Milena Smit llegó casi de casualidad a esto de la interpretación hace cinco años debutando con una nominación al Goya por No matarás (2020). En ese corto espacio de tiempo, la actriz ilicitana (medio murciana, pues se crió gran parte de su vida en Murcia) se ha hecho un hueco en el panorama audiovisual español. Con La chica de nieve (Netflix) se ha colado en las casas de todo el mundo y ha llenado el ojo del mismísimo Almodóvar, con el que volverá a estrenar película a final de año. Un gran momento después de haber vivido momenos más oscuros, como relató en un libro publicado el pasado año.
Estrenas Los Sin Nombre, que es un thriller que desde el primer capítulo me atrapó. Estrenarás también Amarga Navidad con Pedro Almodóvar de nuevo. Muy feliz me imagino.
Sí, llevo esta mañanita de Janket con Los Sin Nombre y muy bien, muy contenta. Parece que está gustando mucho y eso es lo importante, así que muy bien, muy bien.
Los sin nombre se estrena este jueves 26 de junio en Movistar+. Cada capítulo te deja con la boca abierta. ¿Qué crees que tiene esta serie de seis capítulos tan adictiva? ¿Qué le veíais vosotros un poco trabajando durante el rodaje que tenía tanto gancho? Porque tiene un gancho muy fuerte.
Sí, pues yo creo que una de las cosas más importantes es que salta mucho de un género a otro con facilidad. Tiene muchos ingredientes la serie y eso creo que atrapa a mucho espectador, a mucho tipo de espectador diferente. Como se cuelgan los seis episodios a la vez, la maratón es espectacular porque, además, los capítulos acaban muy arriba y no puedes parar de verlos.
A mí incluso, mirándola de hecho, estaba constantemente que necesitaba ver qué más iba a pasar y cómo estaba quedando todo. Eso es algo muy importante a la hora de estrenar sobre todo una serie, que mantenga enganchado al público para que la terminen, por supuesto.
¿Ibas conociendo la historia a medida que rodabais o teníais el guion completo ya desde el principio?
Teníamos el guion, claro. Por supuesto hubo versiones diferentes de guion. Siempre pasa porque al final pues cambian muchas cosas y además Paul Freixa y Pol Cortecans, como creadores de la serie, fueron súper generosos al escuchar todas nuestras propuestas.
En mi caso, por ejemplo, el personaje, de cómo estaba escrito, cambió muchísimo por todas las propuestas que fuimos añadiendo. Eso motiva mucho a la hora de entrar en un proyecto porque hace el personaje también muy tuyo. Y lo disfrutas mucho cuando luego lo estás interpretando.

- Milena Smit en un fotograma de la película. -
- Foto: Movistar+
Te he leído que conectas con tu personaje, con Laura, en algunas cosas. No sé qué compartes con ella.
Pues mira, yo creo que lo que más comparto es la creencia y la fe que ella tiene y que mantiene. Es verdad que hay un lapso de tiempo de siete años que han pasado desde el accidente hasta que la volvemos a ver. Donde esa fe, pues sin los resultados esperados, se va disminuyendo.
Pero en cuanto vuelve a aparecer una prueba, ella se agarra a un clavo ardiendo para poder conseguir su objetivo y, por supuesto, esa fe se vuelve a avivar como una llama. Y yo comparto mucho con ella esta filosofía, esta necesidad de creer en algo para que la vida tenga un sentido.
Estrenaste hace no mucho la segunda parte de La chica de nieve. Son historias, como tú decías en alguna entrevista muy distintas, pero encuadradas en el mismo género. ¿Tenías cierto miedo a ‘copiar’ el personaje de La chica de nieve, y de ahí el darle muchos matices?
Sí, o sea, al final obviamente son historias totalmente diferentes y están contadas desde un punto… Son series muy diferentes, pero es verdad que comparten una trama que, en mi caso, pues habiendo interpretado un personaje que ha marcado tanto mi carrera como Miren Rojo en La chica de nieve y en El juego del alma, hay una premisa, sobre todo en La chica de nieve, que es una niña desaparecida. Entonces, esta cosa de que el espectador y el público no vuelva a ver a Milena Smit buscando a una niña como periodista o lo que sea, ahí tenía un especial reto para que el espectador no me reconociera ahí.
Una de las cosas que más ayudó, pienso yo, en este caso fue el aspecto físico. Eso lo construimos todo con el equipo de maquillaje y peluquería y vestuario. Fue muy importante para el personaje porque creo que ubicas completamente en otro lugar a Miren Rojo. Eso parece una tontería, pero fíjate, hizo muchísimo.

- Milena Smit y Rodrigo de la Serna en un fotograma de la película. -
- Foto: Movistar+
Hace unos meses sacabas un libro en el que contabas todas tus experiencias con el objetivo, decías también, de ayudar a gente que hubiera podido vivir cosas parecidas o similares. ¿Todo lo que has vivido ayuda a rellenar los huecos que tienen a veces los personajes sobre el guion, que muchas veces no aparecen en pantalla, pero que ayudan a construirlo?
Pues mira, obviamente hay una empatía sobre mis vivencias con cosas que le pasan al personaje y yo soy muy empática con los personajes, tanto que a veces necesito un poco de distancia. Pero suelo tirar más de imaginario para construir los bagajes. Primero por salud mental y luego porque me parece más interesante encontrar cosas que yo no conozco y construir, sobre todo con el guionista o con el director o con el compañero, un bagaje que no se ve, pero que se tiene que apreciar en el personaje.
Has hecho casting para este papel y has dicho que era algo que te ha motivado bastante por ese ‘síndrome del impostor’ que dices tener, porque llegaste hace poquito a esta industria. ¿Todo esto te ha reforzado de cara a futuros trabajos, de creértelo un poco más?
Fue una cosa que a mí me ayudó el tema de casting. Lo he hablado bastante estos días en las entrevistas. Al final nos llegan muchas veces proyectos con nuestro nombre y de repente el seguir pudiendo optar a propuestas de casting me parece siempre un regalo y algo muy interesante para un actor o una actriz para seguir testándose. Yo me lo tomé como algo bastante guay la verdad.
A ver si la próxima te dan un papel de una comedia romántica o algo porque te vemos siempre sufrir (risas).
¡Ojalá! ¡Dios te oiga! (risas).