AL OTRO LADO DE LA COLINA / OPINIÓN

¿Siguen los malos tiempos para la UE? Ahora toca el desafío británico

De la crisis Sistémica-Global al desafío Británico (BREXIT), pasando por el drama de los refugiados, y la cuasi salida de Grecia (GREXIT)

14/11/2015 - 

VALENCIA. Esta semana el PM inglés David Cameron ha remitido una carta a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo remitiendo las exigencias en un proceso en el que quiere negociar un nuevo posicionamiento de Reino Unido (UK) dentro de la UE. Todo ello, de cara al prometido referéndum sobre la permanencia de UK en la unión antes de finalizar 2017, y para poder dar su apoyo a que siga en la misma evitando su salida (BREXIT).

La relación de UK con el resto de Europa ha estado siempre matizado por su carácter insular/individualista. En la Europa continental han surgido a lo largo de la historia diferentes iniciativas de integración, ya fuesen voluntarias o no, en las que Inglaterra no ha participado. En cambio, jugó a crear una coalición que se contrapusiera a ese poder continental emergente, llegando a fundar una escuela de pensamiento estratégico, el equilibrio entre bloques, evitando el mundo unipolar. En nuestros días la encabeza Henry Kissinger, que la plasma en su obra Diplomacy.

Así es como llegados a poco más de la mitad del siglo XX, y tras décadas y siglos de guerras, se inicia el actual proceso de integración, la CEE, buscando la paz mediante la asociación de antiguos enemigos en 1957. UK no se integró y contrapuso en 1960 la EFTA (European Free Trade Association) con 10 países europeos no pertenecientes al mercado común, hasta que se vio impelida por las circunstancias a su ingreso en las comunidades europeas, al igual que la mayoría de sus integrantes.

En la actualidad, tras un profundo proceso de integración europea, con moneda única, sin fronteras, con un parlamento (que, por ejemplo, regula entre 2/3 y 3/4 partes de nuestro derecho civil-mercantil) en donde y ante los problemas que iban surgiendo la solución era “más Europa”, nos hallamos en una profunda crisis institucional. Recordemos al profesor Juan Reglá cuando afirma que en los momentos de bonanza económica los procesos de integración y unión florecen, pero que con la recesión o ciclos decrecientes las desintegraciones y los separatismos proliferan.

La crisis se desencadenó como consecuencia de la crisis económica, llamada de las Subprime, en 2008,. Ahí se pusieron de manifiesto las serias imperfecciones que adolecían las estructuras europeas, como por ejemplo, la falta de la unión Bancaria y Fiscal (hoy la primera prácticamente implementada y la segunda aún por desarrollar y aplicar), y en donde un país, Grecia, casi tiene que ser expulsado o invitado a marcharse al menos del euro, y en el que todavía quedan tareas pendientes. Además, surgió el drama de los refugiados, que puso en evidencia las diferentes sensibilidades de los socios frente al fenómeno de la migración y la cohesión política se resquebrajó.

Nuevas propuestas

Ahora Inglaterra, con la carta del 10 de noviembre de David Cameron, reclama tener una nueva relación con la UE, con los problemas que de ello deriva en cuanto la posible reformulación de tratado, que nadie quiere por su complejidad, pese a que el Primer Ministro de UK cree que se le puede dar una solución ad hoc como a Irlanda y a Dinamarca.

Este documento gira en torno cuatro áreas/propuestas para la reforma: Gobernanza Económica, Competitividad, Soberanía e Inmigración. Los principales razonamientos son que no deben producirse diferencias entre los países del euro y los que no lo son que comprometan el Mercado Único cuya integridad debe ser protegida, la necesidad de profundizar en la competitividad de los mercados (el Digital y el de Capitales especialmente), que el trabajar a favor de una unión cada vez más estrecha deje de ser una exigencia comunitaria y reforzar el papel de los parlamentos nacionales frente al europeo, y finalmente hacer frente a las presiones migratorias acabando con los abusos del principio de libre circulación de personas.

Como podemos ver, una serie de medidas-propuestas muy complicadas de acordar, y aunque parece que lo que buscan es continuar siendo o volver a ser (según se mire) el portaaviones norteamericano vigilante de Europa dando un no a la UE, lo que pretende (parece ser) es dar un no a la construcción de una UE, excesivamente compleja, intervencionista y alejada de los ciudadanos, y donde algunos piden sólo más Europa (cantinela de la que se ha abusado mucho), exigir, además y sobre todo, mejor Europa.

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