Los días 2 y 3 de abril, en la plaza del Ayuntamiento, además de poder probar recetas clásicas e innovadoras de arroz a precios populares, la D.O. Arròs de València prepara un interesante programa cultural que pone en valor las tradiciones de la región
Como es habitual, parte del recinto se convertirá en un gran sequer urbano en el que se secarán miles de kilos de arroz de manera tradicional y que cuenta con un molino para elaborar el cereal
Habrá stands para conocer la importancia biológica de La Albufera, una muixeranga y música en directo a cargo del cantante folk valenciano Christian Penalba y del compositor infantil Malcriando.
Tastarròs, la gran celebración del arroz de Valencia, regresa a la plaza del Ayuntamiento con un ambicioso programa de actividades para dar a conocer todas las ventajas y aplicaciones de los distintos arroces de la D.O. Arròs de València, pero también para poner en valor las tradiciones y el rico acervo cultural en torno al cultivo del cereal más famoso de la comunidad. Los días 2 y 3 de abril, además de probar, por 4 euros, todo tipo de recetas de restaurantes de la capital y las comarcas, los asistentes podrán conocer algunas de las tradiciones más curiosas en torno a la cultura arrocera y el folclore valenciano.
Durante las dos jornadas de Tastarròs, parte de su recinto será ocupado por un enorme sequer urbano, en el que se secarán miles de kilos de arroz en directo, siguiendo métodos tradicionales, para que el público conozca, algo mejor, el arduo trabajo que, en el pasado, suponía esta tarea. Como explica uno de los organizadores de este espacio, Francisco Lucas Raga, el cultivo del arroz era algo trabajoso y con varios momentos críticos que podían estropear el resultado final. Primero, claro está, había que cosechar el arroz en los humedales, segándolo a mano, tarea que se realizaba a principios de septiembre. «A medida que esto se hacía, los arroceros desbarbaban parte de la planta y hacían garbas con las espigas para que se secasen al sol de mediodía, durante cuatro o cinco jornadas. Tras esto, se transportaban a los sequeros –de hormigón o tierra— en carros tirados por animales o tractores».
Tras el laborioso trillado del cereal, empezaba el secado del arroz como tal. «Había que extender bien el cereal para crear una capa fina y homogénea que permitiera un secado completo. Los niños hacían surcos varias veces al día para facilitarlo. Una vez bien seco –algo que se comprobaba mordiendo el grano—, tocaba amontonarlo con la ayuda de un caballo. Había, entonces, que envasarlo en grandes sacos de tela, que muchos agricultores almacenaban en las partes superiores de sus hogares, en las llamadas cambras. Secar bien el arroz era importante, porque claro está, si no se conseguía un resultado óptimo, podía fermentar», explica Francisco.
Dentro de este espacio, el domingo día 3, a las 12.00 h, tendrá lugar el concurso Llauraor Mes Rápid de La Albufera, que premia al asistente que sea capaz de hacer surcos con la mayor rapidez. El que se alce con el triunfo ganará un almuerzo para dos personas en cualquiera de los restaurantes participantes.
Otra de las atracciones más populares de esta cita es el molino, que funcionará también los dos días que dura Tastarròs. Pequeños y grandes podrán conocer, de primera mano, todo el proceso de elaboración del cereal, que incluye su descascarado, el pulido y la selección de los mejores granos. Como explican desde el Museo del Arroz –entidad dependiente de la D.O.— «el arroz tiene una cáscara que hay que eliminar. Tras este proceso de descascarado, se obtiene arroz integral; entonces hay que pulirlo y eliminar el salvado. Esto es lo que se conoce como blanqueado. Después hay que separar los granos enteros de los rotos, que pueden aprovecharse para hacer piensos o harinas».
La divulgación sobre La Albufera como ecosistema y la importancia crítica de las plantaciones de arroz en su conservación también tendrán protagonismo en Tastarròs. Los asistentes podrán visitar el stand del programa europeo EU RICE, que pone en valor cómo el cultivo de este cereal –sobre todo en Valencia y Grecia— ha contribuido a transformar zonas inhóspitas e insalubres en espacios fértiles de gran valor biológico que han repercutido positivamente en el crecimiento socioeconómico de su población. La Sociedad Española de Ornitología (Seo BirdLife), la ONG de conservación de la naturaleza más antigua de España, también contará con su propio espacio en el evento. Hasta la plaza del Ayuntamiento llevarán un acuario con plantas y pequeños invertebrados procedentes de La Albufera –que podrán observarse mediante lupas de aumento—, reproducciones de aves de la zona y, diariamente, harán varias yincanas para pequeños y mayores. En estas dinámicas, los monitores asignarán a cada participante un pájaro del humedal y deberá pasar unas pruebas. Para ello, contará con aliados que le darán energía –como agricultores ecológicos— o que se la quitarán, tales como tormentas y cazadores furtivos.
El domingo día 3 de abril será una jornada con gran peso cultural. A las 12.00 h, la Joven Muixeranga de Valencia realizará un taller para enseñar a todos los que lo deseen algunas claves y consejos para conocer mejor esta centenaria tradición cultural de castillos humanos danzantes, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. A las 13.00 h, esta asociación cultural realizará varias figuras –bailes y torres de personas con diferentes alturas y variantes—, al son de la música y las tradicionales dulzainas.
A continuación, tendrá lugar la actuación del cantante de música folclórica valenciana Christian Penalba. Nacido en Alcudia, actualmente es integrante del grupo de bailes populares Les Folies de Carcaixent y también actúa en solitario. Su disco debut, Canvis, es un recorrido musical por Valencia que se materializa en un repertorio amplio, que abarca cant d’estil, jotas, fandangos, seguidillas, bolero y malagueña, con guiños a estilos propios de tierras castellanas y murcianas.
Tras el folk de Penalba, será el turno de los peques y sus familias con el concierto de Malcriando, un proyecto de música infantil del humorista y compositor J.R. Carralero. En sus canciones, aborda temas de interés para los más pequeños, como la amistad, los juegos o lo divertido que puede resultar aprender inglés.
La degustación de los mejores arroces, elaborados con las tres variedades de este cereal que se acogen a la D.O. Arròs de València –tipo senia, bomba y albufera— es protagonista de este gran evento, que celebra su quinta edición, tras dos años de ausencia por la crisis sanitaria provocada por la COVID-19. Los días 2 y 3 de abril, desde las 12.00 h, se podrán saborear las recetas arroceras de decenas de restaurantes de la capital y las comarcas de Valencia, que se cocinarán en directo. Cada ración individual podrá adquirirse por 4 euros.
El domingo día 3 de abril, a las 12.30 h, arranca la final del concurso Arrocero del Futuro, una iniciativa que este año, como novedad, trae a cocineros menores de 35 años de toda España –no solo valencianos, como en anteriores ediciones—. Los finalistas cocinarán la receta de arroz de su elección, con la única condición de emplear en ella alguna de las variedades de la D.O. El jurado está compuesto por varios de los mejores profesionales del periodismo gastronómico. El ganador, que se conocerá el mismo día, conseguirá un premio de 2.000 euros en metálico.