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tribuna libre / OPINIÓN

Sostenibilidad y deuda pública insostenible

Foto: ALEJANDRO MARTÍNEZ VÉLEZ/EP

Una deuda pública elevada y en aumento frena el crecimiento, desplaza la inversión privada, limita la capacidad del gobierno para responder a emergencias inesperadas y eleva el riesgo de una crisis fiscal repentina, en la que los inversores perderían la confianza en los bonos del Tesoro del Reino de España y su capacidad de emitir.

12/01/2024 - 

Por su importancia macro, pero también por la repercusión que la misma tiene sobre todos los sectores sociales, empresas, familias, confianza internacional... Voy a centrarme en la Deuda Pública de España, uno de los principales pasivos que dejó en herencia el anterior gobierno de Sánchez al actual gobierno de Sánchez y sus socios. Para no aburrir y que la lectura sea fluida, todos los datos y evidencias científicas que apoyan este artículo, incluirán un enlace a la fuente original y si el lector necesita ampliar dichos datos, puede solicitarlos vía linkedin y gustosamente se los remitiré.

Para empezar, la deuda de España Administración Central, sin incluir la deuda de las CCAA, Corporaciones Locales, Empresas Públicas y otras (obligaciones no financiadas) era a 17 de mayo de 2023 (antes de las última selecciones generales) de 1,535 billones de euros, es decir,1,535.000.000.000 euros, PDE (según el Protocolo de Déficit Excesivo, estadística que forma parte de la información que se remite dos veces al año ala Comisión Europea). Cuando Sánchez y asociados llegaron al poderla cifra de deuda era de 1,223 billones de euros. Para comparar mejor el incremento, la deuda per cápita era en 2019 de 25.692 euros y a 15 de mayo de 2023 era de 32.245 euros. 

Por todos es sabido que la deuda pública elevada y en aumento frena el crecimiento, desplaza la inversión privada, limita la capacidad del gobierno para responder a emergencias inesperadas y eleva el riesgo de una crisis fiscal repentina, en la que los inversores perderían la confianza en los bonos del Tesoro del Reino de España y su capacidad de emitir (léase contenciosos internacionales por incumplimientos en materia de renovables en jurisdicción internacional y que ya han ocasionado embargos a bienes y derechos de España en el extranjero).  

Fachada del Banco de España. Foto: EUROPA PRESS

Y estos efectos económicos negativos solo pueden empeorar a medida que se deteriore la trayectoria fiscal de España. Si continuamos acumulando deuda de manera insostenible, aumenta el riesgo de una crisis fiscal repentina en la que los tenedores de bonos pierdan la confianza en la capacidad o voluntad del gobierno para pagar la deuda. En este caso no podríamos inflar el valor de la deuda reduciendo el poder adquisitivo de la moneda nacional ya que al estar en la CE no podemos devaluar.

Un gobierno como el de Sánchez, adalid de la sostenibilidad en todos sus ámbitos, desdeña y oculta el concepto tratándose de la Deuda Pública, a la que ha convertido en insostenible.

  • Los Presupuestos Generales del Estado, PPGGEE, y las perspectivas económicas en la era posterior al covid pronostican un empeoramiento de la trayectoria fiscal, caracterizada por una deuda estatal excesivamente alta y en aumento en la que el gasto pandémico seguido de un aumento en los costes de intereses ha acelerado la insostenibilidad del presupuesto de España.
  • La investigación académica ha identificado un efecto negativo de los altos y crecientes niveles de deuda sobre el crecimiento económico. Resumo: “Para los 25 estudios que brindan estimaciones de umbral, los niveles de umbral medio y mediano (donde la deuda reduce el crecimiento) se encuentran en 78 por ciento y 82 por ciento del PIB, para países avanzados, respectivamente”.

El ejercicio 2022 cerró con una deuda sobre el PIB del 113,20 %.

Inexplicablemente, la Comisión Europea ha permitido al gobierno español gastar sin control. Un gobierno que ha visto como los ingresos tributarios crecieron en 35.000 millones de euros más de lo presupuestado en 2022, y que se ha propuesto gastar todos esos ingresos extra en lo que ha querido, ya que lo permite la Unión Europea que, un año más, ha suspendido las reglas de control del déficit y deuda para 2023. No así para el ejercicio 2024 en el que, vaya casualidad, deberemos comprometernos nuevamente al rigor presupuestario y de déficit, con lo que habrá que afrontar, de entrada, unos recortes de más de 9.000 millones de euros que “Sánchez y asociados” no explican.

Foto: EDUARDO PARRA/EP

Significativo. Recuerdo el último partido Barcelona-Real Madrid, con resultado de 0-4 a favor del Real Madrid. En el periódico “Mundo Deportivo” con sede en Barcelona, el día siguiente ni una sola noticia referente a dicho partido. Conclusión “si no lo cuentas no ha pasado” y esto es lo que está haciendo el Gobierno al respecto de la Deuda Pública y el déficit.

Pero nuestra obligación es contarlo y explicarlo. En caso de una crisis fiscal, o de deuda, llámelo como quiera el lector, la capacidad de respuesta del gobierno y sus asociados, sería altamente limitada. A continuación enumero algunos de los impactos potenciales:

Tasas de interés más altas. Una crisis de la deuda podría provocar un aumento repentino de las tasas de interés, que se acumularían a los incrementos ya producidos por la elevación de tipos por parte del BCE como consecuencia de su lucha contra la inflación que ellos mismos han provocado, lo que encarecería la obtención de préstamos para el gobierno, los consumidores y las empresas. Esto podría ralentizar el crecimiento económico y conducir potencialmente a una recesión.

