VALÈNCIA. Leo quejas con frecuencia entre los entendidos musicales de que en España somos incapaces de hacer algo similar a las BBC Sessions británicas. La inquina que le tenemos todos a la televisión pública en cuestiones musicales, ya sea por un motivo o por otro, es algo épico.
Sin embargo, en esta ocasión hay que negar la mayor. En La 2, sigue presente Los conciertos de Radio 3, de lunes a jueves a la 1.20h de la madrugada. Ahora el programa está interrumpido por el verano, pero me imagino que comenzará en otoño con una nueva temporada. Que el programa se emita a horarios intempestivos es lo de menos, porque con la app se puede ver cuando te dé la gana, incluso con la herramienta de la TDT de Movistar el día que funciona, que son pocos.
Para mí, el programa es uno de los pocos vínculos que tengo con la actualidad musical española y parte del extranjero. Permite apreciar bien las propuestas de los grupos. En directo, o se vale o no se vale. También su presencia estética y escénica, su actitud, sus tablas, sus cualidades. Es mucho mejor que un clip o un corte en la radiofórmula.
Sí que es cierto que para llegar hay que pasar unos filtros y tener un recorrido. Eso produce fenómenos curiosos. Por ejemplo, dudo que me hubiese fijado en Las Dianas con el concierto que dieron aquí si no conociera todo su material previo con la formación anterior. También sufro, al ver que las nuevas tendencias no consiguen seducirme. Me siento apartado de la fiesta, pero luego grupos como Grande Amore me reconcilian con la vida, aunque tenga que escucharles lamentar que en su generación son todos muy guapos, pero nadie tiene nada, lo que es un poco deprimente.
De todos modos, la programación de grupos es muy ecléctica, por lo que es normal que no satisfaga a todo el mundo si lo ve en cada edición. No sé si merecerá o no tener estos conciertos en DVD en casa, pero para ser una actuación en un medio público, en mi opinión, tienen una calidad muy aceptable. Hay varios tiros de cámara, primeros planos, travellings. No hay más, creo yo, porque no tendría sentido. Lo único que sería preocupante es tener menos medios que el mensaje de Navidad de Su Majestad. Si comparamos con la elite, KEXP (emisora de Seattle, faro de la música alternativa), no hay mucho más despliegue, aunque a ellos el rollo de “directo en el estudio de la radio” les queda mejor que nuestro directo “a medias” entre una cosa y otra.
Puestos a poner peros, se me ocurren algunos. La información sobre los grupos aparece de forma esquemática en unos rótulos iniciales. Se ha prescindido de la presentación, que antiguamente la había. Supongo que será una cuestión económica, pero las introducciones a conciertos siempre han resultado muy hieráticas. En Rockpalast, el programa musical de la televisión pública alemana WDR, cuando pillas en el archivo al presentador queda como una cosa risible.

- Rockpalast -
- Foto: WDR/Becker
Este espacio, por cierto, sería una buena referencia. En el pasado, pasaron por ahí la flor y nata del rock, en una diversidad de estilos maravillosa, y al menos son los vídeos que más pongo en casa, especialmente, por las maravillas que dejó Rory Gallagher ante esas cámaras (se le consideraba el patrón del programa y era el más seguido por el público alemán), pero también UFO, Mink De Ville, Undertones. El funcionamiento era distinto, basaban el contenido en las Rockpalast Nacht, maratones de conciertos, o sea, festivales, que duraban toda la noche y se celebraban dos o tres veces al año. Por eso tantos conciertos están petados de público y los músicos se vienen arriba. Eso es quizá lo que se echa de menos en nuestros Conciertos de Radio 3, que falta componente humano. Se nota la soledad del grupo en el escenario y, originalmente, la idea proviene de las Fiestas del Estudiante y la Radio, que eran encuentros muy parecidos al Rockpalast de las grandes galas.
Pero Rockpalast también grababa conciertos individuales de grupos que pasaban de gira por Alemania y actuaban en clubes como el Metropol de Berlín ante su público. Esta alternativa no sé por qué es imposible en España, pero ni me lo pregunto y me da igual, me conformo con lo que tenemos. También es verdad que la propia fórmula de Rockpalast, aunque siga en pie, tuvo su crisis en los 90 cuando lo que lo empezó a petar en serio fue la MTV con el satélite y, en ese país concretamente, la VIVA.
