre dichas empresas para aterrizar en España, puso a la ciudad en el radar de multinacionales y startups innovadoras hace algo más de un lustro.
Las previsiones del Consell pasaban por crear 3.000 empleos en el sector digital, sin contar el efecto arrastre que su proyecto tuviera para atraer o impulsar otras firmas, que se han instalado tanto en centros de negocios como en oficinas propias en los últimos tiempos. Accenture, Indra, NTT Data, DXC Technology, Softtek, Sopra Steria... la lista es interminable, y a estas hay que añadir las empresas tecnológicas fundadas en Alicante y que están protagonizando fuertes crecimientos como Orizon, Facephi o Mindden.
Este escenario provocó un auténtico 'test de estrés' en el mercado laboral del sector, incapaz de responder a la demanda de más profesionales. Algunas firmas incluso pusieron en marcha iniciativas conjuntas con las universidades para incrementar el talento tecnológico disponible. Sin embargo, el cambio de tendencia en el sector a nivel mundial también se ha notado en Alicante, y desde que comenzó 2023 puede decirse que dicho test ha pasado.
Así lo consideran varias fuentes empresariales del sector consultadas por este diario, que destacan que "el índice de rotación que tenemos ha bajado muchísimo, antes una incorporación nos duraba dos meses porque le llegaba otra oferta que le gustaba más, y desde que empezó el año esto ya no pasa". Esto no significa que vayamos a ver crecer el paro en un sector donde nunca lo ha habido, porque las empresas se 'roban' mano de obra unas a otras, pero sí que esa efervescencia del mercado laboral se va a relajar.
La clave está en que las grandes multinacionales, empezando por la 'nueva' Twitter, no solo han dejado de contratar sino que están llevando a cabo o han anunciado despidos masivos. Por ejemplo, Accenture, con un centro de desarrollo en Alicante que iba a crear 1.500 empleos, prevé despedir a 19.000 trabajadores en todo el mundo, también en España. Su centro alicantino nació con una previsión inicial de 250 personas, para las que estaba dimensionada su sede en la terminal de cruceros del puerto, e ir creciendo. Sin embargo, ahora le sobra espacio en la terminal y, de hecho, el Consell busca ubicar una segunda empresa en esta sede.
Tampoco ha crecido tanto como se esperaba la delegación de Minsait, filial de Indra, en el complejo de Distrito Digital, para la que se anunciaba una plantilla de 500 personas. En todo caso, Minsait cuenta con unos 1.000 empleados en toda la Comunitat, según cifras de la propia compañía, y mantiene procesos de incorporación regulares. Fuera del Distrito Digital, la situación es similar: Sofftek llegó a Panoramis con la previsión de crear 200 empleos, aunque arrancó con 30, y Navico, que iba a traer 200 puestos, ha reorientado su centro hacia funciones comerciales.
"No se trata de que de repente vaya a cortarse en seco la contratación", explica otra fuente, "pero sí que es cierto que se ha estabilizado, ya no hay tanta voracidad como los dos últimos años. Pero veremos qué pasa en el segundo semestre". En este sentido, hay que tener en cuenta, explica otro empresario tecnológico, que "nuestras necesidades de personal dependen de nuestros clientes; si los dos últimos años ha habido una locura colectiva por la digitalización, en 2023 los ánimos se han calmado porque entre los anuncios de despidos en las big four y las elecciones, mucha gente está a la expectativa aunque a ellos les vaya bien".
En este sentido, las mismas fuentes consultadas tienen la intuición de que en la segunda mitad del año podría volver a resurgir el furor por incrementar plantillas, en función de cómo evolucione la demanda de servicios de consultoría tecnológica. Pero con matices respecto al anterior 'test de estrés'. "La pandemia demostró que el teletrabajo funciona: las empresas pueden tener al informático que quieran para trabajar en un proyecto que se realiza en Alicante sin que esa persona pise nunca Alicante, y a muchas se nos están quedando grandes las oficinas que dimensionamos hace 5 años".