La Real Academia Española (RAE) se ahoga en sus deudas. El Estado, que debería salir en su rescate, se conforma con darle unas migajas. El anterior Gobierno ‘patriota’ del PP le congeló la asignación presupuestaria. La institución garante de la unidad del español está en aprietos, prueba evidente de que la cultura es un asunto menor para nuestros políticos
Antes de escribir hay que conocer el terreno que se pisa. Si escribes para contentar a la mayoría, arrancarás el aplauso fácil e incluso te darán algún premio oficial. Hoy los asuntos que complacen son, entre otros, la memoria histórica, el feminismo y la defensa de las innumerables minorías. Por supuesto, no tengo interés en ninguno de ellos. Así me va
Son una plaga. Allá donde vayas te los encuentras con su monserga del lenguaje inclusivo. Hombres y mujeres sin distinción, siguiendo el catecismo laico de lo políticamente correcto, te dan la tabarra desdoblando el género de las palabras hasta caer en el ridículo. El Gobierno presiona a la RAE para que dé carta de naturaleza a este desatino. Esperemos que los académicos se mantengan en su sitio
Esto del género debería provocar un debate de auténtica profundidad y altura en nuestra sociedad. A mí no me han querido atender en el bar y menos en la pescadería por querer seguir las neo normas de sus señorías. Y es que están en todo.