VALÈNCIA. (EP). La leche materna después de los seis meses ayuda a seguir aportando al bebé miles de moléculas bioactivas que cumplen diferentes funciones para contribuir al correcto funcionamiento del organismo, según ha explicado el director de Investigación en el área de Leche Humana de Medela, Leon Mitoulas.
En concreto, con cada toma los más pequeños adquieren enzimas, que facilitan la digestión de las grasas y hormonas, que regulan el apetito. "Aunque el calostro presenta la concentración más alta de agentes inmunitarios y protege a los bebés durante los primeros días tras su nacimiento, en sus primeros años siguen estando expuestos a enfermedades e infecciones de gravedad", ha señalado.
Asimismo, entre los seis y los 24 meses la lactancia materna continúa aportando múltiples beneficios a los niños, ya que su combinación con alimentos sólidos, según recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), completa sus necesidades nutricionales para un correcto desarrollo físico y mental.
En este sentido, el experto ha advertido que si un niño con 2 años tomase al menos 448 ml al día de leche materna estaría cubriendo casi el 30 por ciento de su ingesta calórica diaria por medio de la lactancia.
Además, las tomas se reducen desde 5 al día a los 12 meses hasta 3 al día superados los 2 años. Esta pequeña cantidad de leche materna aporta a los bebés el casi el 45 por ciento de las proteínas que necesitan, así como el 60 de vitamina C, el 75 de Vitamina A, y más del 75 de ácido fólico y casi el 95 de vitaminas B12.
Por todo ello, el experto advierte que la leche materna ayuda a proteger contra infecciones del tracto respiratorio inferior e infecciones del oído medio, además de proteger a los bebés frente a la diarrea, la leucemia linfocítica aguda, el linfoma de Hodgkin's y contra la obesidad.
Una lactancia prolongada en el tiempo no solo repercute beneficios a corto plazo, sino que mejora la salud de los niños a futuro. Uno ejemplo de ello es el aumento del coeficiente intelectual de los pequeños en hasta 3 puntos por encima de los niños que no han recibido leche materna, según apunta el doctor.
De igual modo, a nivel inmunitario, el experto ha señalado que la lactancia prolongada, hasta los dos años, es más efectiva en la protección contra el cáncer de mama, por lo que las madres que dan el pecho durante más meses reducen el riesgo de desarrollarlo.
Como también ha evidenciado que existe una mayor tasa de supervivencia en pacientes de cáncer de mama entre las mujeres que han dado el pecho. Asimismo, se habla de una protección moderada, de en torno al 30 por ciento, frente al cáncer de ovario.
En última instancia, Leon Mitoulas destaca que "la lactancia también refuerza el vínculo entre la madre y el bebé". Una lactancia materna prolongada durante más de 2 años induce una mayor sensibilidad de la madre durante la infancia del niño.