Además de actrices y actores, hay piezas de mobiliario que pasan a asociarse con películas y series para siempre, convirtiéndose en parte del imaginario de la gran y pequeña pantalla
VALÈNCIA. Los muebles, el atrezzo y todos los decorados del cine influyen a contextualizar y ambientar las escenas de películas, a menudo son parte viva interactuando con los protagonistas, y otras simplemente por estar nos ubican y describen a determinados personajes.
Hablábamos hace poco de la puesta en escena y la importancia de la selección del mobiliario por cómo el diseño puede condicionar y ayudar a la percepción que se pretende de un acto o una presentación, y podemos extender esta intención al mundo del cine ya que de hecho el término Mise-en-scène viene de las artes escénicas y es donde el diseño de producción juega este importante rol en cualquier producción.
Escena de El Club de la Lucha (David Fincher, 1999)
Este mes se celebrará una nueva edición de Feria Hábitat Valencia, y durante la semana del 18 al 21 de septiembre València será la capital mundial del diseño, poniendo en valor no sólo el potencial valenciano sino la importancia del diseño del mueble. Y es que el apartamento de Patrick Bateman en American Psycho (Mary Harron, 2010) o el de Christian Grey en Cincuenta sombras de Grey (Sam Taylor-Wood, 2015) hablan de un determinado tipo de personaje, con decorados marcados por piezas históricas del diseño industrial del siglo pasado, igual que la casa de Tony Stark en Iron Man (Jon Favreau, 2008) define la vida cargada de excesos del extravagante millonario. Pero más allá de estos elementos secundarios, como serían también los maravillosamente escogidos muebles modernistas de la serie Mad Men, hay veces que el mobiliario pasa a ser protagonista de escenas o películas enteras, desde ser pieza clave en un cartel a la narración de la historia o, con el tiempo, convertirse en elemento de culto, como el sofá Chester de la producción homónima de Cuatro en televisión o el trono de hierro de Juego de Tronos.
La silla Navy fue diseñada en 1944 para su uso en submarinos (de ahí su nombre haciendo alusión a la Marina), construida en aluminio reciclado para aguantar en el entorno naval, ser ligera y resistente al agua, y desde entonces sigue aún en producción bajo la firma Emeco, convirtiéndose hace años ya en la silla por antonomasia para recrear interrogatorios en el cine. Es también una protagonista más en las reuniones de equipo de House, y ha presenciado momentos históricos en encuentros policiales de Terminator Génesis (Alan Taylor, 2015), Yo, Robot (Alex Proyas, 2004) o El Caballero Oscuro (Christopher Nolan, 2008).
El villano de James Bond en Sólo se vive dos veces (Lewis Gilbert, 1967) se llamaba Blofeld y definió el arquetipo del malo de película, ese que aguarda hasta el final de espaldas sentado, se da la vuelta y aparece acariciando un gato. El mito lo completa la butaca Modelo 62 de G-Plan, con su enorme respaldo que es una parte inseparable del personaje y de la historia del cine.
En la burla hacia la modernidad que es la mítica Playtime (Jacques Tati, 1967) destaca la butaca protagonista de algunas escenas de la película que sirve de diana para criticar el diseño moderno. El modelo exacto de asiento fue bocetado por el director artístico y diseñador Eugene Roman, aunque responde a un prototipo muy común en salas de espera de los años 50 y 60s.
La dedicación con la que Kubrick llevó a cabo la selección de muebles en 2001: A Space Odyssey (Stanley Kubrick, 1968) define la maestría del director, que combinó piezas diseñadas décadas antes de la producción y sin embargo encajan perfectamente en la atmósfera futurista del film. La serie de asientos Djinn diseñados en 1963 por Olivier Mourgue para la firma francesa Airborne utilizados para decorar el lobby de la estación espacial parecen verdaderamente diseñados en un futuro de ciencia ficción.
