When september comes

Seguimos de vinos, divinos

Volvemos porque queremos tanto como debemos. Sin dejar a deber nada y dando vueltas de campana, que regresar es nunca parar de brindar. Con vino del bueno y la mejor de las caras, que viernes es y allá vamos pues

| 03/09/2021 | 4 min, 3 seg

Con unas referencias para levantar el ánimo si es que alguna vez se cayó. Descorches de alegría por todo lo vivido durante el estío. Las olitas remojando pies de colores y las pulseras que amarran recuerdos al corazón. Esas noches tan bailadas como comidas y bebidas. Amistades que nacen, se asientan y, a veces, desaparecen. Pero no hay dolor, que esto va de ser todo amor. Alocado, de despistes y con su alpiste. Para perderse, encontrarse y felicitarse por la fortuna sin Jacinta que tenemos. Por poder volar sin parar y por esa cadenita que nos ponemos para ir empezando con el copeo. Con gurbujas, por supuesto.

Festejando con el champagne Oliver Horiot Métisse (Oliver Horiot). Pinot noir y blanc degollado en 2018 que nos lleva muchos años atrás. A los veranos de panaderías y mordisco en el cuscurro. De pastelerías con barquitas verdosas, montañas de tostadas con su buena mantequilla y el chocolat que nunca falta. La elegancia de paseo reposado bajo ese cielo cargado de nubes que se abren cuando nos ponen delante un platito de lentejas con puntillas.

Y échate pallá, anda, que La Callejuela Manzanilla 2012 6/11 (La Callejuela) es puro Cádiz. Sanlúcar, por supuesto, pero con paradas pausadas desde Zahara hasta El Puerto. Con baño el La Barrosa y camelar en los tabancos jerezanos. Recorrido cosa seria de fina intensidad. Caminar con paso blanco y ese polvo que se nos pega en el alma. Callejeo por caminos que no por sabidos dejan de ser sentidos. Y lo rematamos de muerte con un choco entero y frito.

Pepe Luis 2018 (Albamar) nos lleva a hermandad gallego onubense con bailes en las plazas y orquestas de las de dar muchas vueltas. Albariño de Valle del Salnés con acidez y esos cítricos que van directos al corazón. Diversión de juventudes cargadas de amigos con algún volantazo corregido a tiempo. Y es tiempo de un poco de tranquilidad en taberna que es hogar y comiendo un brioche de guiso de navajas.

Sinfonías de alegría  

Con La Orquesta Sinfonía Libre 2018 (SotoManrique) recordamos ese Gredos solitario de agostos y guardias con introspección. Garnacha blanca, albillo y verdejo con su aromático bonito y ese untuoso de abrazo en la piscina. Equilibrio en la presencia de sus tres invitados que soñamos en su único cine con guapos en la pantalla y final tan feliz. Al salir vamos directos a terraza, con hambre y me pones las verdinas con marisco de doña Julia, por favor.

Con el Atlántida Blanco 2019 (Compañía de Vinos del Atlántico) seguimos sureños y risueños. Porque es vijariega blanca que crece con imponente soltura para retomar lo bonito de antaño mirando al futuro. Para volar a Nueva York sin movernos de casa y bailar bajo la lluvia con zapatillas impermeables. A saltitos de chop chop bajo palmeras y naranjos. De Estambul y vuelta a casa y con ese bonito en suave escabeche que es puro sachismo.  

El San Cobate la Finca 2017 (San Cobate) es festiva potencia entre buena gente y la fundamental confianza. Sorpresa en la Ribera del Duero recogiendo las hierbas que lo acompañan. Rocas a pie de río y me alegro de pie y sentada, porque no le falta de nada. Caliza lo justo de rolliza que gustará a todos en la mesa para continuar viendo pelis de las de antes, sin prisa y con unos baos de carrillera.

Con el Castiñeiro Espadeiro 2018 (Eulogio Pomares) retornamos a la aldea que gustaba de ser gala, rodeada de árboles infinitos y con una piedra en cada muro. Eucaliptos en su monte que hacemos nuestros en las noches borrosas y a veces borrascosas. Pero el sol está detrás y con la mayor de la seriedad asevera que tiene un rayo que ofrecernos. Y se dispara rompiendo límites junto a la consiguiente lengua guisada en salsa.

Terminamos con el regreso a nuestro Madrid, feliz lugar donde todo pasa. Lo bueno y lo muy mejor con el Bernabeleva Arroyo del Tórtolas 2018 (Bernabeleva). Mercado con frutería cargada de frutos rojos. Festín de hierbas aromáticas con matices que relucen en reflejo pizarroso. Con jugo que da mucho juego frente a emocionante paisaje de casi darnos infarto. Y le falta sólo un pelo, que no de sopa, cuando llega el ramen de vaca en noche aireada de septiembre. Ensoñaciones soñando en presente, pasado y futuro. El que vendrá repleto de lo bonito, presiosos.


Comenta este artículo en
next