VALÈNCIA. Fundación Bancaja tenía previsto hasta ayer mismo que hoy se estrenara al público la exposición Sorolla. Cazando impresiones, realizada con la colaboración del Museo Sorolla, la Fundación Museo Sorolla de Madrid y Bankia. La muestra, que se podrá ver desde que se levanten las medidas de precaución por el coronavirus y hasta el 26 de junio, propone un amplio recorrido por la producción en pequeño formato de Sorolla, que revela la importancia que ésta tuvo en su proceso creativo y en su trayectoria artística.
La exposición, comisariada por Blanca Pons-Sorolla, Consuelo Luca de Tena y María López Fernández con la colaboración de Isabel Justo, está integrada por 270 obras procedentes del Museo Sorolla, la Fundación Museo Sorolla de Madrid, la Diputación de València, la Casa Museo Benlliure, la Colección Hortensia Herrero, la propia Fundación Bancaja y una veintena de colecciones particulares, la mayoría valencianas. Tras su presentación en 2019 en el Museo Sorolla y su posterior itinerancia al Museo de Bellas Artes de Bilbao, la muestra se presenta en Valencia con una selección de piezas realizada ex profeso para esta exposición que incluye piezas no presentes en Madrid y Bilbao y que incorpora obras de mediano y gran tamaño, así como nuevos lienzos de pequeño formato de referencias temáticas valencianas.
La selección de obras permite apreciar el proceso creativo de Sorolla y pone el foco en las notas de color del artista, en aquellas escenas fugaces que el artista reflejó durante toda su vida en pequeñas tablas, cartones, papeles o trozos de lienzos. Representan asuntos con los que se sentía cómodo y muestran, en su mayoría, escenas cotidianas de su familia, motivos de paisaje o escenas sugerentes de algún lugar recién descubierto.
El recorrido por la exposición se estructura en tres bloques: la etapa de formación y consolidación de Sorolla; sus años de madurez; y su época de plenitud. Un recorrido vital que sitúa esta producción del artista valenciano a lo largo de toda su trayectoria, ya que Sorolla llegó a pintar cerca de 2.000 óleos sobre tablillas de muy pequeño tamaño a las que llamaba apuntes, manchas o notas de color. Piezas que en un principio se consideraban obras íntimas o inacabadas, pero que más tarde se exponían y cotizaban como muestras del trabajo más personal y original del artista en las grandes exposiciones internacionales.
La presencia del pequeño formato junto al mediano y gran formato revela cómo conviven dos formas distintas de hacer en diferentes escalas: una más pulida y ‘terminada’, acorde con postulados más cercanos a la academia, y otra, liberada y fresca, ensayada primero en las notas de color. La selección de obras destaca algunas vistas urbanas y otros temas valencianos, escasos en los lienzos más grandes, pero presentes en los apuntes. Por ejemplo, las barracas y alquerías de la huerta, y monumentos como el Puente del Real y el Pouet de Sant Vicent.
Con motivo de la exposición se ha editado un catálogo con la reproducción de las obras expuestas acompañadas de los textos Blanca Pons-Sorolla, María López Fernández e Isabel Justo. Además, con el objetivo de acercar el arte a todos los públicos, se realizarán talleres didácticos gratuitos sobre el paisaje en la pintura y dirigidos a los diferentes colectivos de personas con diversidad funcional, colectivos en riesgo de exclusión, personas mayores y escolares.