Servimun, la primera piedra de la 'Operación Taula'

VALENCIA. La nueva pieza separada de la operación Taula, la que afecta a la empresa Servimun, parece pequeña. Apenas 265 folios dentro de un monstruo de causa que lleva ya más de 20 tomos, pero según el propio sumario es ni más ni menos que la “primera piedra” de la macro causa.

Según el exgerente de Imelsa Marcos Benavent, las tensiones entre el personal de la empresa pública Imelsa por la adjudicación del contrato fueron tan evidentes que, la diputada de Izquierda Unida Rosa Pérez, pidió en un pleno el expediente de contratación. El expediente era tan deficitario, incluso tenía la relación de técnicos anotada a bolígrafo, que Benavent trató de arreglarlo, pero no hubo forma.

Fue entonces cuando empezaron los rumores sobre que Pérez iba a ir a la Fiscalía y que, según explica Marcos Benavent, la diputada de izquierdas debió llegar a un acuerdo con su exsuegro para que le pasara las grabaciones que incriminan a políticos en las presuntas mordidas que se investigan en la pieza principal y en la de los contratos del Ayuntamiento de Valencia.

Rosa Pérez fue la persona que denunció todo el entramado presuntamente mafioso que ha terminado por desembocar en la mayor operación contra la corrupción de la Comunitat Valenciana. Una causa judicial que ya cuenta con cinco piezas separadas más la principal, seis.

Servimun

Servimun era la adjudicación soñada. Según las declaraciones que constan en el sumario, la empresa solo ponía el dinero para pagar el dominio de internet. El personal, entre ellos el excuñado de Benavent, el alquiler, el moviliario y hasta los teléfonos corrían a cargo de Imelsa. 

Sobre el contrato concedido a Servimun, Marcos Benavent asegura que la persona que presionó para que fuera esa empresa la adjudicataria fue el exjefe de sección de evaluación y planificación de Diputación de Valencia adscrito a Imelsa, Salvador Deusa, que según Benavent era íntimo amigo de su exsuegro y por eso presionó a su favor y que “algunos funcionarios se llevaban las manos a la cabeza y que la mesa de contratación conocía perfectamente las deficiencias existentes”.