Foto: SOCIDROGALCOHOL VÍA 'X'VALÈNCIA (EFE). La adicción a las apuestas y el juego entre jóvenes y adultos jóvenes influye en su estilo de vida, dejando de lado aficiones, en el bajo rendimiento académico y repercute en otras conductas haciendo que estén más irritables, según los profesionales que tratan estos casos.
Así se ha puesto de manifiesto en la sexta edición del Internacional Congress y las 51 Jornadas Nacionales de Socidrogalcohol, que se celebra, hasta este sábado, en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de València.
El encuentro reúne a profesionales de las adicciones de distintos campos, como la psicología, psiquiatría, trabajo social, enfermería, medicina o abogacía, para abordar aspectos como la atención primaria, emociones, reducción de daños, trauma y adicciones, según informa la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y las oras Roxicomanías (Socidrogalcohol).
Los participantes coinciden en que el impacto de la publicidad y las promociones están íntimamente relacionados con la conducta de juego que más tarde van a realizar los jóvenes (adolescentes y adultos jóvenes), según un comunicado de las jornadas.
Algunas investigaciones sugieren que entre un 4 y un 5,6 % de los jóvenes cumplen criterios de juego de riesgo y un 1,2 % de juego problemático.
En el congreso se ha expuesto también el impacto económico de la industria del juego, cuyos beneficios, solo en apuestas, representa un 0,8 % del PIB.
"Debemos dejar de trivializar el tema del juego porque produce muchas consecuencias negativas, sobre todo a nivel familiar y económico", advierte Francisco Arias, coordinador de la Guía Clínica sobre Adicciones Comportamentales, que ofrece una serie de pautas a los profesionales para conocer los cuadros para detectar los cuadros de adicción, tratamientos y prevención.
Del mismo modo, los profesionales han evidenciado que la exposición a determinados estímulos afecta a las personas y a sus conductas y aunque a nivel publicitario es complicado establecer una correlación directa, "sí se sabe que interfiere en la toma de decisiones o la normalización de ciertas conductas".
El deterioro físico, añaden, de la adicción sin sustancia no es tan evidente como en las adicciones con sustancia, sin embargo, las alternaciones psicológicas sí.
"Se producen cambios en el estilo de vida, se van dejando de lado 'hobbies', baja el rendimiento académico, repercute en otras conductas y se está más irritable", explican.
La profesora titular de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Deusto Ana Estévez añade que las compras compulsivas y la dependencia emocional se están ahora también estudiando como adicciones.
"Cualquier conducta placentera es susceptible de poder generar adicción, pero no todas las conductas son iguales ni tienen las mismas consecuencias (a nivel familiar y económico, por ejemplo). Muchas veces lo que ocurre es un síntoma de otras cosas que están sucediendo o de otras necesidades que no están cubiertas", matiza.
La realidad, concluye Estévez, es que con las adicciones sin sustancia, quitando el juego que sí está más estudiado, hay poca evidencia científica, por lo que se necesitan más investigaciones y seguir haciendo estudios antes de poder ponerle el nombre de "adicción".
