CALLE LIBERTAD  / OPINIÓN

Semana Santa, una buena noticia y otra mala

20/04/2022 - 

Tenías ganas de vacaciones... y lo sabes. Todos teníamos ganas de pasar unos días de descanso, con la familia y los amigos. De vivir una Semana Santa “como las de antes”, tras dos años de limitaciones sanitarias y restricciones de libertad de movimiento provocadas por la pandemia de la Covid-19.

Así lo indican las estadísticas de la DGT (14,6 millones de desplazamientos por carretera), el “no hay mesa” en cada restaurante o el cartel de “completo” en muchos hoteles. Las calles llenas, los parkings repletos, la imposibilidad material de conseguir una casa rural para toda la familia, las playas hasta la bandera... Esto es, sin duda, una buena noticia: hemos salido en tromba. Y así, la Semana Santa consolida la buena tendencia del turismo en la Comunitat Valenciana desde el inicio de este 2022.

Pero –ya sabes que siempre hay un ‘pero’- la buena noticia viene acompañada de una mala. Mientras los niveles de ocupación y la tasa turística superan en algunas zonas los datos de 2019, la rentabilidad del sector turístico será mucho más baja porque se han disparado los costes de la energía, de personal y de las materias primas hasta niveles que no recordábamos. La inflación que soporta nuestra economía ensombrece la recuperación económica.

Por supuesto, la inflación también ha llegado a la Semana Santa y seguro que lo has notado en tu bolsillo. Pese a los anuncios que con tanta solemnidad ha hecho el Gobierno, llenar el depósito te ha costado un ojo de la cara, concretamente al precio más caro nunca visto en estas fechas según el Boletín Petrolero de la Unión Europea.

Y, cuando por fin has llegado a tu destino, has pagado las torrijas un 17% más caras y la tradicional mona de pascua te ha costado un 11% más que el año pasado, según un estudio de AEA Business School. Y así con todo.

Lo hemos pasado muy bien, y la insoportable subida de los precios ha sido un algo más llevadera por las ganas de dejar atrás la pandemia y volver a disfrutar de nuestras tradiciones. Pero todos sabemos que, si esto sigue así, nos va a costar repetir en verano. Y ni te cuento si aquí, en la Comunitat Valenciana, el gobierno autonómico sigue adelante con su idea de imponer una tasa turística a la que se oponen hosteleros, restauradores y todos aquellos que se ganan la vida con el turismo.

No tiene sentido que el Gobierno siga enrocado en su afán recaudatorio y se niegue a aplicar medidas liberales como las que le proponemos desde Ciudadanos, tales como deflactar el IRPF y adaptar los impuestos a la inflación, incluir a aquellos pensionistas que no tienen una pensión mínima en el Pacto de Rentas o apostar de manera firme y decidida por la nuclear como nos pide Europa y están haciendo otros países de nuestro entorno para reducir su dependencia energética, abaratar la factura de la luz y afrontar la transición ecológica.

Si el Gobierno sigue sin ayudar a pymes y autónomos, si la inflación obliga a cerrar empresas y miles de ciudadanos se quedan sin empleo, entonces sí que la crisis se convertirá en drama.

España no se puede permitir que haya trabajadores perdiendo su empleo porque su empresa no puede pagar la factura de la luz y encima cargarles con un impuesto al turismo. Los liberales seguiremos trabajando duro cada día para evitar este sinsentido que nos lleva de cabeza al precipicio.

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