VALÈNCIA. Control y mando en un entorno civil. Gestión integral de crisis. Colaboración, cooperación, ayuda humanitaria, seguridad. Todos estos conceptos, todas estas palabras irán estrechamente unidas en las próximas décadas. Así lo están debatiendo desde ayer en València en un seminario organizado por la OTAN, en la sede de Adeit, bajo el título NATO C2 in a civil environment y con el apoyo del cuartel de despliegue rápido de la OTAN en Bétera. Entre los ponentes, destaca el Teniente General Hugues Delort-Laval, segundo jefe en el Supreme Headquarters Allied Powers Europe; el General de Brigada en la reserva Alfonso García-Vaquero Pradal y jefe en EUWG; Bert Versmessen, jefe del mando civil de operaciones del Servicio de Acción Exterior de la Unión Europea, y Jesper Holmer Lund, jefe del servicio de emergencias y coordinación de asuntos humanitarios de Naciones Unidas.
En este seminario se tratará una de las decisiones claves adoptadas en la Cumbre de Varsovia de 2016, para la estabilidad de los proyectos en el área euroatlántica y fuera de ella. Con este objetivo, la OTAN debe mejorar su capacidad de llevar a cabo un mando y control —C2 en lenguaje militar— eficaz a través del espectro completo de las misiones, especialmente en aquellas donde se requiere la asociación con las organizaciones civiles. Ello implica la interoperabilidad, mejorando el conocimiento de la situación, adaptándose a los desafíos y amenazas y mantener estructuras sostenibles con los socios y colaboradores.
Anualmente, el Centro de Excelencia de la OTAN (C2COE, en sus siglas en inglés) organiza un seminario, que este año se realiza en València del 13 al 15 de junio. Su objetivo es establecer los parámetros para colaborar estrechamente con los actores y autoridades civiles en distintas operaciones, tanto en misiones de la ONU y de la Unión Europea, como de otras organizaciones.
En principio, se intentará comprender las dificultades de la coordinación de las estructuras de mando y control, militares y civiles. También se presentarán ideas sobre la colaboración en el control de la inmigración ilegal a través de las rutas de África occidental. Ejemplo de ello son las experiencias en la integración de mandos civiles en la EUTM en Malí y las operaciones de lucha contra el terrorismo, una misión comandada por la Unión Europea. Los riesgos de adaptación a un mando común entre organizaciones civiles y militares son otro de los objetos del debate.
Hay que recordar que la OTAN tiene un programa específico de “gestión integral de crisis”, en el que se aplican estas teorías, con ejercicios simulados de cooperación civil y militar. Uno de estos programas tuvo como escenario el cuartel de Bétera hace cuatro años, con el ejercicio Hirex-13. Durante una semana, hubo sesiones de trabajo conjunto entre expertos civiles y mandos militares, simulando la dirección del despliegue de fuerzas conjuntas sobre un territorio ficticio situado en el Báltico. Garantizar el alto el fuego y desarrollar labores humanitarias era el objetivo de este equipo coordinado en el que participó un grupo de profesores de las universidades privadas de València.