Carretera entre Mas del Olmo y Ademuz.
Foto: Diputació de ValènciaVALÈNCIA. La falta de servicios públicos, el alto envejecimiento y la escasez de recursos son algunos de los retos a los que se enfrenta diariamente la ciudadanía que forma parte del mundo rural. Sus habitantes no solo están alejados de los grandes privilegios de la ciudad, sino que además ven cómo su hogar se apaga hasta adentrarse en un concepto peligroso, el de riesgo de extinción.
Esta es la dura realidad que vive el Rincón de Ademuz, posicionada como la comarca con menos densidad de población de toda la Comunitat Valenciana; un dato preocupante que se ha agravado en los últimos años y que requiere de intervenciones urgentes si realmente se quiere salvar sus pueblos antes de que sea demasiado tarde.
En los últimos siete años, el Rincón de Ademuz ha perdido el 9,4% de su población y, sumando el conjunto de los siete municipios que lo conforman -Castielfabib, Ademuz, Vallanca, Puebla de San Miguel, Casas Bajas, Casas Altas y Torrebaja-, tan solo alcanza un total de 2.189 habitantes.
Uno de los principales motivos es que las nuevas generaciones buscan espacios donde poder desarrollar sus capacidades y donde haya nuevas oportunidades y puertas por abrir. Los municipios mueren poco a poco mientras las personas que han crecido en ellos desaparecen y cierran una etapa. Y con ellos mueren también todos los bares, rincones y plazas, que se convierten en recuerdos.
El alcalde de Ademuz, Ángel Andrés, expresa: "Ves como poco a poco se van despoblando estas zonas y causa tristeza. La mayor problemática es la que no se ve: la pérdida de ilusiones y de esperanzas, el decir 'hasta aquí hemos llegado'. Luego ya está la problemática de conexiones, de comunicaciones digitales y otras trabas".
A pesar de que Ademuz es la capital y la localidad más grande, superando los mil habitantes, comparte las mismas dificultades que sus pueblos vecinos. Tal y como explica el alcalde, la pediatra es una médico de familia y la matrona acude una vez al mes para estar unas pocas horas. Además, no hay transporte público para viajar por la comarca, tan solo se habilita un servicio a demanda para ir a València de viernes a domingo, pero con horarios muy reducidos y con la obligación de avisar con antelación.
En consecuencia, el 99% de los viajeros de la comarca utiliza el vehículo privado y tan solo un 1% usa el autocar como medio para desplazarse en el día a día, según los datos de un estudio realizado por la Universitat de València, financiado por la Diputació provincial. Por ello, la reclamación más repetida es la implantación de un servicio de microbús con paradas en centros de salud y hospitales públicos y centros comerciales.
Las peticiones a la Administración pública son constantes, ya que la ciudadanía se siente ignorada y pide atención para frenar un fenómeno arrollador. Este mismo año se prevé aprobar la Ley Integral de Medidas contra la Despoblación, con la que el Consell pretende garantizar el acceso a los servicios públicos y fomentar el empleo, así como reactivar el tejido económico de las zonas afectadas y corregir desigualdades. El plan involucra a más de 80.000 personas de 178 municipios de la Comunitat.
No obstante, con las elecciones a la vuelta de la esquina es necesario acelerar el proceso para que finalmente entre en vigor. "No se nos tiene en cuenta ni se nos hace caso. La Ley de Despoblación se ha hecho deprisa y corriendo para aprobarla antes de las elecciones, deberían hacer caso a los técnicos que viven en la zona y fomentar medidas oportunas, como que un profesor pueda volver a optar a la plaza de Ademuz, que no tenga que venir y al año irse y lo mismo con los médicos. Favoreciendo la estabilización del funcionariado y con una discriminación positiva para la población que vivimos aquí", defiende Ángel Andrés.
"Conocen los desafíos que hay en estos pueblos porque somos muchos con problemas de despoblación y somos muchos alcaldes y técnicos quienes los difundimos, pero a la hora de la verdad somos cuatro votos y así nos toman", critica.
Las limitaciones del gobierno local impiden adoptar políticas que reviertan el panorama. Aún así, no se rinden y desde la mancomunidad han impulsado una campaña con el fin de fomentar el turismo y demostrar la calidad del territorio. Para lograrlo, muestran el lado positivo, con la oportunidad de vivir en un entorno más limpio, con una gran variedad de rutas y paisajes al alcance y con costumbres y tradiciones únicas.
"Se vive muy bien y el que vive aquí disfruta de lo que tiene. El Rincón de Ademuz es una tierra que está llena de oportunidades para emprender negocios y estamos aquí para apoyar al empresario y al emprendedor", destaca Ángel Andrés.
