CASTELLÓ. Parecía que esta semana se alcanzaría a un acuerdo de indemnizaciones para los trabajadores que quedarán en la calle por el cierre de la cooperativa Cítrics de Nules. Pero finalmente no será así. La reunión celebrada este miércoles entre los representantes de los trabajadores y de la compañía terminó sin pacto y las partes continuarán las conversaciones más adelante, si bien es cierto que los escollos se centran en la indemnización de parte de la plantilla, especialmente la relativa a las labores de manipulación.
Así pues, tal como explicaron fuentes sindicales, "la parte de la recolección está clara" por el momento -si bien todavía no se ha hecho público el método de cálculo de las indemnizaciones en este ámbito- y es en el ámbito del almacén y manipulado donde la compañía ha presentado una fórmula que los sindicatos prefieren estudiar antes de dar el visto bueno. "Creemos que es perjudicial para los trabajadores, pero queremos mirarlo caso por caso", subrayan en ese sentido las fuentes consultadas.
Hay que recordar el cierre de Cítrics de Nules supondrá la pérdida del empleo para 1.043 personas, que estarán afectadas por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para la totalidad de la plantilla. Al tratarse de una causa objetiva, la ley prevé el mínimo de indemnizaciones, de 20 días al año con un tope de 12 mensualidades que deberá abonar el Fogasa. Si bien las condiciones finales de las indemnizaciones están en fase de negociación.
"Nosotros estamos pidiendo más que lo que paga el Fogasa para recompensar a los trabajadores, que ya han salido bastante perjudicados del cierre de la empresa", indican las mencionadas fuentes: "Si hay activos, creemos que al menos hay que compensar de alguna manera a los empleados", dado que la compañía está actualmente declarada en concurso de acreedores. Por el momento, sigue sin haber acuerdo y todavía no hay fecha para el próximo encuentro.
Una vez suscrito el acta de finalización del período de consultas y el acuerdo, el administrador concursal deberá acreditar cuáles son las indemnizaciones definitivas para que sean comunicadas al juzgado y al Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), que es el organismo que deberá abonarlas.
El colectivo de manipulado está conformado en un 95% por mujeres (encajadoras, triadoras o rajadoras) y el colectivo de recolección de naranja corresponde a hombres en ese mismo porcentaje. Hay que recordar que, como reclamaban los empleados, la cooperativa no ha hecho el llamamiento a la plantilla para incorporarse en el inicio de campaña, explicaron dichas fuentes, por lo que sería compatible la contratación por otras empresas.
Al respecto, y como publicaba Castellón Plaza la semana pasada, se habría abierto la puerta a la posible recolocación de algunos trabajadores en otras compañías del ramo, como Agronostrum, el Grupo Llusar Torres o Artanfrut, que habrían ofertado al menos 150 puestos de trabajo en total para diferentes tareas: recolección, manipulado, etcétera. Propuestas que se canalizarían a través de los canales de comunicación internos y las organizaciones sindicales para recabar interesados.
Lo cierto, con todo, es que hay cierta intranquilidad entre la plantilla a punto de que se cumpla mes y medio desde que la cooperativa, asfixiada por su situación financiera, anunciara la presentación del concurso de acreedores. Con la campaña empezada, "a estas fechas ya estarían incorporados a su puesto de trabajo, pero ahora todavía no tienen la indemnización", explicaba otra fuente sindical la pasada semana.
Mientras que los trabajadores siguen en vilo, la cooperativa ha conseguido calmar las aguas en cierto modo con sus 650 socios. La asamblea celebrada este martes consiguió aclarar muchas de las dudas de los asociados sobre su futuro próximo. Así, por una parte, se aprobó la carta de libertad que les permite disponer de su fruta para comercializarla sin tener que pasar por la cooperativa, y en el caso de que no puedan hacerlo, esta podrá intermediar para encontrar un comprador.
También quedó claro que en el marco del concurso voluntario presentado por la cooperativa, los socios figurarán como acreedores de la firma, dado que la liquidación de la pasada campaña todavía no se había pagado. Aunque todavía se desconoce la cuantía total a la que asciende esta deuda, la próxima semana se comunicará a cada uno de los socios cuánto se le adeuda de manera individual. Lo cierto, con todo, es que la mayoría de los 21 millones de euros de deuda estimada está en manos de entidades bancarias.