Disminución del valor del euro frente al dólar. Una crisis de la deuda también podría causar una disminución en el valor del euro frente al dólar estadounidense, lo que podría generar inflación y reducir el poder adquisitivo de los ahorros e inversiones de los españoles/europeos.

Foto: JOCHEN ECKEL/DPA-ZENTRALBILD/DPA

Volatilidad del mercado. Una crisis de deuda podría causar una volatilidad significativa en los mercados financieros, lo que podría generar pérdidas para los inversores y los fondos de inversión y de pensiones. Esto también podría conducir a una disminución de la confianza de los consumidores y las empresas, lo que podría reducir aún más el crecimiento económico.

Recortes abruptos y repentinos en los servicios gubernamentales. Una crisis de la deuda podría limitar los servicios gubernamentales, forzando recortes repentinos y pronunciados a los programas gubernamentales con consecuencias significativas para los españoles vulnerables que dependen de estos programas para su sustento. El gobierno ya debe ir reduciendo el gasto en estos programas de una manera responsable para permitir a las personas afectadas encontrar fuentes alternativas de ingresos, una posibilidad que podría quedar descartada por una crisis de deuda ya que se interrumpirían drásticamente todas las ayudas.

Daño a la posición internacional del Reino de España. Una crisis de deuda podría dañar la reputación de España y, probablemente, por efecto arrastre a la UE, como prestatario estable y confiable, lo que podría dificultar que el gobierno tome préstamos en el futuro y socavar la posición actual del euro como moneda de reserva global a favor del dólar estadounidense y las consecuencias que esto acarrearía.

Fachada del Banco de España. Foto: ÓSCAR J. BARROSO/EP

Convendría que alguien le dijera a Sánchez que: 

-El aumento del gasto social es la causa principal del aumento de los déficits

Si bien los gastos de emergencia por la pandemia y las políticas de préstamos a empresas y autónomos han impulsado aumentos recientes del déficit, es la atención a los principales derechos del estado del bienestar, incluidos la Seguridad Social, vertientes atención médica y pensiones, los programas de escudo social y además otras filigranas electoralistas las responsables de la mayor parte del gasto futuro. 

-El aumento de los costes de los intereses empeora el panorama fiscal

A medida que el gobierno se endeude más, los costos de los intereses aumentarán. Este costo de endeudamiento, expresado como costo de interés neto en el presupuesto, es el segundo mayor impulsor del aumento del gasto después de los principales derechos. Solo un incremento del 1% del tipo de interés supone un incremento de miles de millones de gasto adicional, y si lo proyectamos en el futuro estaríamos hablando de un aumento acumulado deficitario milmillonario. Además de hundir más a España en el agujero, el aumento de los costos de los intereses podría imponer restricciones presupuestarias al gobierno. Como los costos de los intereses consumen una mayor parte de los ingresos a los legisladores les quedarán menos euros de los contribuyentes para financiar otras prioridades críticas de gastos como la defensa, innovación, investigación, etc.

-Las tendencias económicas empeoran mientras que el gasto aumenta

Una proyección de una inflación más alta que la actual repercute en las  proyecciones de gastos de intereses netos. 

Foto: EP

-Los límites fiscales pueden crear un futuro fiscal sostenible

Las proyecciones de referencia (PPGGEE) e incluso las proyecciones revisadas aún pueden ser demasiado optimistas. Sánchez y Cía. no tienen en cuenta la posibilidad de otro gran conflicto militar, que podría estar gestándose ahora en el mar Rojo, por no hablar del riesgo potencial con nuestro vecino del sur y las plazas de Ceuta y Melilla, una crisis financiera o una emergencia de salud pública durante la próxima década. Cualquiera de estos potenciales eventos podría aumentar significativamente el gasto, ampliar los déficits y aumentar aún más la deuda pública y llevarnos al colapso.

El Gobierno resultante de las elecciones anticipadas del pasado julio debería considerar unos PPGGEE para reducir las presiones inflacionarias y limitar el riesgo de una futura crisis fiscal. Unos nuevos límites a los gastos discrecionales, las reducciones inmediatas a los programas obligatorios y los ahorros futuros de las reformas a la Seguridad Social, que presentados por una comisión independiente, pueden estabilizar la deuda al ahorrar unos cuantos decenas de miles de millones en los próximos años. Tal acuerdo indicaría a los mercados que el gobierno tiene la intención de ser un administrador fiscal sólido, lo que aumentaría la confianza en la formulación de políticas de España y una mayor confianza impulsaría el crecimiento económico y los ingresos, reduciría la incertidumbre sobre futuros aumentos de impuestos e inflación y esto desencadenaría una mayor inversión.

Por último, alguien debería recordar al Gobierno de multi-coalición que es obligación de un gobernante el respetar y cumplir el deber fiduciario con respecto a sus gobernados, especialmente en lo referente al deber de prudencia, deber de lealtad y deber de cuidado.

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Ricardo Romero es especialista en Estrategia de Impacto y Sostenibilidad.

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