VALÈNCIA. Sobre las tablas del teatro son mil y una las realidades que son posibles, escenarios desde los que se puede viajar en el tiempo o mirarnos al espejo. Pero también desde el teatro se puede mirar al propio hecho escénico, miradas a las bambalinas que tienden un singular puente entre el público y la artes escénicas. Con el Día Mundial del Teatro, que se conmemora este jueves, como marco, València presenta dos propuestas que hablan de la relación con el arte o la profesión del actor: Hoy no estrenamos y L’ultim ball.
Así, el próximo 27 de marzo, el Teatre el Musical (TEM) se convierte en sede de una doble celebración: el Día del Teatro y el 50 aniversario de L’Horta Teatre. La sala valenciana presenta el espectáculo L'ultim ball, “un homenaje a tantos actores y tantas actrices anónimos que, con sus espectáculos, más allá del éxito o del fracaso, del reconocimiento o de los premios, han hecho felices a muchas personas”.
Alfred Picó y Carles Alberola -este última también escritor y director de la pieza- encarnan la pasión por la interpretación en esta propuesta con la que la compañía del barrio de Castellar-l'Oliveral abordará el placer de actuar, de vivir las cosas por primera vez. Los intérpretes dan vida en la función a dos viejas glorias de la comedia que se enfrentan a la que quizá sea su última oportunidad de actuar: uno de ellos retirado tras una exitosa carrera y el otro incapa de bajar del escenario a pesar de su edad y de no haber triunfado.
Ahora les llega la oportunidad de reunirse para actuar en la gala en memoria de un actor fallecido. En este “ingenioso juego metateatral” Picó y Alberola se transforman sobre las tablas en dos viejos actores que no pueden evitar preguntarse si a cierta edad, el lugar de un intérprete sigue siendo todavía el escenario, una reflexión sobre la vida y el arte que se desgrana cuando se reencuentran para actuar en la gala en memoria de un actor fallecido.
- Hoy no estrenamos -
Sala Russafa, por su parte, encara el Día Mundial del Teatro con el arranque de las funciones de Hoy no estrenamos, una comedia de L'Om Imprebís que retrata el poder de las artes escénicas y de la cultura para sanar las heridas de la vida cotidiana. La pieza, que se podrá ver hasta el 6 de abril, transcurre en una escuela de interpretación para aficionados cuyo alumnado demuestra cómo tragedia y comedia son las dos caras de una misma moneda que, en esta obra, decididamente ha caído del lado del humor.
La función sube a las tablas "un crisol de personas corrientes que encuentran en citas de grandes personajes de Shakespeare, Calderón, Ibsen o Chéjov el empuje y la perspectiva para seguir adelante”, un “divertido caos” en el que cabe un ex torero que busca nuevas vías para ganarse la vida, una enfermera que sufre estrés o un viudo reciente que cumple con los últimos deseos de su esposa, entre otros.
"Nos han inspirado mil situaciones que hemos vivido cada uno impartiendo cursos y talleres, viendo cómo el alumnado se acerca a este mundo con una ilusión, con una inocencia envidiables”, explica Santiago Sánchez, codirector de la pieza junto a Michel López e intérprete junto a Víctor Lucas, Carles Montoliu y Carles Castillo. “Esta profesión te da grandes satisfacciones y, al mismo tiempo, puede ser muy ingrata. Pero nos encantaría pensar que seguimos teniendo el mismo amor por las artes escénicas que tienen los amateurs”.