El consumo musical pasó a ser más de aquí y ahora, con lucecitas y chorradicas, y tragarse una actuación en directo resultaba aburrido. De esto da fe la famosa curva de audiencia, que basta con emitir en prime time una actuación musical para que la gente cambie de canal. Solo hay permanencia en Nochevieja ya que los españoles, en familia, gustan de insultar a los artistas.
Es decir, defendiendo las actuaciones en directo en televisión, estamos pretendiendo que galope un caballo muerto. En Inglaterra la propia BBC tenía Old Grey Whistle Test, prácticamente lo mismo que el Rockpalast alemán, con un archivo que es gloria pura, pero que en 1988 ya estaba considerado como un espacio pureta para una audiencia nicho. Los chavales querían contenidos más ligeros.

- Old Grey Whistle Test
Por eso valoro que existan Los conciertos de Radio 3. Por una vez, conservamos algo que merece la pena, que da un servicio, que deja un legado y que no está sujeto a los grandes movimientos del mercado. Aparte, no deja de ser un scene report de lo que ocurre en España, que es lo que siempre nos quejamos de que ha desaparecido.
Aun así, tengo mis quejas. Amargos lamentos. Para empezar, si acudimos a la página de Rockpalast, encontraremos un apartado muy fácil de realizar que dice “Grupos de la A a la Z”. Y sale o debería salir todo lo que ha actuado para ellos. Vas al nombre del artista, y te salen todas sus citas, que tienen su streaming correspondiente. En la app de RTVE Play tenemos un scroll de nada más y nada menos que 1980 páginas que has de hacer a mano para ver todo lo que se ha emitido, aunque no llega a los inicios del programa, en 1998 ¿por qué? No lo sé, pero me jode. Me pasa igual con Días de cine y me da una rabia tremenda ¿De qué sirve el archivo si para acceder hay que realizar una tarea titánica e inviable en la app de la TV, solo desde el ordenador de mesa? Y no me vale enviarme al buscador, porque no filtra por año y su precisión por palabra es cuando menos cuestionable.
Estos son los detalles que te dan rabia, que demuestran el poco amor que hay en general en el ente público. Vale que este programa es de una audiencia nicho, vale que hay que dar gracias por él, vale que hay que ponerse de rodillas porque seguro que pierde mucho dinero, pero por amor de dios ¿no se podría hacer una web con mimo que reúna todo su legado, para que podamos ir y volver una y otra vez a ella? Los grupos que pasaron por ahí a finales de los 90 y principios de los 00 ya son clásicos en el sentido más absoluto del término.
Al final, parece que hay desdén. Cosas que se hacen por hacer, porque sí, sin pensar en el que las ve. Como si los que las hicieran, en realidad, no fuesen el público de un programa de estas características. Y la página de YouTube de RTVE Música tampoco resuelve nada en este sentido. Y en audio, por fin se puede sesgar por años, pero se acaba en 2008 y muchas actuaciones no están completas, faltan 10 años de programa de TV que son los más valiosos por antigüedad, que esto va muchas veces como el vino. Igual no hay derechos para Lou Reed ¿pero el resto?. En fin, si amasen lo que hacen, no lo tendrían colgado de cualquier manera.
Y hay un problema más. La información que se da de los grupos es escueta, como he dicho, y no hace falta más, pero son españoles, es decir, fáciles de entrevistar. Todos suelen tener su paso por Radio 3, de hecho. Aquí el ejemplo citado de Grande Amore. ¿Tan difícil sería vincular estos contenidos en la web? Si pongo Grande Amore en el buscador me salen 2.253 referencias, para radio 7.575. Yo, personalmente, después de cada concierto grabaría una conversación con el grupo para colgarla en la web, es decir, sin límite de tiempo. KEXP incluye una en mitad de la actuación, que muy bien podría ir al final, pero eso no significa que sea molesta. Siempre es necesario el contexto y la versión del artista sobre por qué está haciendo lo que está haciendo. Solo haría falta ponerle un poquito de amor para que lo que hay fuese perfecto.