VALÈNCIA (EFE). Las adversidades meteorológicas, sobre todo la sequía y las lluvias torrenciales de la Dana, aunque también otras, han provocado este año en el campo valenciano una cifra de pérdidas superior a los 1.400 millones de euros de impacto directo, según el balance realizado por la Unió.
"Es evidente que el cambio climático ha llegado para quedarse y acentúa todos estos fenómenos meteorológicos en la Comunitat Valenciana. Año tras año se nota en la merma de las cosechas y en el descenso de los rendimientos, junto a la cada vez mayor irrupción de las plagas o enfermedades", lamenta esta organización en un comunicado.
Este año, por ejemplo, se ha registrado más del 70 % de merma en la cosecha de olivas y del 50 % en la de caqui, la cosecha más baja de uva de los últimos 30 años, mientas que la de cítricos ha sido la tercera con menos producción de este siglo, un 35 % inferior.
La cosecha de almendras y la de fruta de verano ha sido la mitad de la media de las últimas quince campañas y se ha producido un 30 % menos de cosecha de nísperos, entre otros.
"En 2024 hemos pasado además en pocos días de pedir ayudas por una sequía persistente a la devastadora Dana y algunos episodios de pedrisco. La sequía dejó unas pérdidas superiores a los 150 millones de euros y la Generalitat ha habilitado ayudas por valor de 17 millones", añaden las mismas fuentes.
En cuanto a la Dana, con cifras todavía provisionales, las pérdidas según las estimaciones de La Unió que, inicialmente valoró en 820 millones, son superiores ya a los 1.000 millones de euros, tanto por impacto directo en los cultivos como por graves destrozos en infraestructuras agrarias.
El Gobierno de España prevé compensarlas con una partida de 445 millones de euros y la Generalitat con 200, aunque ambas administraciones van concediendo las ayudas "a cuentagotas", lamenta La Unió.
"El sector agrario se ve asfixiado continuamente por los costes de producción que no paran de subir y una industria y una gran distribución que ejercen implacablemente su poder de negociación en los mercados e imponen unos precios que no remuneran en absoluto el trabajo de aquellas personas que producen alimentos", añade.
En este sentido, denuncia que la Ley de mejora del funcionamiento de la Cadena Alimentaria "sigue sin ser útil para los productores porque no acaba con los desequilibrios de la cadena que soporta el eslabón más débil, aunque su reforma podría conllevar cambios positivos en este sentido".
Por otra parte, se lamenta que "cada vez hay más interceptaciones en la UE de productos importados en frontera con plagas y este año se han duplicado, lo mismo que las alertas sanitarias por detección de sustancias activas cuyo uso está prohibido en el ámbito de la UE, pero no para terceros países. En este 2024 se detecta un aumento del 40 % de las alertas europeas en productos hortofrutícolas importados con materias activas no autorizadas aquí".
"No existe la reciprocidad deseable y hay que adoptar un compromiso de exigencia para que esa reducción de pesticidas, antibióticos y fertilizantes a las que nos obligan las autoridades comunitarias se cumpla también para los productores de fuera".
Además, expone La Unió que "la presión cinegética por numerosas especies, sobre todo jabalíes y conejos, es elevada", por lo que se reclaman medios y propuestas eficaces para controlar y reducir esta proliferación hasta niveles sostenibles.
La organización apunta, además, que permanecerá vigilante ante el posible recorte del trasvase Tajo-Segura por parte del Gobierno de España, porque en caso de producirse "perjudicaría a una de las zonas que constituye la huerta de Europa como es el sur de Alicante".
Finalmente, La Unió anima a los consumidores durante estos días, pero también durante todo el año, "a adquirir productos de proximidad que tienen un frescor, calidad y seguridad alimentaria contrastada".