En la zona de Aragón, donde predominan los locales de copas y un tanto de postín, hay un pequeño oasis en el que están Bar Tonyina, La Principal y el tridente conformado por Honno, Kaido y Tastem
En la zona de Aragón, donde predominan los locales de copas y un tanto de postín, hay un pequeño oasis en el que están Bar Tonyina, La Principal y el tridente conformado por Honno, Kaido y Tastem. Y desde hace un año cuenta con el restaurante Sunn (Vicent Sancho Tello, 20), que con el boca a boca va sonando entre los aficionados al sushi y los restaurantes auténticos. Al pasar por delante de su puerta llama la atención por los carteles de fuera y que, quizá, pueden echar para atrás. O todo lo contrario, provocar dar el paso definitivo para adentrarse y conocer esta izakaya (taberna japonesa).
Un restauran austero, tanto, que la primera mirada te lleva a seguir la línea de mesas que termina en la cocina, ubicada al final y la verdadera protagonista. Luego, ya te fijas en la decoración de las paredes: cuadros con ilustraciones —algunas de ellas con Darumas—, una pequeña vitrina con figuritas de personajes Manga, farolillos japoneses colgados en el lado derecho y unos globos con el nombre de Sunn en la parte de la izquierda. Y, como en las izakayas, no hay manteles en las mesas. Acostumbrados a la decoración excesiva de algunos restaurantes puede resultar algo frío, pero también le otorga esa autenticidad y sencillez que desde el principio respira el local.
En cocina está Kazumi, que después de trabajar en distintos restaurantes japoneses en València decidió, en diciembre de 2021, emprender en solitario. Para ello, escogió el local en el que antiguamente estaba ubicado La Oveja Negra y comenzó su nueva aventura junto a su hermana Namiko y el marido de ésta, Tyosuke, quienes vinieron de Japón para ayudarle. “Quise abrir un restaurante japonés tradicional y con una comida casera”, explica Kazumi, quien hace las veces de portavoz porque su hermana y su marido todavía no hablan muy bien el castellano. Aún así, Namiko sirve las mesas con agilidad y cubre ese déficit del idioma con su permanente sonrisa.
Son tres al mando de Sunn, que precisamente es una deformación de la palabra inglesa 'Sun' y la japonesa 'San'. “'Sun' en inglés significa sol, como el de València o el de Japón, y 'San' significa tres, además de ser empleado cuando se conoce a alguien —así como el término señor o señora en español— además de otros significados”, comenta Kazumi sobre el nombre del restaurante. El logo lo diseñó Tyosuke, que en Tokio era diseñador de ropa. Él también ha hecho las ilustraciones que hay en los marcos.
La cocina es tradicional, sin grandes artificios y trayendo versiones de clásicos que, quizá, no estamos tan acostumbrados aquí en València. Es el caso, por ejemplo, de las gyozas, que las elaboran al estilo sui-gyoza, que se cuecen en caldo de sopa y luego se fríen para que se cree una capa crujiente por encima de ellas. También elabora el Buta No Kakuni, un plato japonés clásico de panceta de cerdo estofada que se cocina lentamente hasta que la carne esté tierna y jugosa. Está llena de Umami porque está deliciosa. Hasta echo de menos un producto tan nuestro como el pan para poder mojar ese caldo que tiene toques dulces y salados.
Kazumi apunta que el pollo Teriyaki y el Karaage son también un clásico del restaurante, aunque es consciente de que la primera vez que se viene al restaurante es para probar el sushi —“es lo que más se conoce, pero hay mucho más en la gastronomía japonesa”—. Con todo, la parte de sushi es amplia y por eso de “europeizar la cocina” Kazumi integra los hosomakis en su carta. “Nosotros no solemos comerlos pero aquí, en España, a la gente les gusta mucho y siempre los piden”. Sin embargo, donde está su fortaleza es en los makis. Hay clásicos como el California y otros que Kazumi ha ideado para el restaurante: “Mi preferido es el sunn roll 2 porque es original, con ese crujiente de la escarola por fuera que descubrí después de probar con otros vegetales, como el kale”. La oferta se completa con nigiris y gunkan.
Una habilidad por la cocina que adquirió de su padre, quien tenía un restaurante en Tokio, pero también de su experiencia trabajando en España. “En Japón trabajaba de camionero pero me gustaba la cocina y cuando vine aquí empecé desde cero en algunos restaurantes japoneses”. Pero, como bien dice, “no hay muchos restaurantes japoneses llevado por japoneses”. De ahí también que quisiera mantener esa autenticidad y sencillez en su propio local: “muchos restaurantes japoneses son también de fusión pero yo quería acercar una cocina más tradicional y, por así decirlo, purista”.
Por tanto, Sunn es una izakaya sencilla en medio de un lugar de sitios de copas y restaurantes instagra. Un local donde prevalece la autenticidad en cocina y en servicio y ese amor por la tradición. Es tan auténtica que incluso las figuras de los Manga son del propio Kazumi, que se los trajo a España cuando vino.