Teatro y danza

EN EL OLYMPIA

Emma Suárez se adentra en el universo de Carmen Martín Gaite: “En el teatro solo existe la verdad”

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Hace justo un siglo nacía en Salamanca la escritora Carmen Martín Gaite, una de las figuras claves de la literatura hispánica del siglo XX. Una de sus obras más importantes para comprender su vida y su obra es El cuarto de atrás, una historia que le valió el Premio Nacional de Narrativa de 1978 en la que habla de una enigmática protagonista llamada C. -también Carmen- que funciona como su alter ego. 

Refugiada en el cuarto de atrás, Carmen vive su infancia y adolescencia huyendo de los terrores de la Guerra civil española, resguardándose en un cuartito en el que está a salvo y en el que puede recortar margaritas tras el sonido de las bombas. Esta historia, imprescindible para comprender la figura de Gaite, llega este fin de semana -del 2 al 5 de octubre- al Olympia. Lo hace a través de la adaptación teatral de Rakel Camacho sobre la versión de María Folguera y con Alberto Iglesias, Nora Hernández y Emma Suárez sobre los escenarios. 

 

Tal y como define la pieza Camacho El cuarto de atrás es una obra maestra de una de las mejores escritoras que hay en nuestro país, y resalta que pocas veces se “ha llevado su historia al teatro”, gracias a la adaptación de Folguera todo el elenco viaja al cuarto de atrás para contar una historia que “viaja de la oscuridad a la luz y de la noche a la mañana”.

 

  • -

 

La obra muestra a una autora, y protagonista, que consigue contar la historia de un país que “ella misma poetiza” mientras el teatro sirve para conectar los grandes hechos de la historia con lo más íntimo y cotidiano: “Sobre el escenario jugamos con una casa laberíntica llena de puertas y escondrijos, que representan las cavidades por las que viaja su mente. También nos apoyamos en la música como si fuera un protagonista más para comprender todos los caminos y posibilidades que se abren en el camino creativo al que asistimos”, destaca la directora de la obra. 

 

A su lado, Suárez, celebra con esta pieza su vuelta a los escenarios con el reto de dar vida a Carmen, la protagonista de la obra. Escondida tras la mayúscula de C. Suárez se permite fantasear junto a Camacho sobre el personaje del que escribe Gaite, mientras encuentra un escondite que se puede ver iluminado por los focos del escenario del Olympia. 

 

“El cuarto de atrás es más que un lugar, es un refugio y un lugar en el que recordar. Un espacio en el que uno recurre a la memoria para comprender que fue real y que no, y un sitio en el que el pasado se presenta siempre de una forma antojadiza”. Para la actriz esta supone un “viaje para no olvidar la guerra”, mientras se mira cara a cara a Gaite y se intenta comprender lo que fue para ella “protegerse de la guerra en la imaginación”.

 

  • -

 

Por su parte, Hernández, da vida a las amigas de Carmen dentro de la novela y encarna a tres personajes que le acompañan a lo largo del relato. Su historia enlaza con los espacios en los que Carmen se refugia y donde llega Iglesias, encarnando al hombre de negro, para romper con su extraña rutina. Algo que para Iglesias es clave para comprender su obra y su interacción con los lectores.

 

“Carmen Martín Gaite era una escritora tan moderna como atrevida e inteligente. En sus piezas busca siempre al interlocutor para hablar con él y es ahí donde entra el hombre de negro para que Martín Gaite ponga en marcha su creación. Ella se inventa a un personaje que le hace preguntas para trastocarla”. En su cuarto de atrás, Camacho resguarda junto a la literatura de Gaite un personaje secreto que se convierte casi en principal: la música, que entra en juego en la obra para situar al espectador en la España de la Guerra Civil.

 

Para Camacho, la importancia de centrarse en la música para esta obra recae en su necesidad de “apelar y comunicar con el espectador” invocándole desde otro mundo, desde el otro lado del telón. “La música es tan sensorial que abre las puertas a un nuevo espacio, sirve para comprender la realidad en la que vive Carmen y para hablar de una dictadura”. Un relato que, con realidad y crudeza, se cuenta a través de unos actores que están solos ante el peligro de mirarse a la cara y avanzar con el relato. Una manera de actuar más pura que para Suárez les pone solos ante el peligro, porque “en el teatro solo existe la verdad” con la que tienen que conseguir interceptar al espectador, para “provocar todo tipo de reflexiones” que sueñan con salir del cuarto de atrás en el que se esconden.

 

  • -

 

Recibe toda la actualidad
Valencia Plaza

Recibe toda la actualidad de Valencia Plaza en tu correo