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Entrevista a Rafael Bonmatí, decano del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV)

"Sin abogados, no habría derechos"

21/04/2018 - 

VALÈNCIA. Rafael Bonmatí llegó al cargo de decano del Ilustre Colegio de Abogados de Valencia (ICAV) en noviembre de 2014, con un apoyo del 65% del censo. Una de sus primeras medidas, junto con la rebaja y rediseño de las cuotas colegiales, fue el cambio de los Estatutos para impedir la reelección de cargos como el de decano más de cuatro años.  Ahora, cerca de finalizar su mandato, asegura sentirse satisfecho de lo que ha hecho al frente del ICAV, aunque lamenta haber dejado alguna cosa por hacer.

–¿Cuáles son los principales retos de la abogacía en la actualidad?

Vamos a un mundo cada vez más especializado y la abogacía debe ir en ese camino hacia la especialización. Todo es más complicado, más técnico y la abogacía debe adaptarse a esas tendencias. Un ejemplo de esa adaptación es la tecnología. Los abogados somos muy tecnológicos. Por ejemplo, se acaban de celebrar las Jornadas de Nuevas Tecnologías del Consejo General de la Abogacía, que se organizan cada año, y en ellas se analizan temas como el expediente digital, el e-learning, el blockchain… nuestros conocimientos en tecnología se están continuamente actualizando.
En el ICAV estamos liderando la transformación digital. Además de la página web, los abogados tienen una biblioteca digital para poder consultar y descargar libros digitalmente. Y también a nivel de gestión interna está todo digitalizado. Y funcionará mejor cuando implantemos el sistema SIGA (Sistema Integral de Gestión de la Abogacía), una herramienta de gestión del Consejo General de la Abogacía en el que se van a invertir varios millones de euros y que también permite gestionar el turno de oficio, expedientes,…

–Esa especialización, ¿conlleva una mayor formación?

–En el abogado la formación es constante. Avanza la sociedad, los negocios, la tecnología y nosotros con ellos. Siempre habrá abogados generalistas, pero es necesario dar soluciones a los nuevos problemas y la abogacía ha de estar en la punta de lanza.

–En estos momentos en los qué se habla tanto del papel de la mujer, ¿cuál es su representación en la abogacía y en el Colegio?

–En el Colegio, como institución, yo creo que la mujer está bien representada. De 24 secciones, 11 las presiden mujeres. En la plantilla, el 78% son mujeres y muchas están al frente de departamentos importantes, como formación. Aquí no se distingue. Por lo que respecta a la abogacía, en la práctica o en la calle, yo creo que es un debate superado. A la mayoría le da igual tener delante a un abogado hombre o mujer o a un juez o una jueza. 
Donde no está superado es cuando empiezas a ascender, por ejemplo en los órganos de gobierno de la abogacía. El Consejo General de la Abogacía está formado por 83 decanos y solo 15 son mujeres. En el Supremo a las mujeres hay que buscarlas. Pero lo mismo está pasando en la sociedad. Puede ser porque hay techos de cristal, porque se produce un paro biológico en las mujeres o porque todavía somos una sociedad machista o un mix de esas tres razones. 

–¿Veremos pronto una decana en el ICAV?

–Uno de los candidatos para las próximas elecciones de noviembre es una mujer y ojalá haya más de una. Ya va siendo hora de que una mujer sea la decana de este Colegio.

–¿Qué balance hace de estos cuatro años?

–No soy yo el más indicado para hacer el balance. Yo he disfrutado de mi paso al frente del Colegio. He hecho lo que he podido, pero soy consciente de que me quedan muchas cosas por hacer. Por ejemplo poner en marcha un plan de igualdad. Aunque no es obligatorio para el Colegio, yo creo que tenemos que dar ejemplo y que las abogadas, que son el 51-52% del censo, nos lo agradecerían seguro. También hubiera querido hacer un plan estratégico… Siempre quedan cosas, pero lo que sí puedo afirmar es que lo he hecho lo mejor que he podido y me voy con la conciencia tranquila. Creo que dejo el Colegio mejor que como me lo encontré, mejor organizado, más transparente y con más prestigio, no solo en la sociedad valenciana sino también a nivel estatal. 


–Desde el Consejo General de la Abogacía se está trabajando mucho en el Pacto de Estado por la Justicia, ¿qué están aportando?

–La abogacía es quien más está trabajando en este pacto, porque es quien más cree en él. Desde el ICAV, al igual que desde el Consejo General, llevamos años reclamando ese pacto estatal. Consideramos necesario que se aborde de forma definitiva una reforma profunda y duradera para tener una justicia de calidad. Y desde el Consejo se está presionando para que las medidas ya consensuadas se implementen para poder avanzar, mientras se trabaja en el resto del Pacto. 
Aunque la mayoría de las medidas afectan a la parte pública del sistema, jueces, funcionarios, fiscales, administraciones… los abogados, como actores imprescindibles en la tutela judicial efectiva de todos los ciudadanos, somos parte muy interesada en tener una justicia efectiva y de calidad. Porque si no hubiera abogados, no habría derechos. La abogacía es la que hacen valer los derechos. Detrás de cualquier avance o de cualquier éxito en justicia, como por ejemplo el tema de las cláusulas suelo, siempre hay un abogado que pensó en plantearlo, lo argumentó y lo ganó. 

–¿Se han solucionado los problemas del turno de oficio?

–Una aspiración del turno de oficio era que la retribución fuera acorde a los precios de mercado. No se ha conseguido, pero por lo menos ahora ha dejado de ser indigna. El último gobierno autonómico del PP hizo un gran recorte en este tema y esa rebaja se ha recuperado con la nueva administración y, de momento, están cumpliendo con los pagos y con los compromisos de incremento salarial que adquirieron. Todo es mejorable, la retribución está aún un poco lejos de lo que debería ser, basándose en el trabajo que realizan los letrados que es de una calidad excelente, pero por lo menos se ha mejorado y están cumpliendo.

–El Centro de Mediación del ICAV está considerado como un referente a nivel nacional, ¿qué aporta?

–Es el mejor de España. Y no porque lo diga yo, sino que el resto de colegios de abogados de España así lo reconocen y nos visitan para aprender de nuestra experiencia. Esto se ha conseguido gracias a una fuerte apuesta por formar a la gente, con un máster con más horas de las exigibles y unos programas muy avanzados. Así hemos conseguido formar un equipo muy bueno, con gente muy comprometida, algo muy necesario para que esto haya salido adelante. Hemos conseguido muchas cosas, desde la intermediación hipotecaria, la familiar, hay proyectos pilotos de mediación penal, también queremos llegar a la mediación administrativa (temas de licencia o actividades por ejemplo)…
Fue una apuesta del ICAV de hace diez años y fuimos de los primeros en crearlo. Hemos puesto todos los medios para que eso funcione y funcione bien. Lo único que falta es una cultura de mediación, que es más típica en la cultura sajona que en la mediterránea. A la sociedad le cuesta llegar a acuerdos, los jueces no acaban de verlo y la administración lo apoya pero no económicamente.
Y eso que es más económico para la administración que un juicio (un pleito cuesta unos 3.000 euros según los cálculos oficiales, mientras que con la mediación costaría unos 300 euros) y también se resuelve antes el conflicto. Buena prueba de ello son las más de 22.000 personas que hemos atendido desde que abrió sus puertas los acuerdos alcanzados, que están cerca del 70% de los casos y los más de mil abogados implicados en sus acciones.

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