VALÈNCIA (VP). Cuando se circula por carretera, la seguridad siempre es una preocupación importante, pero adquiere un mayor grado cuando se trata de transporte internacional por carretera por relevos.
En el siguiente artículo, vamos a explicar la importancia de la seguridad en el transporte de mercancías en camión.
La seguridad en la carretera es un aspecto fundamental que hay que abordar siempre, pero de manera especial cuando se trata de transporte de mercancías y, en general, en el transporte, aunque se haga más hincapié en el sector de los camiones.
La seguridad en el transporte de mercancías en camión
La seguridad es fundamental para garantizar el éxito y la eficiencia de cualquier empresa que se dedique a la logística y al transporte. Por ello, es crucial cumplir con los estándares establecidos legalmente, así como implementar medidas de seguridad adicionales.
Sólo así y extremando todas las precauciones es posible minimizar los riesgos y proteger tanto a la carga como a los conductores y usuarios de las carreteras.
Lógicamente, no existe ninguna manera de reducir a cero el riesgo de sufrir accidentes, pero sí que existen medidas que pueden ayudarnos a disminuir ese riesgo, medidas de carácter preventivo para potenciar la seguridad de los camiones.
Las principales medidas tienen que ver con el mantenimiento preventivo de los camiones y con el aseguramiento de la carga.
Como ocurre con cualquier vehículo, los camiones tienen que estar al día en lo que a mantenimiento se refiere.
El mantenimiento preventivo es una práctica fundamental para garantizar la seguridad en el transporte de mercancías por carretera.
Consiste en realizar revisiones periódicas del estado del camión para detectar y solucionar cualquier fallo o pequeñas averías que hayan podido aparecer antes de que se conviertan en un problema más grave. Esto permite no sólo ahorrar dinero a largo plazo, sino también reducir el riesgo de accidente y evitar paradas inesperadas o pérdidas de la carga.
Este tipo de inspecciones incluye revisiones periódicas de los sistemas de frenado y alumbrado, estado y presión de los neumáticos, control de los sistemas de dirección y suspensión, etc.
Para poder llevar un control adecuado del mantenimiento de nuestro camión, es necesario llevar un registro detallado de cada revisión que se hace.
Otro punto que habíamos advertido tiene que ver con asegurar la carga del camión, un aspecto fundamental para garantizar la seguridad en el transporte de mercancías por carretera, no solo del camión sino también del resto de los usuarios de la vía.
Esto se refiere a la forma en que se coloca y se sujeta la mercancía dentro del camión, una medida básica de seguridad, que recibió un nuevo impulso en 2018, con la entrada en vigor del Real Decreto 563/2017, del 2 de junio.
Este Real Decreto tiene como objetivo establecer las condiciones en que se deben realizar las inspecciones técnicas en carretera de los vehículos de transporte de mercancías y a los vehículos de pasajeros de más de nueve ocupantes, con el fin de mejorar la seguridad vial y el cuidado del medio ambiente.
Además, el Real Decreto introduce en el ordenamiento jurídico español una directiva europea, la Directiva 2014/47/UE, que unifica a nivel europeo tanto las inspecciones técnicas en carretera como la supervisión de la sujeción de la carga.
Según la normativa, las inspecciones en carretera se deben realizar en, al menos, el 5% del parque de vehículos incluidos en la norma (más de 15.000 al año), si bien no dejan de ser una prolongación de las que se realizan en las estaciones ITV.
En cambio, en lo que respecta a la sujeción de la carga, se generó un poco de confusión con relación a quién era el responsable de la correcta estiba y sujeción de la carga.
El motivo de esta confusión es que el Real Decreto fue redactado por la DGT y cargaba la responsabilidad en el titular del vehículo y el conductor, mientras que la normativa de transporte, a través de la Ley 15/2009 del contrato de transporte terrestre de mercancías, establece que, con carácter general, la estiba de las mercancías será por cuenta del cargador, salvo que expresamente se asuman estas operaciones por el porteador antes de la efectiva presentación del vehículo para su carga
Posteriormente, la DGT emitió una instrucción adoptando el criterio de la Ley de contrato de transporte y especificando que, para los casos en los que el porteador se haga responsable de la estiba y sujeción de la carga cuando por ley no le corresponde, el pacto se debe acreditar mediante un documento.
Según establece el Real Decreto, en las inspecciones se debe comprobar que la carga está sujeta de forma que no interfiera con la realización de una conducción segura, ni supone un riesgo para la vida, la salud, la propiedad o el medio ambiente.
Asimismo, la inspección debe incluir una evaluación visual en la que se compruebe que se usa el número necesario de medidas adecuadas para sujetar la carga, que la medida de las fuerzas de tensión es la adecuada y el cálculo de la eficiencia de la sujeción es correcto.
Además, hay que verificar los certificados, en su caso.
En resumen, consiste en asegurar la sujeción de la carga para evitar o minimizar los cambios de posición de las cargas entre sí, contra las paredes o las superficies del vehículo, y que las cargas salgan del espacio de carga o se desplacen fuera de la superficie de carga.
En relación con la sujeción de la carga, la normativa establece una serie de principios:
Para el correcto reparto de la carga, hay que tener en cuenta las cargas máximas y mínimas por eje, respetando a su vez la MMA del vehículo.
En función de las características de la mercancía y del tipo de vehículo, hay que asegurarse de que la sujeción de la carga soporta las fuerzas generadas por la aceleración o deceleración del vehículo establecidas en el Real Decreto:
-En el sentido de la marcha: el peso de la carga multiplicado por 0,8
-En el sentido lateral y cuando se circula en sentido contrario: el peso por 0,5
-Debe impedirse una inclinación longitudinal o transversal de la carga
A la hora de sujetar la carga, se tendrán en cuenta los requisitos de resistencia de algunos componentes de los vehículos, como los puntos de amarre frontales, laterales, traseros y teleros, cuando se utilicen para tal fin, así como los métodos adecuados de retención, como inmovilización o bloqueo (ya sea local o general), enganche, amarre directo o superior, etc.