A mediados del siglo XIX, Michael Thonet popularizó la tecnología del curvado de madera tubular para confeccionar los célebres respaldos de sus sillas Thonet. Más de un siglo después, Liza Minelli en Cabaret (Bob Fosse, 1972) aparecía rodeada de estas sillas, y aunque la que ella utilizaba en el escenario del Kit Kat Club o en el cartel de la película no era el modelo de sinuosas curvas, la que se popularizó como la “silla de cabaret” para el público fue la de Thonet, en concreto su modelo 18.
El mito erótico Emmanuelle (Just Jaeckin, 1974) dio nombre a un modelo de sillón de mimbre y estructura de ratán procedente de oriente, muy de moda en los 70s y 80s y que fue utilizado en algunas películas de la saga, siendo como en otros casos de este repaso una pieza clave para recordar y hacer de reclamo de las películas.
Una caja de bombones y un banco de parque completan junto al protagonista la identidad de la narración de Forrest Gump (Robert Zemeckis, 1994) desde su mismísimo cartel. El banco en cuestión estaba en la plaza Chippewa de Savannah, en Georgia, cuando se localizó y filmó la película, actualmente cedido al museo de historia de la ciudad norteamericana. También lo ha hecho célebre la cadena de restaurantes Bubba Gump Shrimp Company, que utiliza como reclamo en la puerta de sus establecimientos una réplica del banco y de las zapatillas del protagonista.
Prácticamente ningún elemento de los decorados de la serie Friends, en antena entre 1994 y 2004, estaba dejado al azar. Cada figura, mueble o mesa llegaba a protagonizar algún capítulo, y cada recreación de la casa de los protagonistas hablaba de ellos. Lo que poca gente sabe es que uno de los diseños de esta célebre serie (considerada una de las mejores en la historia de la televisión norteamericana) tiene firma valenciana, y es que los taburetes del apartamento de Chandler y Joey estaban diseñados por Bañó+Lax Asociados (el estudio que durante años mantuvieron los diseñadores Manuel Bañó y Marcelo Martínez Lax).
En Austin Powers: La espía que me achuchó (Jay Roach, 1999), un sofá con forma de labios colaboraba a recrear la identidad del peculiar espía. Este Bocca Lips Sofa estaba inspirado en una escultura surrealista creada por Salvador Dalí y comercializada desde 2004 por BDBarcelona.
El diseño retrofuturista de los muebles ovalados han sido utilizados tanto para recrear escenarios pop sesenteros como para diseñar decorados de ciencia ficción. Y es en este último caso en el que encaja la secuela de Hombres de Negro, Men in black II (Barry Sonnenfeld, 2002) donde además de protagonizar alguna escena un tanto ridícula con Will Smith intentando acceder al centro de reclutamiento, el Ovalia Egg Chair diseñado por Henrik Thor-Larsen en 1968 llega a aparecer junto al propio Smith y a Tommy Lee Jones en el cartel de la película.
Una versión en blanco de la silla Barcelona, diseñada por Mies van der Rohe y Lilly Reich para el Pabellón alemán en la Exposición Internacional de Barcelona del año 1929, acapara la atención de los planos que nos muestran la Safehouse de Tron: Legacy (Joseph Kosinski, 2010) junto a otras piezas históricas e iconos del diseño moderno como la butaca de Charles y Ray Eames, la lámpara Arco de Castiglioni o antigüedades del siglo XVIII, todo en versiones blancas creando un conjunto que recrea el ambiente idóneo para el momento de la película.
El Trono de Hierro, sede del poder del Rey de los Siete Reinos en Juego de Tronos es una figura tan reconocible que aun sin haber visto ningún episodio cualquiera puede asociarlo con la serie. Está concebido originalmente por el autor George R. R. Martin, forjado con las espadas de los enemigos rendidos, y más allá de réplicas o de merchandising no existe como versión comercial al ser un elemento creado para la saga, como otros casos y al nivel del trono del emperador en Star Wars, la silla de mando de la nave Enterprise en Star Trek o el trono de Gondor de El Señor de los Anillos.