El descubrimiento del CRISPR-Cas9, un sistema de manipulación genética, puede cambiar el futuro de la medicina y acercarnos al sueño de curar enfermedades hereditarias o raras
Fácil, rápida y barata. Esas palabras mágicas, que suenan igual de bien en el mercado como en la ciencia, es lo que promete la técnica CRISPR, considerada por la revista Science como el gran avance científico de 2015. Esta panacea de la biología y medicina, que ahora enfrenta a los laboratorios más prestigiosos del mundo en la lucha de miles de millones de euros por las patentes de sus aplicaciones clínicas, no nació ni en Oxford ni en Boston sino en Alicante de la mano de Juan Francisco Mójica, premio Rey Jaime I de Investigación Básica 2016